Disparo de la banca central, cloaca europea y comida subvencionada

Encaramos la penúltima semana del año con ese olor a la pólvora que siempre suele dejar la banca central tras sus reuniones de política monetaria. Al menos las que han tenido lugar en la segunda mitad de 2022 han concluido con una serie de disparos con los que las autoridades monetarias han intentado matar la economía, destruir la demanda y enterrar las esperanzas de aquellos inversores que todavía esperan bajadas de tipos de interés el próximo ejercicio. Lagarde y Powell han vaciado sus cargadores pero el mercado no termina de creer que las balas sean reales, pensando que quizás los banqueros disparan con armas de fogueo.

OBJETIVO: DESTRUIR LA DEMANDA

Y es que el principal problema que tienen ahora los encargados de determinar la política monetaria es la falta de credibilidad. Hace un año por estas fechas nos decían que la inflación era pasajera, que no se aumentarían laos tipos y que no nos preocupáramos por las tensiones de precios. Ahora sucede todo lo contrario: el BCE y la FED aseguran que seguirán elevando las tasas de referencia aunque llegue la recesión y los inversores no se lo creen.

Como en el juego de la gallina, una parte del mercado considera que antes de que se produzca el impacto Powell y Lagarde darán un volantazo para evitar el impacto. El problema es que los vamos en los vehículos que van a colisionar no son los burócratas, sino los sufridos ciudadanos.

banca
La presidenta del BCe, Christine Lagarde.

Los duros comunicados, tanto de la Reserva Federal, como sobre todo del BCE, han servido para que muchos se caigan del guindo, aunque algunos analistas sigan creyendo que en la segunda mitad de 2023 los banqueros centrales claudicarán y bajarán tipos. La gran cuestión no es hasta dónde se incrementarán las tasas –por encima del 5% en EE.UU y cerca del 3,5% en la eurozona– sino cuánto tiempo estarán en esos niveles. Y aunque a muchos les pueda parecer un nivel alto hay que recordar que en términos reales (descontando la inflación) los tipos de interés seguirán siendo negativos.

HACIENDAS Y EMPRESAS ZOMBIES

El hecho diferencial de esta recesión a la que nos encaminamos (los PMI reflejan que llevamos meses inmersos en ella) es que de la anterior crisis se salió creando más deuda, lo cual provocó que muchas compañías y estados sólo sean capaz de sobrevivir con unos costes de financiación bajos. Esas son las empresas y las haciendas zombies que en un entorno alcista de tipos de interés están en peligro. Y ahora el mercado comienza a buscarlas en medio de la bruma, para localizarlas y darles un entierro adecuado.

Por eso suben las rentabilidades de la deuda pública de los países europeos, así como los intereses que se pagan por los bonos corporativos en los mercados secundarios. Ahora es cuando comienza la purga de aquellos que serán capaces de comenzar el nuevo ciclo económico expansivo cuando se produzca el necesario saneamiento. Hasta ahora en ninguna de las grandes crisis recientes se ha permitido esta limpieza, separando el grano de la paja y corrigiendo los errores de inversión masivos producidos precisamente por el aumento artificial del crédito, tal como explican certeramente los economistas de la Escuela Austriaca.

no olvidemos que estamos en manos de políticos y banqueros centrales, no del mercado, por lo que cualquier vaticinio hay que ponerlo en cuarentena

En la medida en que los inversores vayan asumiendo que los bancos centrales van en serio se seguirán produciendo ajustes en las valoraciones de las empresa en Bolsas, pero no olvidemos que estamos en manos de políticos y banqueros centrales, no del mercado, por lo que cualquier vaticinio hay que ponerlo en cuarentena. De momento lo que está claro es que el rally navideño ha sido menos intenso y más corto que de costumbre a falta de dos semanas para que las campanadas despidan este 2022.

Un año que encara su recta final con un Parlamento Europeo manchado por la corrupción que emana de sus altas instancias. Los sobornos de los cataríes no son los únicos que han lubricado las decisiones de los diputados, algunos de los cuales también llevan años recibiendo cheques marroquíes. Los agricultores españoles sabían que había gato encerrado detrás de cada concesión de las autoridades comunitarias al campo de nuestro vecino del sur, que sigue compitiendo de forma desleal gracias a la ayuda de los legisladores europeos.

Ahora ya no se trata de una sospecha, sino de una certeza. Y de este latrocinio no sólo se han beneficiado empresarios marroquíes, sino también españoles, algunos de los cuales se sentaban en el consejo de la extinta Cajamadrid.

PRECIOS DE LOS ALIMENTOS

Precisamente los alimentos son la cuestión que más preocupa ahora al Gobierno español, pero no por estos elementos que comentamos aquí, sino porque su elevado precio es una amenaza para los intereses electorales de la dupla PSOE-Podemos. Tras debatirse una intervención en los importes de venta del estilo de la robolución bolivariana, ahora lo que parece más factible es que se apruebe un subsidio similar al de los combustibles, los famosos veinte céntimos que según la CNMC han servido a las grandes petroleras para expulsar a competidores del mercado.

La excusa gubernamental para lanzar esta medida es que las arcas públicas tienen un colchón de 15.000 millones de euros, lo cual es una gran mentira. No hay colchón posible si las Administraciones Públicas cierran el año con déficit, lo cual supone que gastan más de lo que ingresan a pesar de que la recaudación sigue siendo cada año la más alta de la historia. El año electoral va a dejar las cuentas públicas al borde del infarto. Y no esperen que Bruselas o el BCE pongan límite a este despropósito fiscal, porque al menos hasta 2024 seguirán ayudando al Gobierno de turno a comprar votos sacrificando a los hijos de sus propios ciudadanos.

MENTIRAS ARRIESGADAS

Esta semana nos volverán a marear con el famoso «tope del gas ruso» del mismo modo que los trileros que en las Ramblas de la Ciudad Condal nos preguntan dónde estará la bolita. Lo mismo sucederá con la inagotable lucha contra el cambio climático, que servirá para intentar crear otra burbuja mientras multinacionales y burócratas meten las manos en nuestros bolsillos asegurando que lo hacen por nuestro bien.

También nos dirán que los balances de los bancos son fuertes y que la morosidad está controlada, que no hay burbuja inmobiliaria, que el desempleo no subirá en exceso y que la recesión –si se produce– será corta y leve. Les recomiendo que no hagan caso y se abrochen los cinturones.

En cuanto a las citas macroeconómicas de los próximos días destacan la publicación de los índices de confianza en EE.UU. y la eurozona, así como el dato definitivo de crecimiento del PIB del tercer trimestre de la economía norteamericana y la decisión de política monetaria del Banco de Japón. Todo ello mientras el mercado digiere las palabras de Lagarde y Powell, que como indicamos al principio del artículo serán lo más comentado en los corrillos financieros al menos hasta que nos comamos el turrón.