Cupra escoge China para fabricar un modelo diseñado en Martorell

Cupra, la marca de vehículos eléctricos de Seat, fabricará por primera vez en China ante la falta de espacio en Martorell. El modelo Tavascan, un SUV 100% eléctrico de la marca, no se comercializará en el país asiático.

El vehículo ha sido diseñado y monitorizado íntegramente en la ciudad del automóvil de Martorell (Barcelona), pero sus piezas no se ensamblarán ni fabricarán en la planta barcelonesa. Este modelo tiene como destino Europa, Oceanía, Singapur e Israel. La fabricación se iniciará en 2023 y su comercialización aterrizará al año siguiente, según ha comunicado la automovilística, y no se comercializará en el gigante asiático.

Seat se quedó con un total de 356 millones, un 10% inferior al montante pedido

El modelo Tavascan, como todos los 100% eléctricos del grupo Volkswagen, está basado en la plataforma modular MEB, una inversión de 6.000 millones de euros, una de las mayores del grupo en los últimos cinco años. Con esta apuesta la firma automovilística espera vender tres millones de vehículos eléctricos al año a partir de 2025. Esta plataforma sienta las bases de todos los vehículos de Cupra 100% eléctricos, así como el resto de coches de la marca, y se espera que la primera versión arroje unas ventas de 10 millones de vehículos.

LA FÁBRICA DE CUPRA EN CHINA, ICONO AHORA DEL GRUPO

El diseño es de tal magnitud que permite fabricar los vehículos en las plantas del grupo, tanto en Martorell como Hungría, así como ahora China, concretamente en Anhui. A pesar de que Tavascan no está hecho para el mercado del gigante asiático, se espera que otras marcas del grupo se implante en el país y comparta planta con este modelo de Cupra.

Wayne Griffiths, presidente de Seat y Cupra
Wayne Griffiths, presidente de Seat y Cupra

Éste no es el único modelo de la familia Cupra que saldrá de Martorell. La automovilística ha designado a la fábrica de Hungría el Terramar. Ambos se sumarán al León, Ateca, Formentos, Born y Urban Rebel entre 2024 y 2025. El último de ellos es el más pequeño y donde Cupra espera obtener el mayor número de vehículos.

La planta de Anhui, levantada en 2017, pertenece a un consorcio, cuyo accionista mayoritario es Volkswagen y es el centro de la producción de vehículos íntegramente eléctricos, así como de ingeniería, pruebas, control de calidad e investigación. En resumen, un centro de trabajo para poder poner en marcha nuevos o mejoras en los modelos del grupo.

TRES MODELOS DE CUPRA SE REALIZARÁN FUERA DE ESPAÑA

La marca presentó en sociedad al Tavascán junto al Terramar y el Urban Rebel en España, pero ya lo había mostrado en el Salón de Fráncfort de 2019 y forma parte de la estrategia Impulse del grupo, un plan ideado para electrificar por completo la multinacional. Este vehículo cuenta con 77 kWh para mover dos motores eléctricos con una potencia máxima cercana a los 300 CV y una autonomía de 450 kilómetros.

La decisión se ha adoptado tras corroborar que la producción del Tavascan no encaja en Martorell, aunque era un secreto a voces que se fabricaría fuera de Barcelona. Se espera también que llegue al mercado estadounidense, entre otros.

PERSISTEN LOS RIESGOS DE FABRICAR EN CHINA

Asimismo, esta decisión permite ahorrar importantes costes, especialmente mano de obra, más barata en China, pero con el peligro que conlleva centralizar la producción en este país. Y es que, los riesgos de confinamientos masivos, así como los problemas en la logística por los cuellos de botella en los puertos chinos, aún no se han solventado.

De esta forma, Cupra continuará la fabricación de sus nuevos modelos. Formentor y Cupra León se producirán en Martorell, mientras que el Born se hará en Alemania, con el Ateca en República Checa. En 2023 entrará el Tasvascan, mientras que el Urban Rebel esperará a 2024. Éste último forma parte del PERTE del vehículo eléctrico, un plan de ayudas que se juntará con la fábrica de baterías de Sagunto. No obstante, el montante pedido es muy inferior al dado por los fondos europeos.

UN PERTE INSUFICIENTE PARA CUPRA

Seat se quedó con un total de 356 millones, un 10% inferior al montante pedido, tras una negociación con el Gobierno. El grupo mantiene intacto el apoyo financiero a Seat, mientras que los 40 millones que faltan se deben a retrasos en algunos proyectos que forman parte de la gigafactoría de Sagunto. Se estima que el plan inicial podría ver la luz en la próxima convocatoria, aunque el montante estará muy lejos de los 3.000 millones. De hecho, este PERTE sólo cubrirá un 26% del total.

Sin estas ayudas públicas, Seat podría abandonar el proyecto de la electrificación y quedarse únicamente con la actual producción. En total, se espera la llegada de 3.000 millones de euros públicos, que se sumarán a otros 7.000 de la automovilística.

El futuro de Seat como marca sigue aún en el aire. No hay proyectos de renovación y de seguir este camino producirá su último modelo en 2029. La compañía achaca a la escasa rentabilidad de los coches de Seat frente a los márgenes dejados por Cupra. Esta diferencia podría provocar una merma en el empleo en Martorell, más cuando las ventas de la ciudad del automóvil han caído casi un 30% respecto a 2019. El objetivo para este año pasaba por alcanzar el medio millón de unidades vendidas.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es