Iberia Express afronta cinco jornadas clave para su operativa en este fin del verano. A partir del próximo domingo, 28 de agosto, los divididos tripulantes de cabina de pasajeros (TPC) iniciarán una huelga tras el fallido intento de intermediación del pasado lunes. Los tripulantes llamados al paro, convocado por USO, exigen a la dirección la vuelta a las negociaciones del convenio colectivo, unas conversaciones iniciadas hace tres años y paradas desde el estallido de la pandemia. No obstante, USO está solo en esta lucha al no tener el respaldo de ningún otro sindicato. Ni Stavla, ni Sticpla ni La Candidatura secundan la huelga, aunque sí planean movilizaciones, aunque está por ver si finalmente la llevarán a cabo.
Ryanair se hunde un 20% de su capitalización, lastrada también por los elevados precios energéticos mientras ha mantenido su política de precios bajos
Lejos de mostrar un rechazo frontal a las negociaciones, como ha hecho Ryanair, Iberia Express sí se sienta a negociar con los sindicatos. Este hecho diferencial ha hecho que los representantes de los tripulantes de cabina de pasajeros no alienten una huelga total, como ha ocurrido en Ryanair. Stavla, Sitcpla y La Candidatura no siguen a los compañeros de otras aerolíneas de bajo coste ante la predisposición de la compañía a negociar y poder cerrar una paz social antes de fin de año. Y es que, Iberia Express mantiene la calma y espera llegar a buen puerto con esta actitud. Más, cuando ha iniciado también las negociaciones del convenio con el personal de tierra y los pilotos.
Y es que, el consejero delegado de la filial de IAG, Carlos Gómez, sí ha mostrado su predisposición para alcanzar un acuerdo. Por contra, Michael O’Leary y Elena Cabrera, consejero delegado y responsable de comunicación de Ryanair, respectivamente, se niegan a sentarse con los sindicatos, cuya respuesta ha sido la de prorrogar la huelga de forma indefinida hasta después de Año Nuevo y Reyes. Según Cabrera, el impacto de este paro apenas es perceptible. «A día de hoy, cuando la gente va al aeropuerto, sus vuelos salen y llegan a su destino». En Ryanair niegan la mayor al asegurar que la huelga no está siendo secundada por los empleados, pese a los continuos retrasos y cancelaciones.
RYANAIR EXCULPA A LA HUELGA DE LAS CANCELACIONES Y RETRASOS
Sólo en esta semana, la última completa de agosto, los vuelos retrasados se han disparado, provocando la pérdida de otras conexiones, un dinero que deberá resarcir la compañía aérea. Asimismo, desde el inicio de los paros, Ryanair se hunde un 20% de su capitalización, lastrada también por los elevados precios energéticos mientras ha mantenido su política de precios bajos. En este sentido, los inversores en la aerolínea han perdido más de 3.500 millones de dólares, prácticamente el mismo montante en euros. Y es que, la empresa irlandesa se ha negado a negociar con sus trabajadores.
Gómez, por su parte, sí muestra las consecuencias que tendría la huelga de TPC en la aerolínea, además de dejar clara su versión. Por un lado, ha indicado que la aerolínea pondría en riesgo su viabilidad con esta huelga, mientras ha criticado, en una entrevista concedida a El Mundo, la «beligerancia absoluta» del sindicato USO, al que acusa de «disparar sus exigencias«. En este sentido, ha señalado que los sindicatos exigen un incremento del 26% frente al 2% que están negociando en la mesa. Esta exigencia de USO es completamente inasumible por Iberia Express, creada para competir de tú a tú con Ryanair e EasyJet. De esta forma, esta estructura de costes de personal pondría «en riesgo el futuro de la compañía».
Asimismo, Iberia Express no ha puesto ninguna línea roja en esta negociación. Ryanair no ha dado ni la oportunidad a sus empleados. Los irlandenses, por otro lado, aseguran que los retrasos se deben a problemas de control aéreo y falta de capacidad que hay ahora mismo en los aeropuertos europeos. En El Prat no hay por el momento esta situación y los vuelos con mayor tiempo de retraso son precisamente de aerolíneas en huelga. «Eso está haciendo que la operativa se esté viendo afectada por causas ajenas a la compañía. No por las huelgas», aseguró Cabrera en una entrevista en La Razón.
USO Y CCOO, ENFRENTADOS POR IBERIA EXPRESS
Y es que, USO se desentendió del acuerdo alcanzado entre la empresa y CCOO, además de abonar los 240 euros extra por sobrecargo y tras dos años de pandemia, donde han estado a punto de cerrar. Una vez se terminó el ERTE, los tripulantes fueron los primeros beneficiados, pero USO insiste en mantener el paro. En este sentido, ha emplazado a este sindicato a continuar las conversaciones.
Ni Stavla ni Sitcpla han secundado a USO, pero exigen un «convenio justo y una subida salarial acorde con los esfuerzos realizados por la pandemia». Sin embargo, la realidad es que piden un incremento salarial para evitar una mayor pérdida de poder adquisitivo. «La inflación ha dejado los salarios muy tocados», han considerado.
Y es que, los compañeros recién incorporados no alcanzan el salario mínimo interprofesional. Por ello, realizarán una convocatoria el próximo viernes con el fin de retomar las negociaciones, un paro que podría no tener lugar si alcanzan un acuerdo para poner fecha de inicio. Al contrario que USO, Stavla ha preferido realizar estas movilizaciones ante las oficinas de Iberia, lejos de generar un mayor caos en el aeropuerto.
