Tratamientos psicológicos para aumentar la capacidad de resiliencia

Según la Real Academia Española de la Lengua, se conoce como resiliencia a aquella capacidad, situada en la mente humana, de enfrentar con flexibilidad situaciones límite y salir reforzado de ellas.

Probablemente no es la primera vez que escuches esta palabra en el ámbito de la Psicología. Este interesante concepto esconde una de las capacidades más inauditas del ser humano, capaz de reestructurar los recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades.  Sin embargo, muy pocos conocen qué es la resiliencia realmente.

Se conoce como una persona resiliente a aquel individuo que, además de abordar las adversidades que la vida impone a veces, va un paso más allá y utiliza estas experiencias como un paso del que aprender en su vida personal. Este concepto proviene del latín resilio, representando el hecho de “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”, y es un término sometido a estudio durante más de 50 años.

¿Existen tratamientos psicológicos para ser más resiliente?

Si bien no existe la fórmula secreta para convertirse en una persona resiliente, sí se pueden poner en práctica algunas formas de potenciar la resiliencia. Descubre algunas de ellas:

Averigua quién eres

El autoconocimiento es una de las claves a la hora de enfrentarnos a las adversidades que requieran resiliencia. Aprender de las experiencias puede influir significativamente en tu manera de ver las cosas y, por ello, afectar a tu personalidad. Esto se traduce en una mejora del autoestima, fortaleza y un mejor conocimiento de sí mismo. Además, existen multitud de psicólogos online para ayudar en este proceso.

Encontrar un buen apoyo

 Los vínculos que construimos con familias y amigos nos determinan como persona. El afecto procedente de nuestros lazos familiares y amistades cercanas mejoran el ánimo y potencia nuestra capacidad de enfrentarnos a un problema, en ocasiones, gracias a su apoyo.

Aprende del error

Cometer errores y sufrir malas experiencias es un paso necesario en la vida de un humano para desarrollar fortaleza y convertirnos en nuestra mejor versión. La madurez que nos brinda una situación tensa puede resultar útil para nuestro desarrollo personal, de la misma manera que lo hace la actitud con la que abordemos el problema. Encontrar un psicólogo en Madrid podría ser un apoyo si vives en la capital.

Aceptar lo que está ocurriendo

Asumir lo que ocurre a nuestro alrededor nos ofrece una visión más realista de nuestra vida. Por ello, no debemos pensar que los malos momentos son insuperables, sino extraer el aprendizaje que nos brindan.

Gestiona tus emociones

Conocer nuestras emociones y saber controlarlas es el primer paso para convertirte en una persona resiliente. Nuestros sentimientos nos permiten avanzar como personas, pero ser crítico con uno mismo y reconocer cuándo no estamos siendo realistas es uno de los poderes que ofrece la resiliencia.

Amor propio: quiérete

Muchas veces pasamos por alto el amor propio, y una visión positiva de nosotros mismos es clave en el ejercicio de la resiliencia. Actividades como leer, hacer ejercicio y cuidar nuestra salud física y mental son claves a la hora de enfrentarse a una situación que exija resiliencia. Para conseguirlo, es importante no juzgar a la persona que vemos en el espejo.

Busca una nueva oportunidad

A lo largo de nuestra vida, se ponen en nuestro camino numerosas situaciones que nos harán sentir decepción, desmotivación o malestar. Por ello, las personas resilientes se caracterizan por ver más allá de estas circunstancias. La resiliencia va de la mano de un cambio y de un aprendizaje, y a veces consiste en ver al obstáculo como un reto y no como un problema. Si estás interesado en un psicólogo en Chamberí, esta es una de las actividades más demandadas por los pacientes, con resultados positivos a corto, medio y largo plazo.

Enfréntate a la incertidumbre

Vivir el presente es uno de los secretos para una vida resiliente, y de manera habitual este concepto va de la mano con términos como la disciplina y madurez. Las personas con alta capacidad de resiliencia conocen sus límites y metas. Esto se traduce en una flexibilidad para elaborar su propio camino, lidiando con la incertidumbre y sin tener obsesión por tener el control.

Reflexiona y medita

A pesar de que muchos usuarios infravaloren esta práctica, la meditación o mindfulness ayuda a mantener al ser humano en el presente sin desafiar al futuro ni sus múltiples efectos en nuestras vidas. Por ello, las personas resilientes son capaces de aceptar el momento y no adelantarse a futuras adversidades.

Olvida el pasado

En muchas ocasiones, los seres humanos se aferran al pasado y se preocupan por el futuro sin valorar el presente. El “aquí y ahora” es uno de los motivos por los que las personas con alta capacidad de resiliencia logran enfrentarse a muchas de las adversidades que su vida les presenta.