Rusia tensiona el mercado de los cereales: vuelve el fantasma de la crisis alimentaria

Rusia vuelve a tensionar los mercados de materias primas tras la decisión del país liderado por Putin de suspender el acuerdo de exportación de grano ucraniano a través del Mar Negro. Una medida que ha impulsado los precios de los futuros del trigo y del maíz y que repercutirán en el bolsillo del consumidor. Los expertos creen que la decisión de Rusia añade más riesgo al mercado y esperan un nuevo repunte de los precios en la recta final del año.

Los futuros del trigo se han disparado tras conocerse la noticia y la tendencia alcista puede volver a recordar a los primeros meses de guerra. Se trataba de un acuerdo crucial para paliar la crisis alimentaria mundial y equilibrar el coste de los alimentos, por lo que la maniobra de Rusia ha provocado una reacción alcista entre las materias primas.

las aseguradoras y los propietarios de embarcaciones sopesaron los riesgos de enviar cargamentos a través del Mar Negro

Para los expertos de UBS, la medida de Rusia de suspender su participación en el acuerdo de granos del Mar Negro «agrega riesgos adicionales». En este sentido, la firma de análisis eleva el pronóstico del precio del trigo para finales de marzo a 9,50 dólares el bushel (unidad de medida de mercancía sólida en los países anglosajones) desde los 8,25 dólares el bushel que preveían.

Asimismo, para finales de 2023 los expertos estiman un precio de 8,50 dólares el bushel. Además de las tensiones comerciales por la guerra, los analistas destacan otro de los grandes problemas al que se enfrentan las cosechas de cereales, las condiciones climáticas. «Esperamos que los precios repunten hacia fin de año debido a la geopolítica y las rebajas relacionadas con el clima en Argentina y Australia«, añaden.

INCERTIDUMBRE ENTRE LOS COMERCIANTES DE CEREALES

Los precios del trigo se dispararon el lunes, y los comerciantes señalaron la incertidumbre sobre las perspectivas incluso cuando los barcos partieron, mientras que las tensiones aumentaron en Ucrania cuando Rusia lanzó una ola masiva de ataques con misiles en todo el país. Ucrania es uno de los mayores proveedores mundiales de trigo, maíz y aceite vegetal y el acuerdo de julio para abrir tres puertos en el Mar Negro ha sido vital para ayudar a aliviar la crisis alimentaria mundial.

El acuerdo había permitido la exportación de más de 8,5 millones de toneladas de grano y otros alimentos ucranianos, según el Centro de Coordinación Común de la ONU y Turquía en Estambul. En este sentido, el corredor, instalado en julio para poner fin a cinco meses de bloqueo, ha aliviado los escasos suministros mundiales.

están plantando menos debido a los impuestos a la exportación, los temores por los precios más bajos y un clima desfavorable

También ha supuesto un freno al alza de los precios desde que alcanzara su pico máximo en marzo, mes en el que el trigo se negociaba a 13,64 dólares. Asimismo, el acuerdo del corredor de granos supuso obstáculos y escepticismo desde el principio, ya que las aseguradoras y los propietarios de embarcaciones sopesaron los riesgos de enviar cargamentos a través del Mar Negro a medida que avanzaba la guerra.

Si bien Ucrania ha enviado más de millones de toneladas de productos desde la apertura del corredor, es una cifra que sigue quedándose corta. Los silos ya estaban desbordados con las cosechas del año pasado cuando se reanudaron las exportaciones marítimas y los agricultores ahora están cosechando una nueva cosecha, mientras siembran el trigo y la cebada que se recolectarán el próximo año.

LAS PLANTACIONES DE TRIGO EN RUSIA PODRÍAN HUNDIRSE A MÍNIMOS DE 5 AÑOS

Por otro lado, las plantaciones de trigo de Rusia, otro de los grandes exportadores de cereales a nivel mundial, podrían resentirse también en 2023, a pesar de la fortaleza mostrada este año. Así lo consideran desde la consultora IKAR, cuyos datos recogidos por Bloomberg destacan que es poco probable el país liderado por Vladimir Putin repita este año registro cosecha de trigo en 2023, ya que se reduce el área de siembra para los cultivos de invierno.

Los agricultores de toda Rusia están recolectando un máximo histórico este año en medio de buenas condiciones de crecimiento. Sin embargo, ahora están plantando menos debido a los impuestos a la exportación, los temores por los precios más bajos y un clima desfavorable. Factores que podrían hundir las plantaciones de trigo de invierno a un mínimo de cinco años.

Si bien Rusia seguirá siendo un importante exportador, una cosecha menor podría contribuir al ajuste de la producción mundial en 2023. «Está demasiado húmedo para sembrar y las lluvias hicieron que los agricultores no pudieran ingresar a los campos«, dijo el director de IKAR en declaraciones recogidas por Bloomberg.

Asimismo, Sovecon, otra consultora, publicó un pronóstico inicial para una 16% de caída en la cosecha de trigo de 2023 en comparación con este año. La situación vuelve a ponerse de cola para los mercados de cereales, que tensionan los precios de materias primas esenciales para la vida. La evolución del conflicto marcará el año 2023 y la posible crisis alimentaria.