Todos somos Pablo Motos

En los últimos días hemos asistido a un descarnado linchamiento en la plaza pública de las redes sociales. La víctima, en este caso, ha sido Pablo Motos, al que se le puede criticar por su forma de hacer, ¡faltaría más!

Pero este caso tiene particularidades que, como sociedad, no debemos pasar por alto. La primera es que ha sido un organismo público el que ha dirigido el señalamiento al presentador, que en el pasado pudo hacer bromas de dudoso gusto como la mayor parte de la sociedad a la que pertenecía. 

Porque, no debemos olvidar, ha sido el Ministerio de Igualdad el que ha utilizado su última campaña, titulada ¿Entonces quién?, para poner en el disparadero al exitoso presentador televisivo, quizá con el oscuro deseo de vengar por cuenta del feminismo la guerra mediática que libran la formación que dirige este ministerio y la influyente compañía que emplea al showman valenciano.

La utilización de dinero público para `matar` al presentador no es el único motivo de alarma, ya que el guión del anuncio se basa en una pregunta descontextualizada que Motos hizo hace seis años a la actriz Elsa Pataky.

«¿Cuándo duermes usas ropa interior sexy o cómoda?», preguntó el conductor de ´El hormiguero 3.0 a la intérprete, que aseguró con naturalidad que «una mezcla, no me voy a lo muy cómodo porque no es sexy». Y, decimos, lo hizo con naturalidad porque Pataky acudía a la casa de las hormigas… a promocionar una marca de ropa interior. 

Motos mostró preguntas idénticas que en el programa se le hicieron en el pasado a Sergio Ramos, Jordi Évole o Miguel Ángel Silvestre, sin que estos capítulos puedan ser tildados de hembristas.

ESTRATEGIA

Otro de los elementos que le confiere singularidad al asunto es la calculada estrategia de un ejército digital que, al calor de los deseos de su líder, han convertido este ajado asunto durante cuatro días en trending topic.

No lo hacen porque quieran controlar Twitter, que también, sino porque la red del pajarito se desborda hasta convertirse en conversación social en medios más relevantes, que amplifican una polémica artificial que podría haber explotado en el rostro de Bertín Osborne, al vecino del quinto o a Motos, que en el pasado, como todos, cometió errores que él tampoco debería pasar por alto (ya que podría tener la tentación de victimizarse, tal y como hace un equivocado pequeño sector del feminismo). 

Lo cierto es que esta polémica es el enésimo juicio contra acusados sin defensa con los que, utilizando elementos emocionales, se acaba linchando a presuntos culpables que, si se atreven a contestar, quizá de forma errónea, acaban muriendo civilmente sin que el estado de derecho les proteja.

«El feminismo es necesario y no es de ningún partido político. Es un movimiento social que tiene que pasar, pero no es ni de estos ni de aquellos», añadió Motos. Se puede decir más alto…

LA RESPUESTA

Motos no se quedó callado: «El Ministerio de Igualdad se ha gastado más de un millón de euros en una campaña de televisión para llamarme machista. Me parece una vulgaridad, porque se lo llaman a todo el mundo, pero es que a mí me han hecho un anuncio en la tele».

«Se han gastado un millón de euros en una campaña para llamarme machista. Gastarse un millón de euros de dinero público en esto, tal y como está el país, me parece indecente. Esta pregunta se la hice en el año 2016, que ya se han ido lejos, a Elsa Pataky. Pero es que venía a presentar una campaña de ropa interior y de pijamas sexys. He recuperado el momento para que veáis la diferencia entre el tono baboso que usa el de la campaña y lo que sucedió de verdad», añadió.

Tras mostrar el vídeo, sentenció: «Como veis, ni yo estoy haciendo el baboso como pretende hacer esta campaña, ni ella está incómoda porque estamos hablando de su campaña».

Ahora, por desgracia, la campaña es otra y es por ello que MERCA2 editorializa. No por lavar la imagen de Motos, que ni nos va ni nos viene, sino por defender a cualquier víctima de lapidaciones de este estilo.