El euro ha perdido la paridad frente al dólar y vuelve a niveles no vistos desde su creación. La situación de la divisa común es crítica y en la Europa del Este se habla incluso de la posibilidad de que cada país adopte su propia moneda y poder salir de la Eurozona. Todo ello, ante una inflación galopante y desbocada, que apunta a casi un 20% en algunos países del Viejo Continente, como Reino Unido. Los países que formaron el telón de acero están soportando un incremento de precios cercano al 15% y de cara a los próximos meses los augurios no son halagüeños.
El euro vuelve a estar en peligro, como en 2010 y 2011, y ahora el Banco Central Europeo (BCE) no tiene arma milagrosa como la impresión de moneda o el rescate de países debido a los efectos que tendrá en la inflación. La única salida es una entrada en una recesión prácticamente desconocida a este lado del Atlántico. Alemania y Portugal, por ejemplo, están a sólo un trimestre de entrar en recesión técnica, mientras España e Italia salvan los muebles por el turismo. Una vez termine la temporada estival en ambos países todo apunta a una entrada en la recesión.
EL EURO, EN MÍNIMOS DE HACE 20 AÑOS
La divisa común cotiza en niveles no vistos desde hace 20 años, en el nivel de los 0,9997 dólares. De esta forma, la divisa común cede un 14% respecto al dólar, una pérdida que impacta directamente en los precios de importación y exportación, cuyos efectos secundarios redundan en los bolsillos de los consumidores y hogares. Y es que, el BCE ha incumplido su mandato de estabilidad de precios desde hace más de un año, una polémica decisión que ha desencadenado una tormenta perfecta para la economía.
Con los precios desbocados, la institución presidida por Christine Lagarde trata de sostener a los endeudados países del Sur de Europa, como Italia y España, a los que aún compra deuda a cambio de vender la alemana y francesa. La tendencia del euro e claramente bajista y no se descarta ver de nuevo los 0,8 dólares que llegó a visitar en el inicio de su creación.
Y es que, el plan del BCE para sostener el euro con la famosa frase de Mario Draghi -«haré todo lo que esté en mi mano para preservar el euro»- ha tenido como consecuencia la situación actual. Una década después de su salvamento del euro, la realidad es que la situación de los países no ha hecho más que empeorar, con incrementos de deuda disparados, sin reformas estructurales ni cumplimientos de las reglas del déficit. Ante esta situación, parte del Gobierno de Polonia ha abogado por la «igualdad de los estados miembros» y para ello es necesario una reforma de la Eurozona.
POLONIA PROPONE ABIERTAMENTE A LOS PAÍSES SALIR DEL EURO
En este sentido, el ministro de Exteriores considera que la invasión de Rusia a Ucrania debe tener una respuesta contundente, así como abrir la puerta a una gran reforma para desapalancar a los países. Por este motivo, ha abogado por la salida temporal o permanente del euro de algunos países de la Eurozona. Además, «el impulso de la reforma y la dirección de los cambios deben provenir de los estados miembros, no de las instituciones de la UE», ha sostenido.
«Corresponde a los estados presentar y definir ellos mismos el bien común, y así los principios de prosperidad y desarrollo de todos ellos, y en consecuencia definir adecuadamente el ámbito de competencias de estas instituciones», ha apelado. Así, Polonia rompería con la soberanía que ostenta la Unión Europea sobre el resto de Estados.
LA INFLACIÓN SE DESBOCA ANTES DE LA ENTRADA EN RECESIÓN
Todo ello, en un escenario donde los países, como España, han tratado de paliar la inflación con medidas imaginativas, como crear una isla energética ibérica un año después de destopar el precio máximo de la luz, estipulado en julio de 2021 en los 183 euros Mwh, un precio que se ha superado con creces y que el Gobierno aún no ha explicado el motivo por el cuál realizó esta medida tan perjudicial. A partir de entonces, el precio de la energía entró en una espiral inflacionista, una situación que se ha agravado con la invasión de Rusia a Ucrania. Según los analistas de Citigroup, en Reino Unido la inflación alcanzará el 18% a partir de enero del próximo año, pese a las subidas de tipos de interés.
No son pocas las voces que señalan que la recesión será necesaria para retirar liquidez del sistema, una solución perversa debido a que mermará el poder adquisitivo de familias y empresas, más cuando éstas cierren o se dirijan a concursos de acreedores, generando miles de despidos. Sin embargo, esta recesión será diferente por su «profundidad«, según han comentado varios expertos y economistas consultados por INVERSIÓN.
UNA RECESIÓN COMO SOLUCIÓN: LA PELIGROSA DERIVA ECONÓMICA
Por un lado, la crisis no sólo se encuentra en la demanda debido a los altos precios, sino también a la escasez de la oferta. Con la llegada de la pandemia, numerosas empresas realizaron fuertes recortes operativos, que han agravado los cuellos de botella. Primero fueron las navieras desguanzando barcos antes de tiempo; después la crisis de los contenedores, cuyos precios se han reducido de forma significativa; mientras las restricciones continúan en algunos países, como China y Japón.
A esta situación se suma la sequía y la ausencia casi total del grano de Ucrania, encareciendo el precio de productos básicos. Todo ello, con una crisis energética, donde el combustible cae como una pluma ante el desplome del petróleo. El oro negro, por otro lado, se encarecerá en Europa por el efecto divisa. Ante esta incertidumbre y la inmovilidad del BCE, los hogares tan sólo pueden esperar a ajustar sus presupuestos o bien pidiendo créditos rápidos, cuyos intereses ya rondan el 20% en caso de impago.