El pisto es un plato típico de Castilla-La Mancha y que la alta cocina ha reivindicado esta tradicional receta. Es muy fácil de hacer y funciona igual de bien como entrante, como primero o como una guarnición para todo tipo de platos. Se trata de un plato elaborado con el aprovechamiento de los productos de la huerta, pero la base es el tomate, único elemento insustituible de la mezcla. Luego se incluye el ajo, la cebolla, el pimiento y el calabacín. Algunas opciones le añaden calabazas o berenjenas. Al final, la diferenciación está en poner unos u otros ingredientes y en cómo cambian las cantidades y variedades. En este artículo, te contamos cuál es el truco infalible que utilizan los profesionales para elaborarla.
1Diferentes versiones del pisto manchego
La receta se ha extendido por toda la geografía española, pero el pisto también tiene familia fuera de nuestras fronteras. Platos similares podrían ser el ratatouille y el bohemienne francés o la siciliana caponata, y dentro de nuestro país guarda similitud con el tumbet o la sanfaina. Además, es una receta que se elabora allí donde hay una huerta. Por eso no es patrimonio exclusivamente manchego esta receta, ya que encontramos también versiones riojanas, navarras, murcianas, bilbaínas o el denominado pisto primigenio, que solo se elabora con tomate y pimiento.