Renfe lleva sumergida en problemas desde hace tiempo. La compañía ferroviaria ha conseguido llegar hasta aquí sorteando los obstáculos a duras penas gracias a los beneficios que le aporta el transporte de pasajeros. Pero el tiempo se le acaba y necesita una solución urgente. La empresa que preside Isaías Táboas acumula 22 millones de euros en pérdidas debido a su asignatura pendiente: la división de Mercancías. Esta situación viene de largo ya que desde 2015 la compañía informó del riesgo de insolvencia. Este escollo se ha visto agrandado a raíz de la pandemia y puede seguir creciendo si el tráfico no se recupera al ritmo esperado en un 2022 decisivo. Si las pérdidas alcanzan los 31 millones, la cuerda floja podría romperse. Renfe quema las naves en busca de una solución que salve Mercancías.
La división de mercancías no es rentable desde hace varios años, con unos planes de resurrección que no han acabado de dar el resultado deseado. Se están llevando a cabo varias ayudas para el operador del sistema ferroviario español. Una de ellas es la iniciativa «Mercancías 30» del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que pretende que en 2030 el tráfico de mercancías por ferrocarril en España pase de menos del 5% actual al 10%. La compañía se encuentra una vez más en la búsqueda de un socio industrial, e informó recientemente que una treintena de compañías podrían estar interesadas.
UN PROBLEMA PERMANENTE
260 millones de euros se embolsó Renfe en 2015. Sin embargo, la carretera o la falta de productividad eran obstáculos que le impedían pasar la línea de la rentabilidad a la división de Mercancías. Entonces la posibilidad de insolvencia llamó a la puerta y saltaron las alarmas. Un problema que se ha heredado durante tres generaciones en la presidencia de la entidad. Actualmente se enfrenta Isaías Táboas, y ya antes lo hicieron sus antecesores Pablo Vázquez y Juan Alfaro.
La compañía entonces advirtió del riesgo de insolvencia y apunto estuvo de acabar con la filial que tanto lastre le ha acarreado. La solución entonces pasaba reestructurar y buscar un socio industrial para cuyo papel sonaba Deutsche Bahn. Pero la venta al gigante público alemán no se realizó. En 2017, Renfe suma a su cuenta de pérdidas de su negocio de transporte de mercancías 65 millones de euros correspondientes a una multa de la CNMC, la mayor sanción impuesta en España a una empresa hasta esa fecha.
PLAN DE GESTIÓN: DE RESCATE A NAUFRAGIO
Con todo lo anterior, Renfe nombró al que era director general en aquellos momentos, Abelardo Carrillo, al mando de Mercancías en septiembre de 2016. En abril de 2017 puso sobre la mesa el Plan de Gestión 2017-2019 para escapar de las pérdidas pero, una vez más, fue misión imposible. Este plan constaba de tres partes. La primera pasaba por vender activos. En octubre de 2018 Renfe Mercancías anunció una subasta: saldrían a la venta 71 locomotoras y 1.432 vagones de tren, agrupados en 74 lotes por un precio mínimo de 17,5 millones de euros. Sin embargo, la subasta fracasó rotundamente y solo se ingresó la cuarta parte de lo previsto.
Otro de los puntos del Plan de Gestión trataba de aligerar plantilla. Carrillo la recortó un 24%, que pasó de 1.312 trabajadores a 996. Si bien las pérdidas se redujeron de 48,4 millones a 17 millones, en 2018 la filial volvió a perder 16 millones.
Por último, la última parte de la hoja de ruta pasaba por vender las participaciones accionariales en Transfesa y Semat, un objetivo que a fecha de hoy se sigue sin llevar a cabo.
EN BUSCA DE SOCIO INDUSTRIAL
Mercancías cerró el acumulado del mes de junio con 22 millones de pérdidas. La cifra podría seguir incrementándose este año si el tráfico no se recupera de la forma prevista y va por el mismo camino de los resultados del fin de ejercicio de 2021.
la iniciativa «Mercancías 30» pretende que en 2030 el tráfico de mercancías por ferrocarril en España pase de menos del 5% actual al 10%
A la vista de estos números, en el momento en el que las pérdidas sigan acumulándose y alcancen los 31 millones, la situación será límite. La Ley de Sociedades de Capital marca en su artículo 363 que una empresa pasa a estar en causa de disolución cuando las pérdidas merman el patrimonio neto en menos de la mitad del capital social. Llegado el caso, Renfe podría optar por una ampliación de capital o una reducción como medida temporal.
La opción del socio industrial, para el que siempre sonó la alemana Deutsche Bahn, nunca fue llevado a cabo del todo y se ha puesto de nuevo en marcha ahora bajo el mando de Isaías Táboas. En su avance, Renfe habría recibido muestra de interés de una treintena de interesados, según desveló públicamente Joaquín del Moral, actual director general de Renfe Mercancías.