Alerta en Europa: recesión en Alemania y los graves problemas en el BCE

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Alemania continúa profundizando en su recesión. Los datos macroeconómicos cada vez son peores, mientras la presión es máxima en el Bundesbank debido a los balances. Pese a la gran incertidumbre presente en la renta variable, la deuda alemana está actuando como un imán para atrapar inversión, pero cada vez paga más por sus emisiones.

Es más, los intereses a dos años se han disparado por encima de los máximos de 2011, un nivel visto en un contexto de quiebra del euro y caída del sistema bancario a los infiernos. Hace una década, el Banco Central Europeo tuvo la solución al comprar deuda soberana para calmar las primas de riesgo y alejar un mayor riesgo de la quiebra de países tras los rescates a España, Grecia, Portugal e Irlanda.

La industria alemana y toda la economía no se han detenido abruptamente, sino que se encuentran en medio de una larga y gradual caída en recesión

Sin embargo, en esta crisis financiera, el Bundesbank es la entidad que más dinero asiste al Banco Central Europeo (BCE), mientras que la propia entidad presidida por Christine Lagarde la usa para comprar deuda soberana de los países con mayores problemas, como Italia y España.

El gráfico del Target 2 -el sistema creado para mover el dinero entre los bancos- muestra importantes saldos negativos en la tercera y cuarta potencias del euro. Los niveles actuales muestran como el dinero se refugia en Alemania, a pesar de que sus bonos han incrementado los intereses por encima de los niveles de hace once años, una muestra de la tensión producida por los graves desequilibrios en la Eurozona.

El dilema de Lagarde: inflación o recesión
El dilema de Lagarde: inflación o recesión

El Target2 se utiliza tanto por el Banco Central Europeo como por las entidades financieras para procesar los pagos en euros y hacer las transacciones con seguridad. Se trata de un mercado integrado y mide el flujo de dinero entre países -el total recibido menos el enviado-, un balance que se anota después en los bancos centrales nacionales.

EL SALDO DEL TARGET2 ASUSTA A LOS ANALISTAS

De esta forma, si las entidades de crédito han enviado más dinero a través del Target2 del que han recibido, el banco central del país tendrá un saldo negativo. En cambio, si ha recibido más del enviado, el saldo es positivo. Así, si Alemania envía 120 euros a España, y éste hace entrega de 30, el saldo será negativo para los germanos en 90, mientras que nuestro país se anota de forma positiva esa cantidad.

Asimismo, los países con mayores problemas han decidido dejar de lado los recortes para abrazar un mayor aumento del gasto y Alemania no es ajena a esta estrategia al aprobar un plan de 200.000 millones para ayudar directamente a la industria. Estas tensiones de una mayor liquidez en el sistema tienen efectos devastadores para familias y empresas. Entra más dinero en la economía en un momento en el que se trata de contener la inflación, que alcanza el 10% en la locomotora europea y niveles muy similares en España.

La banca de Italia y España acaparan el dinero del BCE
La banca de Italia y España acaparan el dinero del BCE

La situación en este momento, es que son las entidades alemanas las que guardan el dinero en su propio banco central. No se fían del resto, como ocurrió en la crisis de 2008. En cambio, las entidades financieras españolas e italianas son las que más dinero acaparan en este sistema de compensación. De hecho, con los datos de agosto, Italia (línea verde con la caída más abrupta) obtiene más de 658.000 millones de euros con este método, mientras que España (línea roja y ligeramente por encima de Italia) suma un total de casi 495.000 millones.

LOS PASIVOS DE LA BANCA ESPAÑOLA E ITALIANA SE DISPARAN

Estas cifras son las mayores de la historia desde la entrada del euro para Italia y el tercer peor dato en España, mientras el Bundesbank (línea celeste más alcista) acapara un total de 1,16 billones de euros, la tercera mayor cifra de su historia tras el récord de junio y el dato de marzo, ambos por la incertidumbre de la invasión de Rusia a Ucrania. El BCE, por su parte, registra el tercer peor saldo en el gráfico, a cierre de agosto, con casi 350.000 millones en negativo.

Los pasivos de Italia hacia otros bancos centrales de la zona euro tocaron un nuevo récord en septiembre, hasta alcanzar los 715.000 millones de euros, y todo ello sin que Giorgina Meloni haya tomado aún posesión del cargo. Los saldos, con Mario Draghi en el poder, se situaron en mínimos históricos en el país.

Una herencia dejada por el expresidente del BCE y que ahora tendrán que lidiar la banca nacional. banco central el viernes, lo que posiblemente refleje una mayor salida de inversores extranjeros de Italia. Más de lo mismo ocurre en España, donde la deuda ha alcanzado máximos históricos frente al PIB. Pese a ello, la gran banca española muestra una mayor fortaleza que la alemana en el mercado bursátil.

LA DURACIÓN Y PROFUNDIDAD DE LA RECESIÓN, LAS PRINCIPALES INCÓGNITAS

Y es que, la economía alemana ha pisado el freno, aunque por ahora no hasta el fondo. Según los datos del Instituto de Estadística germano, la caída en los sectores intensivos en energía han desplomado su producción en un 8,6% respecto a febrero, último mes antes de la invasión de Rusia, y un 2,1% en tasa interanual, mientras las ventas minoristas de agosto se han desplomado un 1,3%.

La construcción, uno de los termómetros de la economía, la caída ha sido del 2,1%, mientras que la producción de energía cae en un 6,1% respecto a julio, todo ello sin contar con la estacionalidad propia de las vacaciones de verano. En este sentido, no sólo la actuación belicista de Vladimir Putin está siendo uno de los principales impulsores de esta recesión. La sequía ha hecho mella, dejando los niveles de los ríos del norte en mínimos e intransitables. Además, se suma ahora el posible sabotaje en los gaseoductos y vías férreas, como el detectado este fin de semana por el gigante Bahn.

Por el momento, la economía alemana han entrado en un descenso gradual para entrar en recesión, una especie de aterrizaje suave, pero con las mismas consecuencias: menor demanda y más desempleo. «La industria alemana y toda la economía no se han detenido abruptamente, sino que se encuentran en medio de una larga y gradual caída en recesión», ha asegurado el departamento de análisis de ING.

ALEMANIA HUNDE SUS EXPECTATIVAS DE PEDIDOS

La entidad de Países Bajos ha indicado que las «expectativas de producción estaban cerca de los máximos históricos, pero desde el comienzo de la invasión de Rusia a Ucrania han ido cayendo gradualmente, sin que se vislumbre un final en la actualidad». En este sentido, ha hecho referencia a la entrada de pedidos, cuando las cifras apuntaban a niveles elevados a principios de año y las empresas habían completado sus inventarios. «Desde entonces, los nuevos pedidos han disminuido casi todos los meses y la producción real se ha debilitado desde el verano», ha sostenido.

«No necesitamos una bola de cristal para ver un mayor debilitamiento de la industria alemana en los próximos meses», han afirmado. «El impacto total de los precios más altos de la energía solo se sentirá en los últimos meses del año», ha indicado la entidad. Y es que, habrá falta de materias primas, como el gas industrial. Por tanto, los datos reflejan únicamente un adelanto de lo que vendrá en la última parte del año, donde la mayoría de analistas apunta caídas en el PIB en la mayoría de los países de la Eurozona, la primera premisa para entrar en recesión en el inicio de 2023.

EL BCE, EN AGUAS BRAVAS: ESTANFLACIÓN A LA VUELTA DE LA ESQUINA

«Los altos precios de la energía pesarán cada vez más sobre el consumo privado y la producción industrial, haciendo inevitable una contracción de la economía», ha analizado ING. Al respecto, sólo cabe esperar a despejar una de las principales dudas en el mercado: «¿Cuán severa será la recesión?». Otra incógnita es conocer el tiempo que durará. En Estados Unidos, la recesión se registra desde abril.

Todo ello, mientras los bancos centrales juegan en aguas bravas, como la inflación y la caída de la economía. Los de Christine Lagarde se han desentendido de su mandato único: la estabilidad de precio en niveles cercanos al 2%; y al mismo tiempo han permitido mayores niveles de deuda y déficit públicos. Así, no descarta un escenario desolador como el de 2012, que estuvo a punto de acabar con el euro y la Eurozona, así como con el sistema bancario.

Y es que, si los países salen del euro, su deuda quedará nominada en una divisa devaluada sin capacidad de respuesta para hacer frente a las obligaciones actuales. El principal problema ahora es que el BCE no tiene munición para hacer frente a la crisis sin o bien disparar la inflación o bien dejar que la recesión haga estragos. Todo ello, con una divisa común más debilitada frente al dólar y por debajo de la paridad. Por esta razón, los analistas y economistas con una perspectiva muy negativa aconsejan guardar agua, alimentos y efectivo. Todo, porque lo peor está por venir y no estamos preparados para ello.