La nevera, por el tipo de uso que se le da, es un electrodoméstico que fácilmente puede adquirir malos olores en su interior. Puede ocurrir que nos descuidemos con algún alimento y se ponga en mal estado, desprendiendo un desagradable aroma que puede llegar a impregnar el resto de artículos que tenemos guardados dentro. También puede pasar con alimentos de sabor y olor fuerte, como algunos quesos o pescados, que van liberando esos vapores olorosos y al final impregnan con su aroma todos los demás alimentos, lo cual puede ser un fastidio cuando no queremos que unas uvas sepan a arenque, por poner un ejemplo. Para acabar con este problema, la limpieza del aparato es la clave. Toca hacer un repaso a fondo, identificar donde se origina el olor y limpiar los diferentes compartimentos. Estos son los pasos que hay que seguir.
1BUSCAR SI HAY ALGO EN MAL ESTADO
Si al abrir el frigorífico sentimos una oleada de olor fuerte, es el momento de actuar. Lo primero es identificar el origen de este mal olor. A veces, una mala organización de los alimentos en la nevera, hace que se queden en la parte de atrás a alimentos con la fecha de caducidad al límite. Al final nos olvidamos de ellos y terminan poniéndose malos. Una vez que hayamos localizado el problema, lo retiraremos del frigorífico. Si el olor se ha quedado impregnado, o si no conseguimos encontrar la causa, toca hacer una limpieza profunda de todas las partes del interior de la nevera.