sábado, 14 diciembre 2024

¿Hacia otra crisis del papel higiénico? Alerta en Europa por el alza de precios de la celulosa

El año 2020, además de suponer un antes y un después para el mundo por la crisis sanitaria del Covid-19, también estuvo marcado por otro suceso curioso cuanto menos: la «escasez» de papel higiénico. El miedo a quedarse sin uno de los bienes de consumo más usados cotidianamente desató la histeria colectiva y las imágenes de gente llenando carros con paquetes de papel en los supermercados que nos regalaron aquellos días pasaron a convertirse en una broma recurrente en la viralidad de las redes sociales.

Sin embargo, la anécdota puede acabar convirtiéndose una especie de profecía autocumplida o, al menos, los datos en Europa reflejan una situación para empezar a preocupante. Y es que, los precios de la producción de celulosa, principal componente del papel higiénico, han alcanzado cifras récord en los últimos meses.

Países como Alemania y Finlandia, grandes suministradores de celulosa en Europa, están teniendo dificultades con los costes para generar la materia prima a través la madera y algunos importantes proveedores de este material han sufrido parones en la producción durante el verano. En este sentido, el histórico fabricante alemán de papel higiénico Hakle GbmH, se declaró en quiebra hace poco más de una semana por la presión de los elevados precios de la energía al calor del gas ruso y de otras materias primas.

Este factor está siendo el principal problema, sumado a huelgas laborales y a los cuellos de botella en la cadena de suministro de los que se viene alertando durante meses en Norteamérica y, especialmente, en China. Es en el gigante asiático donde se ha experimentado uno de los mayores aumentos del precio de la celulosa, habiéndose incrementado hasta en un 46% en el año.

MENOS PAPEL Y MÁS CARO

Asimismo, en Finlandia la situación también es complicada, ya que a los problemas energéticos se suma también el conflicto con Rusia. Los fabricantes del país dependen directamente de la madera rusa, de la que a su vez generan la celulosa, por lo que las sanciones contra Rusia a raíz de la invasión a Ucrania están generando escasez de esta materia prima.

Por su parte, grandes multinacionales como la estadounidense Procter & Gamble, dueña de marcas como Ariel, Gillete, Oral B o Dodot entre otras muchas, ya han subido los precios del papel y reducido la longitud de sus rollos a consecuencia de la crisis actual para preservar sus márgenes comerciales. Un panorama que refleja bien las tensiones inflacionistas y los problemas en la cadena de suministros.

No es la única compañía en acometer este tipo de subidas en los productos finales para el consumidor y no se espera que sea la última. Es por ello que la idea de que los minoristas de renombre europeos emulen a sus homólogos norteamericanos y lleven a cabo incrementos de precios y recortes en sus productos es cada vez más realista.

Asimismo, otro factor importante para medir la tensión en la industria papelera se encuentra en el papel tisú (de donde viene el papel higiénico), cuyos precios al por mayor en Europa están registrando cotas nunca alcanzadas en los últimos días.

De este modo, según explicó recientemente el analista de materias primas Javier Blas en su columna de opinión para Bloomberg, durante la primera mitad del año los costes mayoristas del papel tisú experimentaron subidas de entre un 3% y un 5% mensual. La escalada ha seguido desde julio, con los precios aumentando hasta un 10% cada mes.

¿Y EN ESPAÑA? EL SECTOR ALERTA DE LA ESCALADA DE PRECIOS

En el caso de España, aunque cuenta con una potente industria papelera y de celulosa, el sector también ha avisado de la deriva productiva durante este año. El pasado julio, la patronal del sector papelero ASPAPEL, presentó el ‘Informe Anual del sector de la celulosa y el papel‘. En el estudio, la organización destaca el crecimiento del sector durante 2021, habiendo recuperado los niveles prepandemia, tanto en la producción de celulosa como en la de papel.

Sin embargo, la entidad avisa con preocupación sobre las cifras reflejadas durante los primeros cuatro meses de este ejercicio. «En el primer cuatrimestre de 2022, la situación a corto plazo se complica por la escalada de precios de la energía y el aumento del coste de las materias primas y el transporte, lo que tiene su reflejo en un incremento de la producción de papel de apenas el 0,4% y una caída en la celulosa del 8,3%”, señala el informe.

Esta desaceleración en la fabricación de papel y, sobre todo, la caída de la producción de celulosa, suponen otro aviso al consumidor. El descenso productivo hace de la celulosa un bien escaso y, por tanto, cada vez más cotizado. Un escenario que empuja al alza su precio y por consecuencia el del producto final, el papel higiénico.

EL ESCENARIO INFLACIONISTA SERÁ CLAVE LOS PRÓXIMOS MESES

Con la inflación por encima del 10% y los precios energéticos situados todavía en niveles elevados, muchas industrias siguen asumiendo costes extraordinarios en los procesos productivos. Tanto en España como desde Bruselas, se están impulsando medidas en terreno energético para tratar de frenar los precios, en constante aumento desde que se iniciaran las tensiones geopolíticas con Rusia a raíz de la invasión de Ucrania.

Además de los topes al gas y probablemente a energías renovables, las subidas de tipos llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) tienen como objetivo encarecer el precio del dinero para forzar un descenso del consumo y así poder reducir la inflación. Pero no son pocos los expertos y analistas que difieren de la estrategia de la entidad europea, que se espera que sigan en esta línea al menos a corto plazo.

Si bien desde hace semanas se puede comprobar como productos de consumo básicos aumentan de precio en los principales supermercados, el papel entra en esta espiral inflacionista con sus propios condicionantes del sector. Los próximos meses serán determinantes y el temor por una recesión en la eruozona incrementan la preocupación entre las compañías del sector.

La menor producción de celulosa lleva a la escasez de papel higiénico, que a su vez encarecería su precio final al consumidor. Quedarse sin rollos de papel o comprarlos a precios de lujo en un futuro próximo es ahora una posibilidad real en territorio europeo, que puede dejar las escenas en los supermercados en 2020 como algo anecdótico.


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