Ismael Clemente, CEO de Merlin Properties, es el directivo de moda en el sector inmobiliario al frente de la primera socimi cotizada de España.
Si en el panorama empresarial existiera una especia de equipo de superhéroes, Ismael Clemente (Valencia de Mombuey, 1970) formaría parte sin lugar a dudas. No sólo es un líder con una visión estratégica contrastada y un excelente gestor, con una remuneración extraordinaria (8,7 millones en 2019, aunque bajó a 4,52 millones en 2020 con la pandemia), sino que además es una leyenda.
Por su estirpe, por su evolución y por todo el camino hasta llegar a hoy. Son muchas las evidencias que se pueden hallar en la red del empuje que ha ido desarrollando desde que se enfrentara a aquella entrevista en ‘Salvados’ con Jordi Évole en el año 2013. Por eso, la noticia económica que cerró 2021 fue el intento -fallido- del Banco Santander de desligarle de su proyecto de vida, la inmobiliaria Merlin Properties.
REINVENTAR EN TIEMPO RÉCORD
Banco Santander, como el principal accionista de la socimi, puede decirle ‘adiós muy buenas’ en cualquier momento, pero Clemente, con el respeto que siempre le ha caracterizado, sabría salir adelante y reinventarse, y todo su equipo le seguiría los pasos.
Accesible como pocos, el ejecutivo que revitalizó el ladrillo cuando nadie creía en él, ya tiene experiencia en estas lides, ya que en 2012, uno de los años más duros de la crisis, se tuvo que reinventar al salir de Deustche Bank. Junto con su equipo, formó Magic Real State, germen de lo que más tarde acabaría siendo Merlin Properties. Clemente tan solo necesitó dos semanas para lanzar el nuevo proyecto.
En julio de 2013, Magic Real Estate fue noticia en los principales medios económicos por adjudicarse las 1.860 viviendas que Blackstone había comprado a la comunidad de Madrid.
Tras retomar la labor de asesoramiento, Clemente y su equipo decidieron apostar por poner en marcha su propia compañía inmobiliaria. Tras años trabajando siendo el que estaba a la sombra de los grandes del Real Estate español, el equipo de Magic montó un vehículo de inversión inmobiliaria cotizado, para el que captaron más de 700 millones entre diferentes fondos. Su primera compra: un lote de sucursales de BBVA. Una tipología de activo poco atractiva para muchos inversores en España pero que cumplía los requisitos de los internacionales: contratos a largo plazo con un inquilino solvente.
TENSIONES CON CARRANZA
Siete años más tarde de ser la cara visible de la mayor salida a Bolsa desde Bankia, el pacense cerraba el año 2021 en la cuerda floja del vehículo de inversión inmobiliaria que creó junto a sus socios hace menos de una década.
Con unos beneficios netos que ascienden a 92,6 millones de euros en el primer trimestre, gracias a los alquileres y a los cambios en las valoraciones contables de instrumentos financieros, Merlin continúa manteniendo el puesto más alto en el podio de las socimis españolas y se recuperó de las fuertes caídas que le supuso el episodio de conflicto que vivió en su cúpula a finales de diciembre del pasado año.
Clemente, con la tranquilidad y respeto que le caracteriza, logró superar el golpe que le produjo a la compañía en Bolsa la intención de Javier García-Carranza, presidente no ejecutivo y representante del mayor accionista de la socimi, Banco Santander, de despojarle de su puesto de consejero delegado de la cotizada del Ibex. Las diferencias entre ambos eran evidentes y saltaron por los aires a finales de 2021, cuando se convocó una reunión extraordinaria con un solo punto a tratar: el plan de sucesión o cese del fundador de Ismael Clemente. Sin embargo, a García-Carranza no le salió bien el jaque mate y sus peones, compuestos por los consejeros independientes y el equipo directivo de la socimi al completo, guardaron su puesto al amenazar con marcharse con Clemente si no era renovado como CEO. Toda una muestra de sus buenas dotes de líder.
Parece que las aguas han vuelto a su cauce con una extraña paz al empezar 2022 con el foco en reforzar las políticas de buen gobierno de Merlin. Pase lo que pase, el equipo de Clemente está completamente tranquilo, y tiene su conciencia en calma, y así debe ser, en cuanto al buen trabajo que han estado realizando en estos años.
Abogado de formación, casado y con seis hijos, el empresario dedica parte de su tiempo al desarrollo del negocio, donde busca nuevas operaciones, la parte más creativa, para posicionar o rectificar el posicionamiento de la compañía. Gracias a esto, Merlin se ha podido posicionar como un referente inmobiliario, con el negocio logístico como punta de lanza.
El directivo es aficionado a las expresiones populares. Ahora vería el mercado en una situación de ‘calma chicha’, en la que hay una gran oportunidad de inversión en el inmobiliario y hay mucho por hacer.
A Ismael Clemente no le importaría lanzarse a lo desconocido. Ya lo ha demostrado varias veces a lo largo de su vida. Cuando ha tenido que dar un paso adelante, ha sido el primero, sin importar lo que pasara, o más bien, sabiendo que podría hacer frente a lo que se le pusiera por delante.