sábado, 14 diciembre 2024

Trabajar de pie: estos son los riesgos para la salud

Aunque estar de pie es una posición natural del ser humano, cuando hay que trabajar de pie, y esto prolonga durante toda una jornada laboral, puede dar lugar a problemas de salud. Profesiones como vendedores, operadores de máquinas, encargados de seguridad, limpiadores, cocineros, camareros, personal de salud, técnicos de laboratorio, por ejemplo, saben lo que es pasarse la mayor parte del día de pie.

Algunos de los problemas más habituales de estos trabajadores son el dolor de pie o de espalda, el hormigueo, la fatiga muscular, hinchazón de piernas y pies o rigidez del cuello. El principal problema de estar muchas horas seguidas de pie, es estar en una posición estática.

Es decir, que los daños son más graves cuando hay que estar parado, que si se está en movimiento, ya que no existe la posibilidad de alternar diferentes grupos musculares, y aquellos sobre los que se mantiene el apoyo, sufren un sobreesfuerzo. Estos son algunos de los riesgos más frecuentes de trabajar de pie durante muchas horas.

  • El flujo sanguíneo hacia los músculos más sobrecargados se reduce. Esto provoca dolor y fatiga en piernas, espalda y cuello.
  • Las venas presentan inflamación y esto, a largo plazo, puede derivar en varices.
  • Daños en las articulaciones de las rodillas, caderas y columna que a largo plazo pueden derivar en problemas reumáticos.
  • También pueden verse afectados los ligamentos y los tendones, que tienden a inflamarse y desgastarse.

Como vemos, trabajar de pie puede ser tan agotador como doloroso. Aunque por lo general, las personas terminan acostumbrándose, es muy importante que los profesionales que pasan su jornada de pie, tengan en cuenta los posibles riesgos y consideren algunos puntos para prevenir futuros problemas de salud.

dolor de pies 1 Merca2.es

OPTIMIZAR EL ENTORNO DE TRABAJO

Un entorno bien organizado y con un diseño adecuado puede permitir al personal disponer de una mayor movilidad para evitar posturas demasiado estáticas cuando tienen que trabajar de pie. Esto significa que el espacio tiene que adecuarse al número de trabajadores, y que el mobiliario no debería obstaculizar el tránsito y el cambio de postura durante la jornada laboral. Además, es recomendable que todos los empleados tengan sillas ergonómicas, para que puedan relajar los músculos cada cierto tiempo, después de haber estado de pie durante varias horas.

SILLAS AUXILIARES

Algunos profesionales, como vendedores o personal detrás de una mesa o un mostrador, pueden disponer de sillas o taburetes especiales, de altura ajustable para poder sentarse en vez de tener que mantenerse de pie todo el rato. Estas sillas se pueden adaptar a la altura del empleado, de forma que aparentemente la persona parece estar de pie.

Lo ideal es que, si esta opción es viable, el personal use la silla todo lo posible de forma que pueda pasar menos horas de pie que sentado. Así podrá ir alternando y evitará perjudicar ligamentos, tendones, huesos y podrá mantener un adecuado riego sanguíneo hacia las piernas. Estas sillas, además, pueden tener un apoyapié, que permite al usuario utilizarlo como soporte para aligerar la carga de las piernas y la espalda.

trabajar de pie

UN SUELO MÁS ADECUADO

La superficie sobre la que se apoyan los pies afecta al cuerpo entero. Trabajar de pie sobre una superficie dura, como el cemento, mayor será el dolor y la fatiga. Lo más beneficioso para la salud del trabajador es situarse en pisos de madera o de goma, materiales menos rígidos y más benevolentes con las plantas de los pies. También existen alfombras ergonómicas o tapetes antifatiga que pueden ayudar bastante a aliviar un poco la pesadez.

OJO CON EL CALZADO

La elección del calzado para aquellos que tienen que trabajar de pie, es una cuestión crucial. La jornada laboral puede mejorar si se usa un zapato adecuado. Hay que descartar los zapatos rígidos, apretados o con formas que no respeten la forma natural del pie. Y por su puesto, tampoco se deben usar tacones altos. El calzado apropiado es el que permite que los dedos se muevan para que no disminuya el riego sanguíneo. También es aconsejable que tengan cordones para poder regular la presión. La suela debe contar con un soporte de arco para sujetar la planta del pie, y también se deben incluir unas plantillas anatómicas, suaves, mullidas y transpirables que aporten un extra de comodidad.


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