sábado, 14 diciembre 2024

La hora de la verdad, ¿logrará el BCE cortar la sangría del euro?

La próxima reunión de tipos del Banco Central Europeo (BCE) está a la vuelta de la esquina. El organismo liderado por Christine Lagarde se reunirá el próximo jueves 8 de septiembre para analizar la situación del entorno macroeconómico europeo y anunciar lo que es un secreto a voces: una nueva subida de tipos. El escenario económico de la eurozona sigue siendo complejo. Con un IPC disparado, tocando niveles superiores al 9%, y con perspectivas de que supere el doble digito, los analistas esperaban una subida de tipos no menor a 50 puntos básicos.

Como ya hiciera el pasado 21 de julio, el BCE alzará los tipos de interés para combatir al que viene siendo el mayor problema económico a nivel global. La única duda radica en si el organismo vicepresidido por Luis de Guindosaumentará los tipos de interés en 50 puntos básicos o en 75 puntos básicos. Pese a que la opción de que el BCE eleve las tasas de interés un 0,75% está ganando fuerza, el banco central debe analizar si una subida apresurada puede perjudicar a la economía de la eurozona. 

LA RECESIÓN TOCA LA PUERTA DE EUROPA 

Y es que los tambores de recesión suenan más fuertes que nunca. De adoptar una actitud más agresiva, el BCE debe ser consciente de los riesgos a los que se expone. Y es que la situación macroeconómica de la zona euro viene siendo compleja debido a los estragos provocados por la guerra entre Rusia y Ucrania. 

LA INFLACIÓN DE LA EUROZONA ESTÁ EN UN 9,1% Y LOS ANALISTAS CREEN QUE LLEGARÁ AL DOBLE DÍGITO

El conflicto armado ha puesto en un brete al organismo europeo, que tardó más que sus homólogos internacionales en elevar los tipos de interés. Y es que la economía de Europa pende de un hilo. Con unos precios energéticos y de materias primas disparados, un aumento superior de los tipos de interés podría haber causado más estragos, llevando al Viejo Continente a una recesión que parece ser inevitable. 

EL BCE DEBE DECIDIR, ¿CAUTELA O DETERMINACIÓN? 

Ahora, con una situación igual o más compleja, el BCE debe tomar la determinación de ser más agresivo para intentar frenar la galopante inflación, o, por el contrario, adoptar una postura más cautelosa para evitar la recesión económica del continente. Los últimos acontecimientos inundan de dudas a los expertos. Y es que con un IPC que apunta a superar el 10% más pronto que tarde, y con Rusia habiendo cortado el suministro del Nord Stream a los países de Occidente, el BCE no puede apresurarse. De elevar los tipos más de la cuenta, el margen de maniobra quedaría más acotado. Aún ello, todo apunta a que el organismo europeo adoptará una postura similar a la que viene mostrando la FED. 

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE

Lo único cierto es que el BCE apenas cuenta con margen de error. Los cambios de política monetaria deben ser acertados. De lo contario, bien la inflación o una futura recesión sacudirá a la economía europea, entrando en un escenario aún más pantanoso en comparación al actual. 

EL EURO, LA TAREA PENDIENTE DEL BCE 

Otra de las asignaturas que el BCE no ha logrado aprobar en lo que va de año es el fortalecimiento del euro. La moneda única viene sumida en una constante deprecación con respecto al dólar. El billete verde se ha visto aupado por las estrictas medidas económicas que ha ido tomando la FED y, por supuesto, por la posición debilitada de Europa con respecto a Estados Unidos. 

La próxima reunión de tipos deberá ir enfocada al fortalecimiento de un euro que, hoy por hoy, vale 0,99 dólares. Es decir, la moneda de la eurozona está en niveles similares a los mostrados hace 20 años. El euro ha ido cayendo con respecto al dólar de forma paulatina a lo largo de los más de ocho meses ya transcurridos. Así, la moneda única se ha depreciado más de un 13% con respecto a su homóloga americana. 

MIENTRAS EL DINERO VALE MENOS, LOS PRECIOS SUBEN

La anterior subida de tipos logró aupar ligeramente al euro. Pese a ello, el ‘efecto BCE’ fue efervescente ya que desde el pasado 21 de julio, fecha en la que el organismo liderado por Christine Lagarde alzó los tipos de interés en 50 puntos porcentuales, el euro se ha depreciado más de un 3%. En ese tiempo, el FED llevó a cabo una nueva subida de tipos de 0,75 puntos básicos, ubicando la tasa de interés de los States entre el 2,25% y el 2,50%, mientras que la de la eurozona está en un 0,50%.

EL EURO SE HA UBICADO EN NIVELES SIMILARES A LOS QUE MOSTRABA HACE 20 AÑOS  

La próxima subida de tipos del BCE se antoja clave no solo para rebajar el impacto de la inflación, sino para fortalecer a la moneda única. La depreciación del euro coincide con un IPC disparado, lo que se traduce en que el dinero vale menos cuando los precios están creciendo de forma desorbitada. Una ecuación en la que el resultado es el debilitamiento de los bolsillos de los ciudadanos europeos. 

Al BCE le llega su hora de la verdad. Lagarde debe atajar dos problemas que, hoy por hoy, tienen una difícil solución. Pese a ello, la herramienta más eficiente es una subida de tipos que realmente sea resolutiva. Pese a que el escenario europeo es complejo, con unos precios de las materias primas y de la energía descabalgados, la posibilidad de que el BCE eleve los tipos drásticamente cobra más fuerza que nunca. Está por ver de cuanto es la subida y si esta logra no solo rebajar el IPC de la eurozona, sino fortalecer a la moneda única. 


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