Telefónica paga 240 M€ a CaixaBank para regalar terminales a sus clientes en 2022

En 2021, Telefónica decidió dar un giro inesperado a su política de captación de clientes y apostó por volver a ofrecer terminales subvencionados con sus paquetes «Fusión». Una política que llevaba años enterrada, pero que tuvo un desempeño tan bueno que la compañía pronto amplió la gama de productos. Aunque todavía fue más rentable para CaixaBank, su socio encubierto, al que la operadora le pagó un total de 715 millones de euros durante los meses que estuvo vigente la oferta. De esa cantidad, hasta 240 millones se han abonado en concepto de “compra” de los terminales posteriormente cedidos.

La historia del alquiler, subvención o regalo de un terminal fue una práctica agresiva que se popularizo antes de la gran crisis que asoló España en 2012. De hecho, en ese mismo año, en el mes de marzo, se notificó a los clientes de Telefónica que se dejaría de vender ese tipo de promociones, después de que la compañía sufriera un fuerte deterioro económico y financiero. Aquello fue un preludio de lo que más tarde llegaría. Aquel final inesperado, que llevó a muchos clientes a dejar la firma, parecía ser la conclusión de unas prácticas agresivas ya de otro tiempo.

En un principio, se apostó solo por ofrecer móviles nuevos con la contratación de una tarifa especial de Fusión

Pero no sería así. Y es que Telefónica no solo reviviría aquellas prácticas nueve años más tarde, en la primavera de 2021, sino que profundizaría en ellas. En un principio, se apostó solo por ofrecer móviles nuevos con la contratación de una tarifa especial de Fusión. Una fórmula que contemplaba la adquisición de terminales gratis, en función del modelo y el paquete contratado, o de otros con una rebaja sustancial del precio. A cambio los clientes debían ligarse a la operadora durante al menos 36 meses.

CAIXABANK EL SOCIO EN LA SOMBRA

La estrategia funcionó tan bien que unos meses más tarde se amplió la gama de productos que se podía conseguir. Así, a la larga lista de modelos de móviles que se podían recibir gratis o con descuentos se le añadía también Smart TV, consolas y/o portátiles. Aunque las ambiciones de la compañía no se quedaron ahí. El siguiente paso fue el de promocionar esos paquetes con promociones especiales por el Black Friday o también por Navidad. Mientras, por detrás, la más beneficiada de todo aquello fue CaixaBank.

La estrategia funcionó tan bien que unos meses más tarde se amplió la gama de productos que se podía conseguir

De hecho, Telefónica explica que “para dar facilidad al cliente, se estableció con CaixaBank la compra de estos terminales”. Así, la operadora ha pagado a la entidad catalana hasta 200 millones de euros solo por los pocos meses que ha estado operativa la promoción en 2022. A lo que hay que añadir otros siete millones en concepto de gastos financieros y 36 millones por “la compra de activos correspondientes al alquiler de equipos en casa de los clientes”. Pero eso solo abarca, más o menos, tres meses, ya que la cifra de 2021 fue mucho más elevada.

Pese a que la propia Telefónica prefirió no desglosar esa partida, quizás para no dar pistas a sus competidores, si queda todavía una parte importante del dinero que se pagó entonces. Con ello, la factura final con CaixaBank asciende a más de 715 millones de euros. De hecho, en las cuentas semestrales del 2022 se especifica que “los compromisos de pago (cuentas a pagar por las cuotas pendientes) por importe de 379 millones de euros”. Mientras que para los aparatos en alquiler destinados a las viviendas de los clientes la cifra era de 94 millones de euros. En definitiva, un coste muy alto que explica, en parte, porque es una práctica que suele limitarse.

LA CNMC LIQUIDÓ EL NEGOCIO

Aunque no todo se puede medir en términos económicos o financieros, sino también legales. Y es que la propia Telefónica tuvo que acabar con esas promociones después de un revés judicial en su pugna contra la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC). Así, un año después de la implementación de las ofertas, la Audiencia Nacional decidió no acceder a la petición de la operadora para suspender cautelarmente la decisión del organismo regulador de exigir cambios en la oferta para cumplir con las restricciones como operador dominante.

la propia Telefónica tuvo que acabar con esas promociones después de un revés judicial

La CNMC defendía entonces que el interés del grupo empresarial de mantener su oferta comercial no puede prevalecer «frente al interés público que persigue garantizar la competencia efectiva en este mercado». Una choque que comenzó en verano del año pasado cuando el regulador emitió una resolución en la que aseguraba que Telefónica incumplía las obligaciones impuestas tras la compra de Digital+. La razón que esgrimía era la permanencia: había una cuota de penalización en caso de que el cliente se marchase antes del tercer año completo. La CNMC consideraba que la literalidad de estas condiciones iban en contra del compromiso de no imponer a sus clientes en España obligaciones de permanencia asociadas directa o indirectamente a servicios de televisión de pago para no entorpecer el cambio a otros competidores.

LO ESGRIMIDO

En aquel entonces, Telefónica esgrimió que contaba cumplía con las exigencias de la CNMC. Pero finalmente fue el fin de las ofertas de terminales gratis en alquiler a cambio de permanecer con una de las tarifas del grupo. A pesar de ello, la operadora ha sabido resarcirse y sacó unas semanas después un nuevo plan de tarifas y paquetes para sus clientes. Una hoja de ruta que más tarde han ido siguiendo todos sus competidores.