domingo, 15 diciembre 2024

La inflación y la guerra resucita las fincas rusticas como valor refugio

A medida que los precios suben es cada vez más necesario para los inversores buscar nuevas formas de respaldar sus ahorros. Eso ha hecho que algunos bienes revivan inesperadamente a raíz de la crisis actual, y una vez muchos buscan refugiarse en las inversiones inmobiliarias. Sin embargo en está ocasión la sorpresa es que está inversión se ha alejado de los grandes territorios urbanos, apuntando más bien comprar fincas rusticas para resguardarse, y de pronto generar un nuevo activo. 

Según datos del INE en lo que va de 2022 ya se han registrado unas 85.502 transacciones de Fincas Rusticas, sus mejores números en los últimos 14 años (coincidiendo con la última gran crisis), pero en está ocasión la inflación y los temores por el precio de la vivienda no son la única gran preocupación de los inversores, que ven en las fincas rusticas no solo un valor refugio sino también una seguro frente a la posibilidad de una crisis alimentaria. 

Es un huracán de condiciones que están dándole una nueva vida a un sector que en los últimos años estaba de capa caída. Es un cambio de tendencia interesante, que puede llevar inversión a zonas de la «España vaciada» y dar señales al futuro de las inversiones en cuanto a suelos inclusive después de que termine la crisis actual, y volvamos a apuntar a los problemas de cambio climático y de modelo de consumo que se discuten día a día en toda Europa.

PREDOMINA EL INVERSOR EXTRANJERO

Son varios los motivos que pueden impulsar a los compradores para invertir en este tipo de propiedades. No es solo la crisis, sino también el reducido stock de opciones de compra en la ciudades, cuyo porcentaje de ocupación está cerca del tope, y los límites al alquiler en algunas de ellas están empujando a los compradores a buscar nuevas opciones. 

Por un lado empiezan a aparecer nuevos inversores pensando en suelos con propiedades para la siembra o el criado de ganado, áreas en la que España presume de ser potencia de cara a una posible crisis alimentaria si la guerra en Ucrania sigue alargando, como parece que ocurrirá tras la reciente escalada de Putin. 

Un alto porcentaje de los compradores vienen del exterior, en especial desde Estados Unidos, con inversores que buscan algunos beneficios geográficos y climáticos específicos en España. A eso se le puede sumar algunas empresas que apuestan por invertir en este tipo de proyectos de forma de cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de carbono. 

Lo que tiene mucha variedad son los vendedores que pueden saltar entre empresas, herederos que no están interesados en este tipo de propiedades o personas mayores que ya han sacado el jugo de la propiedad.

INVIERTEN EN EL SUELO PARA OLIVOS

El tipo de suelo más común en el que están invirtiendo las compañías es el dedicado a la siembra de olivos, sea para la producción de aceite o la venta directa de los mismos en el mercado. Tiene sentido, después de todo ambos productos son clave en la mesa española y aún en tiempos de crisis y sequía suelen tener una alta demanda que mantiene vivos los números de producción.

La mayoría de las compras en este sector se mueven hacia Andalucía, donde el clima es beneficioso para estos proyectos, y el resto del sur. Es un panorama diferente al que se ve en las inversiones relacionadas en ganadería, que han apuntado más al norte con comunidades como Extremadura. Sin embargo en ambos casos se nota el crecimiento, aunque sigue siendo un sector minoritario.

LAS FINCAS RUSTICAS COMO PATRÓN GLOBAL

España no es el único país donde se ha visto este patrón que también se ha repetido con grandes inversiones en tierras rusticas en Estados Unido por algunos de sus grandes inversores. Es una solución posible no solo por la crisis actual, sino una opción ante las posibilidades de que sea necesario disminuir el consumo de carne en los próximos años para disminuir las emisiones de carbono en la atmósfera.

Dos billonarios, Bill Gates y Elon Musk, ya han hecho inversiones en varios miles de hectáreas disponibles para su cosecha en Estados Unidos. Es una señal interesante de lo que pueden señalar este tipo de inversiones en los próximos años en España y en el mundo, incluso una vez que hayamos superado la crisis actual. 

De todos modos habrá que seguir de cerca la evolución de este tema en el país. Aunque tiene beneficios a largo plazo lo más probable es que los datos de compra venta vuelvan a bajar una vez superada la crisis actual, pero quizás valdría la pena seguir atentos a este mercado una vez atravesado el huracán.


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