La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse. Sus aplicaciones son casi infinitas y, aunque suena a ciencia ficción, ya está entre nosotros. Hoy mencionamos algunos casos de éxito de la Inteligencia Artificial en empresas, para que comprendas cómo puede ayudarte a sacarle mucho más partido a tu negocio.
La Inteligencia Artificial es el foco de iniciativas como aiMPULSA, que busca dar a conocer proyectos de IA en nuestro país y fomentar sus aplicaciones en nuestro día a día. No se trata de una moda, es una tecnología que ha llegado para quedarse.
Recomendación de productos
Si tienes una empresa digital, la Inteligencia Artificial es muy interesante, ya que puede ayudar a aumentar las ventas de productos y servicios. Con una buena IA, se puede hacer un perfil del usuario que está navegando por la web y ofrecer recomendaciones basadas en sus necesidades e intereses.
No solo aplica al caso de una tienda online que vende productos físicos, también es recomendable, por ejemplo, en el caso de plataformas de vídeos, en academias que ofrecen diferentes cursos o incluso en agencias de viajes.
Atención al cliente automatizada
Contar con un buen servicio de atención al cliente es muy importante para atraer clientes y fidelizarlos. Pero tener una persona capaz de atender a todas las peticiones puede suponer un coste importante y, en muchas ocasiones, no llegaría a todo. Aquí entran en juego los bots, quienes, a través del procesamiento de lenguaje natural aprendido, pueden suplir estas necesidades.
La IA debe ser capaz de detectar qué está queriendo decir el usuario y responder satisfaciendo sus peticiones.
Precios dinámicos
En el caso de empresas que vendan productos y servicios, es interesante tener conocimiento del mercado y de la competencia. Y jugar con buenos precios es crucial para ser el elegido.
Con una Inteligencia Artificial se puede hacer un seguimiento dinámico de los precios de la competencia y adaptarlos al mercado.
Personalizar productos
Una experiencia personalizada es muy importante para retener al consumidor. Por ejemplo, la IA puede dar opción a personalizar los estampados de una prenda, escoger tallaje, recibir recomendaciones en base a anteriores compras o al historial de navegación, entre otras muchas opciones.
Esto es bastante habitual en el comercio electrónico, pero también podría romper la barrera entre lo digital y lo real, y llegar a las tiendas físicas para los usuarios recurrentes, de modo que cada persona salga de la tienda con el producto personalizado para ella misma.
Segmentar la audiencia
Y, por último, una experiencia dinámica basada en la Inteligencia Artificial debería permitir segmentar qué se muestra a cada usuario, en función de sus gustos y necesidades. Por ejemplo, esto puede basarse en la publicidad que se muestra a cada grupo de usuario, según ubicación geográfica, edad, intereses y mucho más.
Pero no solo hablamos de publicidad, también de los productos y servicios mostrados en un primer lugar. Las redes sociales son un buen ejemplo de esto, ya que son capaces de mostrar contenidos en función de los intereses de los usuarios. No todos vemos los mismos contenidos y aquí entra en juego la IA y sus posibilidades.