El hundimiento del gasto familiar augura una larga recesión

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Recesión sí, pero de corta duración. Este es el mensaje que han trasladado hasta ahora las empresas e instituciones para tratar de tranquilizar a los inversores. Sin embargo, los datos son muy tozudos y muestran el escenario de una larga recesión, la decimoquinta en los últimos 150 años. La combinación de los males endémicos en la economía durante la pandemia -cortes en la cadena de suministro, especialmente-, junto con la inflación galopante de 2022 y los aderezos de las anomalías de 2008 y 1970 -crisis inmobiliaria y del petróleo, respectivamente- se han unido en esta nueva recesión, la cuarta en los últimos 12 años.

Las familias son conscientes de la gran incertidumbre que acecha tras un espectacular verano

Las consecuencias de esta crisis están siendo devastadoras, especialmente para las familias más vulnerables, las primeras en sufrir los primeros coletazos. Pero también se está dejando sentir en las Bolsas de valores, con una inversión en la curva de tipos más severa respecto a los últimos períodos de recesión. Mientras tanto, la inflación solo retrocede seis décimas, hasta el 8,3%, en Estados Unidos tras varias y agresivas subidas de tipos de interés. Éstas a su vez están teniendo consecuencias nefastas para las familias y empresas.

LOS HOGARES SE ESTÁN COMIENDO SUS AHORROS POR LA RECESIÓN

Por un lado, los hogares están consumiendo literalmente sus ahorros para poder realizar las compras de productos básicos. El colchón de las familias norteamericanas alcanzaba los 2,4 billones de dólares en enero, según los datos de JP Morgan. Sin embargo, en los últimos meses este remanente se reduce a razón de unos 25.000 millones mensuales de media desde marzo, en pleno estallido de una crisis energética que comenzó en julio del pasado año. Al mismo tiempo, están detrayendo el consumo en bienes duraderos, como está ocurriendo en España, especialmente en automóviles.

Las consecuencias en los hogares también se están notando en los créditos. Las familias están soportando unos altos intereses por cada crédito, la mayoría al consumo debido al prohibitivo precio de la vivienda, por encima de los máximos de 2007 debido a la escasez de oferta. En aquella crisis subprime el crédito dejó de darse de un día a otro, mientras crecían los impagos de la deuda y la morosidad bancaria. La desconfianza era tal que ni los bancos se prestaban dinero y si lo hacían era a unas elevadas tasas.

LA DEUDA PÚBLICA DE 2022, EL TRIPLE RESPECTO A 2008

Todo ello implosionó en 2010 en una crisis de deuda sin precedentes. El pasivo a nivel mundial superaba en 20 veces el PIB de todos los países juntos. Solo la deuda pública mundial en 2008 alcanzaba los 25 billones de dólares. Los bancos centrales intervinieron, el europeo ‘salvó’ al euro con el rescate de países y compras masivas de deuda pública y privada. Una recesión provocada por la avaricia y la codicia, que derivó en una crisis de crédito, causa principal de la entrada de una recesión que duró cuatro años.

En 2022, la deuda pública y privada ha alcanzado niveles récord, un 10% más respecto a 2021, hasta rondar los 65 billones de dólares, a los que hay que sumar la deuda privada, tanto empresarial como de los hogares, según las expectativas del índice Janus Henderson Sovereign Debt.

Sin embargo, los estímulos no se eliminaron a tiempo debido a que la mayoría de los Gobiernos, incluido el español, rechazaron realizar las reformas de calado. Con la llegada de la pandemia, al inicio de 2020, la situación empeoró hasta el punto de permitir romper con las mínimas reglas del déficit que se habían exigido hasta entonces. Incluso el Banco Central Europeo incumplía su mandato poco después al permitir que la inflación subiera de forma descontrolada por encima del 9% actual en la Eurozona y del 10,8% en España.

LOS BANCOS DE ESPAÑA E INGLATERRA AVISAN DE UNA FUERTE RECESIÓN

A nivel empresarial, el escenario es aún más preocupante. Por el momento, las tasas de desempleo en Estados Unidos no se están incrementando, si bien se constata una caída en las importaciones, mientras los bienes no duraderos se hunden con fuerza más de un 5%, según los últimos datos del PIB estadounidense.

Alerta por la posible burbuja inmobiliaria en Estados Unidos
Alerta por la posible burbuja inmobiliaria en Estados Unidos

La inversión en estructuras para la industria se desploma más de un 11%, mientras la inversión fija cae casi un 3%. La inversión de las familias en conjunto se ha hundido más de trece puntos en el último trimestre, especialmente en vivienda, en un 14%.

En Europa, la situación empeorará con fuerza si se producen los mismos escenarios que en las anteriores recesiones. En España, comienza a registrarse una preocupante caída del consumo tras el sorprendente dato del PIB del segundo trimestre, con un incremento del 1,1% pese a que los niveles de inflación superaron el 8%. Para el Banco de España, el desencadenamiento de la invasión de Rusia a Ucrania «incidió de forma significativa sobre las perspectivas de gasto de las familias, de modo que se interrumpió la tendencia de recuperación del consumo nominal proyectado».

TASAS DE PARO, CONTROLADAS DE MOMENTO, PESE A LA RECESIÓN

Y es que, los hogares españoles han dejado de comprar bienes duraderos, de equipo y automóviles, que se hunden. Las de vehículos, incluso de segunda mano, con un descenso del 8%. Y es que, las familias son conscientes de la gran incertidumbre que acecha tras un espectacular verano para el sector turístico, principal aliciente de la subida del PIB. La gran pregunta es si se mantendrá tras el fin de la temporada estival.

A los avisos de la institución presidida por Pablo Fernández de Cos se ha sumado también el Banco de Inglaterra, que augura hasta un año y tres meses de caídas consecutivas en el PIB, una situación que marca irremediablemente a la economía real, con un mayor cierre de empresas, concursos de acreedores y por tanto un incremento en las tasas de paro.

Para Inglaterra, la caída será del 2% del PIB. Cabe señalar que en el peor momento de la crisis de 2008, Reino Unido perdió el 1,5% del PIB, su mayor bajada entonces en 28 años, y una tasa de desempleo del 6,4%. La caída en 2020 dejó la tasa de paro en el 5,5%.

CAÍDAS DE LIQUIDEZ Y SE DISPARAN LOS INTERESES A CORTO PLAZO

Por el momento, Estados Unidos ha sido la primera potencia en entrar, al menos a nivel técnico, con dos trimestres con caídas en el PIB. Todo apunta al inicio de una fuerte corrección y no de un suave aterrizaje, más con la agresividad mostrada por la Reserva Federal para controlar la inflación, o al menos intentarlo. Las próximas subidas de tipos de interés se esperan para finales de septiembre, tanto en Europa como en Estados Unidos, que elevará la tasa previsiblemente al 3%.

Por el momento, la curva de tipos se ha invertido, es decir, es más caro endeudarse a dos años que a diez, un síntoma de desconfianza hacia el corto plazo que al largo plazo, donde la visibilidad es menor. Este indicador adelantado ha acertado en la mayoría de las recesiones que se han registrado en la primera potencia del mundo. En España, se exige más interés a dos años que diez, como ocurre en la primera potencia occidental del mundo. Asimismo, la oferta M2 en Estados Unidos se está hundiendo. Este indicador muestra el dinero en circulación.

Con todo, la probabilidad de una recesión se ha disparado en Europa, e incluso algunos analistas apuntan que Reino Unido ya habría entrado en este escenario. Por el momento, los efectos en la economía real son inferiores debido aún a la ingente liquidez otorgada durante la última década. Habrá que ver aún qué sectores padecerán ante esta recesión y el tecnológico apunta que será una de las principales víctimas.