Desde el inicio de la guerra en Ucrania son pocos los países de occidente que han podido evitar una crisis energética. Después de todo, la dependencia de Estados Unidos y Europa al gas y petróleo ruso es más que evidente y era evidente esperar que Vladimir Putin respondiera cortando o disminuyendo el suministro, quizás la única sorpresa es lo efectiva que ha sido su presión a la OPEP.
Desde el inicio de la guerra los rusos han podido presionar a la agrupación para evitar que aumente la producción del crudo. Un aumento en la producción disminuiría los precios, lo que podría abaratar el costo de la gasolina y el transporte en varios países.
Es cierto que Rusia forma parte de los países de la OPEP+, una agrupación formada por los 13 países OPEP y varios de sus aliados productores como México o Kazajstán en 2016, pero los miembros de la OPEP+ no pueden votar ni están obligados a cumplir con los acuerdos de producción y distribución de la organización, pero una potencia como Rusia bien puede forzar su mano.
RÉCORDS HISTORICOS
Casi el mismo día que Rusia declara la invasión a Ucrania el precio del barril de petróleo se disparó hasta los 100 dólares , y en ocasiones ha estado muy por encima. Es una de las mayores bonanzas en el precio del crudo desde 2008, cuando llegó a su máximo de 140 dólares, y ha servido para que la organización tenga un respiro después de la caída del precio de 2020, cuando el parón global de disminuyó el precio hasta los 12 dólares por la baja demanda.
. La OPEP había anunciado un aumento en la producción de unos 100.000 barriles diarios para septiembre, lo que debía ayudar a disminuir las presiones a los paises que importan el crudo.
Es cierto que para mantener este precio no solo ha hecho falta la guerra, sino una disminución importante de la producción sino mantener un ritmo de producción relativamente bajo.
En total los países de la organización están produciendo unos 26,689 millones de barriles al día, monto que recortan otros 100.000 mil barriles en el mes de agosto. Esto dejará a la organización cerca de dos millones de barriles por debajo de sus totales en 2019 y le permite seguir con un precio alto en el barril, lo que dejó cojeando a buena parte de las economías de occidente.
Lo llamativo es el cambio de posición. La OPEP había anunciado un aumento en la producción de unos 100.000 barriles diarios para septiembre, lo que debía ayudar a disminuir las presiones a los paises que importan el crudo. Tras el cambio de decisión la institución publicó un comunicado donde asegura que el aumento estaba destinado únicamente al mes de septiembre.
Son varios los líderes que han hecho llamados en el camino para que la organización suba el nivel de producción a sus números habituales. Joe Biden lo hizo a principios de año a través de Arabia Saudita y Boris Johnson por la vía de los Emiratos Árabes, pero hasta ahora las peticiones han caído en oídos sordos, con los paises árabes negándose a hacerle un favor a sus aliados occidentales.
EL PODERIO RUSO EN LA OPEP
A pesar de no ser un miembro de la organización Rusia puede influir como parte de los aliados en la OPEP+ al ser el más grande de sus aliados y el tercer país productor del crudo en el mundo, solo superado por Arabia Saudita y Estados Unidos.
Si bien el país no ha podido mantener sus niveles de exportación por las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos tras la invasión al territorio ucraniano sigue siendo un aliado importante para la organización. Lo cierto es que para Rusia es una buena noticia la inflación en los paises que se han declarado en su contra y esta no se detendrá. De hecho un artículo de la BBC asegura que antes de fin de año el precio de llenar un tanque podría rozar las 100 libras esterlinas.
LOS MERCADOS REACCIONAN
La disminución en la producción de la OPEP ha tenido una reacción casi inmediata en la bolsa de varias empresas energéticas. En el caso español Repsol ha aumentado el precio de sus acciones, pues los mercados predicen un nuevo aumento en el precio de la energía y la gasolina por la reducción en la oferta internacional del petróleo.
Pero mientras que algunas de las empresas energéticas han mejorado sus previsiones particulares la mayoría de las acciones han disminuido, y se han visto indicadores preocupantes como el aumento del precio del gas holandés o la paridad del valor del dólar y el euro, hecho que ocurre por primera vez en 20 años.
Es un escenario preocupante que muestra una de las armas más potentes con las que Rusia puede enfrentar a sus rivales sin la necesidad de seguir ensuciando las manos en conflictos bélicos de costos incalculables.