Bancos y financieras se frotan las manos ante el ‘boom’ de las tarjetas

“A día de hoy todavía me llegan solicitudes de tarjetas revolving vendidas en abril (…) han sido unos meses de auténtica locura”. Las palabras provienen de las propias entrañas de una de las compañías dedicadas a colocar todo tipo de productos, especialmente vinculados a créditos al consumo y crédito revolving, más grandes de España. “Nunca había visto nada parecido”, concluye.

EL RITMO PELIGROSO

El ritmo al que los españoles están volviendo a adentrarse en el peligroso mundo de las compras a crédito o a plazo acompañadas de unos intereses muy altos se ha desbocado. Una realidad, además, cuyos datos han empezado a aflorar por todas partes y van desde los estudios del propio Banco de España (BdE) a informes de otras firmas que se han ido presentando acabando con los datos de las compañías especializadas en ello, especialmente los bancos. Al fin y al cabo, todo el mundo parece querer su tarta del pastel, aunque eso suponga tener que hilar fino en muchas circunstancias para adaptarse a la nueva legalidad vigente. Unas exigencias que, por otro lado, se lo ponen todavía más difícil a los consumidores.

Las compañías han incluido muchas más cláusulas para cubrirse las espaldas”, explican desde el propio sector

Un caso paradigmático es el de las tarjetas revolving. Tras años de disputas judiciales, las entidades especializadas en este tipo de préstamos que se caracterizan por tener intereses elevadísimos han tenido que incrementar notablemente las hojas de los contratos que hay que firmar. Así, si antes un contrato normal para conseguir este tipo de producto constaba de cinco o seis páginas en la actualidad puede llegar a ser el doble. “Las compañías han incluido muchas más cláusulas para cubrirse las espaldas”, explican desde el propio sector. Una política que reduce todavía más las posibilidades de que alguien pueda leerse esas hojas que luego van a suponer una pesada losa sobre su futuro.

EL BANCO DE ESPAÑA ALERTA DE CIFRAS RÉCORD

El último en dar la voz de alarma ha sido el BdE. En concreto, el organismo bancario señaló que el importe de las nuevas operaciones de los créditos ‘revolving’ alcanzó en junio los 11.419 millones de euros. Una cifra que supone un 13,5% más respecto a los 10.000 millones de diciembre de 2021. El dato supera, además, todos los volúmenes que mes a mes se registraron el año pasado y los 11.395 millones que este tipo de préstamos suponían en febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia. También antes de la sentencia clave del Tribunal Supremo que puso coto a los intereses de estos préstamos ya que los consideró usureros, ya que eran «notablemente superiores al interés normal del dinero».

la ventaja de comprar ahora y pagar luego es valorada especialmente en momentos de expansión económica

Las tarjetas revolving en sí mismas son un problema para las cuentas de cualquier ciudadano, en especial, por el elevado coste en forma de intereses al que someten a su solicitante. De hecho, en la actualidad la mayoría de los préstamos que se están otorgando a través de dichos productos superan el 18% de interés, según las últimas cifras publicadas por el BdE. Entonces, ¿qué lleva a los consumidores a solicitar éste tipo de productos? Principalmente que ofrecen la posibilidad de “operar alternativamente” con la modalidad de pago diferido a fin de mes, según explica el propio regulador bancario. Esa ventaja de comprar ahora y pagar luego es valorada especialmente en momentos de expansión económica.

LOS INCONVENIENTES

Pero tiene sus inconvenientes. Así, el propio BdE señalaba en su última memoria que el gran problema de este producto es que: “El hecho de que los intereses generados, las comisiones y otros gastos repercutibles al cliente se sumen y financien junto con el resto de las operaciones (pagos en comercios, en Internet o reintegros de cajero) implica que, ante elevados tipos de interés de la deuda de la tarjeta, cuando se pagan cuotas mensuales bajas respecto al importe total de la deuda, la amortización del principal se realizará en un período de tiempo muy prolongado, lo que supone el pago total de una cifra elevada de intereses a medio y a largo plazo, y que se calculan sobre el total de la deuda pendiente”.

LAS VACACIONES MÁS CARAS DE LA HISTORIA A PLAZOS

Al final, la carga se vuelve excesiva y el consumidor se ve arrollado por una suma de dinero que en un primer momento nunca hubiera imaginado que llegaría. Eso es especialmente sensible cuando los desembolsos son más grandes de lo normal. Un buen ejemplo es el caso de las vacaciones. Sin ir más lejos, según un estudio, elaborado por la consultora independiente Kelisto, casi 2 millones de españoles pagarán a plazos sus vacaciones de verano y gastarán de media unos 1.789 euros, un 10 por ciento más que el año anterior. Datos muy similares a los que presentó también el portal iAhorro que, para este verano prevé que el 17,50% de los españoles consideran endeudarse como una posibilidad, frente al 13,10% que afirma que solicitará financiación.

Algunos de esos pagos aplazados se harán a través de este tipo de tarjetas, lo que explica en parte ese incremento. También deja entrever que los próximos datos que aparezcan próximamente sobre tarjetas serán todavía más elevados y preocupantes. Al fin y al cabo, el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum resalta que 3 de cada 10 encuestados, el 28%, ha tenido que pedir dinero prestado o ha incrementado el límite de su tarjeta de crédito al menos una vez en los últimos meses. Este porcentaje, comparado con el de otros 23 países europeos analizados por el estudio de la gestora, pone de manifiesto que el endeudamiento en España está por encima del de la Unión Europea, que se sitúa en un  26%.

LA BANCA Y LAS FINANCIADORAS SE LLEVAN SU PARTE DEL PASTEL

“La actividad en España (…) presenta una tendencia muy fuerte en el crecimiento del crédito”, explicaba el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, a los inversores acerca de la evolución del negocio. Además, les emplazó a que en los próximos resultados las cifras serán significativamente más altas: “Estamos impulsando las tarjetas de crédito”. La firma vasca es una de las que más provecho está sacando al apetito de los consumidores por el crédito. De hecho, la cifra de préstamos a la clientela a través de tarjetas de crédito creció en un 15% hasta acercarse a los 15.000 millones de euros, lo que le sitúa muy por encima de la cifra que tenía en 2019.

BBVA es una de las entidades que más provecho está sacando al apetito de los consumidores por el crédito

Para Banco Santander la reacción sobre tarjetas es la misma. “La facturación por las tarjetas de crédito sube un 20%”, se puede leer en las cuentas de la firma cántabra. Aunque hay otros nombres como el de Wizink que son los grandes ganadores, de nuevo, con el creciente apetito de los españoles por este tipo de productos. De hecho, la financiera no solo ha multiplicado varias veces el equipo de captación de consumidores para este tipo de productos, especialmente subcontratando a otras empresas para ello, sino que planea ir mucho más lejos a comienzos de septiembre.

la idea de aumentar el negocio subyace en la idea de que el parón económico deteriore la economía de los consumidores.

Una ambición que es peligrosa. Al fin y al cabo, la idea de aumentar el negocio subyace en la idea de que el parón económico deteriore la economía de los consumidores. En ese caso, muchos podrían ver en las tarjetas revolving un alivio para una situación económica que puede considerar transitoria. Pero el problema es que no lo sea y el volumen de cargas se vuelva insostenible. Un escenario que no solo es malo per sé, sino que retroalimentaria la llegada de una crisis empeorando todavía más las cosas.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2