El gas sigue siendo uno de los puntos de fricción de la batalla económica que están librando Rusia y el resto de Europa. Pese a que el estado ruso ha seguido presionando a los países occidentales, el precio del ‘combustible azul’ no sale de la tendencia bajista desde que tocase máximos históricos el pasado 26 de agosto, llegando a superar los 340 euros en el TTF, mercado de referencia. Una tendencia que rompe con la dinámica que el precio del hidrocarburo venía mostrando.
Y es que, el valor del gas ha corrido a favor de los movimientos que Rusia ha llevado a cabo. La condición del país liderado por Putin como máximo exportador del continente europeo pesa enormemente en el precio de la que es la materia prima. Aunque el precio del gas en el mercado holandés oscila los 200 euros, este dista enormemente de lo esperado. De base, a comienzos del presente mes, Alexey Miller, presidente de Gazprom, advirtió a Europa de que el precio del combustible seguiría creciendo, pudiendo tocar los 385 euros en el mercado holandés.
RUSIA DECIDIÓ MANTENER CERRADO EL NORD STREAM HASTA QUE OCCIDENTE REBAJE LAS SANCIONES
A su vez, en los primeros días de septiembre, Rusia ha decidido mantener el Nord Stream parado de forma indefinida. El estado ruso lanzó un comunicado declarando que mantendrían el mayor gasoducto de Europa paralizado hasta que los países occidentales levantasen las sanciones interpuestas a Rusia. Pese a que el chantaje ruso preocupa a los países dependientes, los precios a futuro de la materia prima han ido bajando de forma paulatina.
EL PRECIO DEL GAS ROMPE CON SU PROPIA DINÁMICA
Sin obviar la volatilidad que sacude al mercado, el precio del hidrocarburo parece haber salido del carril ruso, decreciendo hasta los 200 euros. Desde que Rusia anunciase los cortes indefinidos del Nord Stream, el valor del gas en el TTF ha caído cerca de un 20%. Parece que, ante los elevados precios que venía reflejando la materia prima a comienzos de mes, y el aparente optimismo de Europa con respecto al suministro, los inversores de gas han decidido vende parte de sus tenencias.
Así, y contra pronóstico, el valor del combustible azul ha decrecido como nunca en un escenario en el que todas las direcciones apuntaban a un crecimiento abrupto. La presión rusa ha sido en todo momento un catalizador del precio de la materia prima. Aún esto, amenazas del Kremlin han quedado en nada (en referido al valor del hidrocarburo en el TTF holandés). Desde que tocase máximos históricos el pasado 26 de agosto en 346 euros, el gas ha decrecido más de un 43%, siendo esta la mayor caída de la materia prima de los últimos dos años.
RUSIA SIGUE PESANDO
Pese a que la tendencia actual es bajista, las futuras variaciones en torno al precio del gas en el TTF dependerán en mayor medida de las acciones de Rusia. La volatilidad y la incertidumbre siguen marcando el compás de los mercados europeos, y en el gas no es una excepción. De hecho, y aunque el valor del hidrocarburo ha ido a la baja desde el pasado 26 de agosto, el pasado 5 de septiembre, la materia prima creció cerca de un 30% tras conocerse la interrupción indefinida del Nord Stream.
Aunque el gas volvió a retornar hacia los cerca de 200 euros actuales, la dinámica presentada sí es una muestra de que el precio del hidrocarburo sigue teniendo un estrecho vínculo con las decisiones que tome el Kremlin.
EL G7 Y EL TOPE DEL PRECIO DEL GAS, CLAVE
Otro cabo suelto que puede resultar crucial en los contratos de futuros a gas natural es la decisión sobre el tope del precio del gas. Como ya hicieran con el precio del petróleo ruso, los países occidentales están barajando la idea de topar el precio del gas ruso. El G7 acordó limitar el precio del esquisto a comienzos de septiembre con el objetivo de minimizar la financiación militar en la guerra de Ucrania y, a su vez, tratar de estabilizar el disparado precio del ’oro negro’. Occidente tiene en la cabeza imitar la medida con el precio del gas. Aún ello, y sin haberse aprobado la hipotética medida, Rusia ya advirtió de las consecuencias que tendría topar el precio del gas.
Según el ‘Grupo de los 7’, un hipotético tope del precio del gas permitiría «reducir los ingresos rusos y la capacidad del estado ruso de financiar la guerra en Ucrania, mientras que limitaría el impacto del conflicto en los precios mundiales de la energía». Pese a que la medida está cerca de ser una realidad, no hay que obviar las nuevas acciones que pueda llevar a cabo Rusia.
¿TORCERÁ RUSIA EL BRAZO?
El organismo mundial ha argumentado que facilitarían el acceso de los países más dependientes a otros mercados energéticos. A su vez, el objetivo es debilitar la economía rusa, con la esperanza de que el Kremlin vaya retrocediendo, algo que repercutiría de lleno el precio del hidrocarburo.
Sea como fuere, por el momento, las amenazas de Rusia y de Gazprom parecen no haber tenido efecto en los precios a futuro del gas. Hoy por hoy, el valor de la materia prima en el TTF sigue orientado hacia la tendencia bajista, experimentado su caída más abrupta de los últimos dos años desde que alcanzase máximos históricos. Está por ver cuáles son los próximos movimientos tanto del Kremlin como de los organismos occidentales, y la influencia que estos puedan tener en los precios a futuro del gas.