Las cosas de palacio van despacio. En este caso son los procesos parlamentarios de España los que van a provocar que el Banco Central Europeo (BCE) tenga tiempo suficiente para meter presión al Gobierno de cara con el dictamen que emitirá sobre el impuesto a la banca, ya que, salvo sorpresa, el dictamen se conocerá mucho antes de que se apruebe el texto legal definitivo. Fuentes del BCE apuntan que este documento se conocerá en noviembre y, en el mejor de los casos, el impuesto se aprobará dentro tres meses, según han informado fuentes parlamentarias. De este modo, el Ejecutivo tendrá encima un peso importante que puede provocar que haya cambios en el texto que se saque adelante. Además de la presión del BCE, está la que harán las patronales bancarias sobre el Ejecutivo, cada una con sus intereses.