Las máquinas de chorrear arena han cambiado algunas industrias, ya que han hecho que trabajos que eran sucios y hasta peligrosos por las sustancias que había que usar, ahora sean limpios y sencillos.
Esta tecnología tiene muchas funciones, más si tenemos en cuenta que hay varios tipos de máquinas y que pueden emplear abrasivos con propiedades muy diferentes.
Limpieza de superficies
Todas las superficies de ladrillo, adoquín, piedra, etc., se van oscureciendo con el paso del tiempo. Esto ocurre más en las ciudades, en donde la contaminación se va depositando sobre ellas y vemos cómo las fachadas se van opacando con los años.
Además, en entornos urbanos tenemos el problema de los grafitis, cuya pintura penetra en las fachadas de materiales porosos y no sale con la típica hidrolimpiadora, ni siquiera con las que tienen mayor presión.
Este es uno de los usos que se les da a las máquinas de chorrear arena, que pueden con esa suciedad con la que otros métodos no tienen nada que hacer, utilizándose en este caso lo que se conoce como chorro de arena húmedo, es decir, que se mezcla la arena con agua.
El agua a presión impulsa la arena, la mezcla consigue un gran ahorro de este material al necesitarse menos abrasivo y a la vez su aplicación es menos peligrosa, pues no se levanta polvo.
Como decapante
Hasta la aparición del chorro de arena solo había una manera de decapar y era usando productos químicos. Se aplicaban, se esperaba a que levantasen la pintura y luego esta se retiraba con una espátula.
Esto era lento y peligroso, pues este tipo de productos eran de todo menos saludables, y por suerte ya se emplean muy poco gracias a las máquinas de chorrear.
Con una chorreadora, aquí se suele elegir el arenado en seco, la pintura desaparece como por arte de magia, creando un efecto muy espectacular en las piezas de metal, en donde parece que la pintura se borra al instante, dejando el metal brillante listo para recibir una nueva capa de pigmento.
Limpiar metales oxidados
Sacar el óxido nunca es sencillo, más si hablamos de piezas con recovecos o curvas, de manera que el chorreado de arena nos ayuda en la tarea, puesto que llega a esos rincones en los que una lija o incluso el cepillo metálico accionado por una taladradora no alcanza.
En este caso, también se suele escoger una mezcla de agua y arena aplicándola con una boquilla fina que facilita el llegar a todos los rincones, por pequeños que sean.
Pulir superficies
Algunas industrias también usan esta tecnología a la hora de pulir superficies como la cerámica o las metálicas, que no salen lisas del proceso de fabricación.
Con la máquina de chorreado y el abrasivo adecuado para cada material, las superficies se alisan, quitando todas las imperfecciones y dejándolas listas con el fin de salir al mercado con poco esfuerzo y un gasto contenido, puesto que existen máquinas que recuperan el abrasivo.
Existen abrasivos que se pueden usar varias veces, de manera que los costes se reducen al máximo, convirtiendo a esta técnica en una de las más rentables.
