Compliance: qué es y por qué es importante la formación en empresas

Dirigir una empresa supone enfrentarse a retos constantes que van más allá del objeto social de la compañía: papeleo, pago de nóminas, abonos a Hacienda y una serie de extras que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de la compañía.

Por eso, y haciendo caso del refranero popular que recuerda que más vale prevenir que curar, existen una serie de protocolos y estándares que ayudan a eliminar la posibilidad de problemas. Uno de ellos es el compliance. Conocer las funciones y objetivos del Compliance y aplicarlos desde ya al día a día de las empresas es una de las mejores inversiones que se pueden hacer en la actualidad.

¿Qué es el compliance y cómo aplicarlo a la empresa?

El término inglés «compliance» hace referencia a una serie de normas y acciones implantadas por la dirección de una compañía y enfocadas a la prevención de delitos y al estricto cumplimiento normativo de cuanto afecta a la actividad empresarial.

De manera más detallada, el objetivo del compliance es evitar repercusiones legales que puedan afectar a directivos y trabajadores por malas praxis, descuidos o errores cometidos. La posibilidad de transgredir las normas, tanto internas como externas, de la empresa, no será algo dejado al azar o a la voluntad de nadie.

Por eso, los propietarios invierten cada vez más en formación Compliance en empresas, con el objetivo de que todo marche según lo establecido, sobre todo en lo relativo al código penal y las normas ISO-UNE.

Aplicar el compliance

Desde la aparición de este concepto en Estados Unidos en los años 70 del pasado siglo, el compliance se ha convertido en un proceso que sigue unas pautas y que cuenta con profesionales especializados.

Así, en España surge la figura del compliance officer, un especialista en el estudio de las empresas desde el punto de vista legal. Este experto trabaja de manera independiente y su labor consiste en estudiar la empresa y su actividad, valorar las protecciones que esta tiene desde el punto de vista legal y qué normas ha de cumplir y establecer los protocolos necesarios para ello.

Dentro de este proceso, una parte importante es la creación del código ético de una empresa. Esta es la «carta de presentación» de la compañía al mundo, y recoge la sensibilidad de la plantilla conforme a sus modos de hacer, su organización y su relación con el sector profesional al que se dedique.

Este código ético recogerá los «mandamientos» que se han de cumplir en el día a día por todos los miembros de la empresa, sea cual sea su puesto, nivel de responsabilidad, etc.

Una formación necesaria

La formación en compliance es absolutamente relevante en estos momentos. Todas las compañías que deseen minimizar sus riesgos precisan de esta ayuda externa que, además de generar los estudios y protocolos, formen a toda la escala de profesionales de la plantilla y les haga conscientes de la importancia de esta prevención, gestión de control y reacción frente a riesgos legales.

Estas son las principales funciones y objetivos del compliance, un concepto que ha llegado para quedarse y que no solo interesa a grandes firmas, sino a cualquier proyecto empresarial, por grande o pequeño que sea.