TWITER: Tecleo de un tinglao

Alicia Aradilla Sequera es Socióloga experta en neurolingüística, autora del libro “Las palabras que nos habitan” (relatos de ficción que aproximan al lector a identificar y tomar conciencia de su lenguaje), en esta tribuna nos analiza el futuro de Twiter tras pasar un mes de su compra por parte de Elon Musk. ¿Desaparecerá Twiter? La respuesta – muy simplificada- es, ya ha desaparecido.

Se han sucedido una serie de situaciones que hacen irreversible volver a niveles de fidelidad anteriores.

El consumo consciente lo sacaría rápidamente de la cesta de la compra. El consumo nacido de la adicción es una garantía de fidelidad cautiva

Hablar de twiter, centrándonos en la relación de la app con el usuario, se asemeja a un juego de vasos comunicantes curioso, el nivel de atracción ha bajado, el de incertidumbre ha subido estrepitosamente y la adicción que crean estas y otras app ha quedado al descubierto.

Ya no se trata de si el usuario quiere o no quiere, se trata de que no puede (dejarla).

Twiter bajo la apariencia de crear dialéctica dando voz a todas las voces, se ha convertido en un sumatorio de monólogos y en un vertedero de la agresividad cotidiana. Basura sin reciclar.

Removiendo mucha basura, se pueden encontrar pequeños tesoros, como  algunas cuentas que comparten contenidos de calidad. Cabe recordar que Twiter es una red social, no un medio de comunicación, aunque esto se quedó por el camino en una frenética carrera a la que dieron velocidad peligrosa para algunos agentes sociales relevantes como la clase  política.

Conocedores del poder de la palabra, las esparcen por pasillos y corrillos virtuales en un programado intento de crear realidad.

La verificación de cuentas, parece una ley para que expandirá la creatividad de  las trampas.

Los contenidos falsos, solo necesitarán un poco más de tiempo y paciencia en el proceso. Esta estrategia, lejos de dar credibilidad, la ha ridiculizado. Aunque las situaciones que crean una dualidad tan evidente, como esta, siempre da un empujoncito al despropósito.

En cuanto a lo que conocemos acerca de la situación interna de twiter, aunque  probablemente  no podemos entrar más allá del escaparate.

Da la sensación de un viaje en el tiempo. Tanto poder y capacidad de impacto acumulado en una sola persona. Un nuevo “dueño” con inespecífica, y parece ser escasa, proporción de líder.

Liderazgo que arranca su vuelo viralizando una imagen en la que transporta un sanitario de un lado a otro. Quizás se vuelva literal lo que pretendió como simbólico y aparezca el efecto sorpresa.

El Sr. Musk está siendo un ejemplo del liderazgo… disfuncional y caduco, demostrando que imposición y patriarcado tienen cada vez menos escenario de actuación.