La fisioterapia como medio para combatir el sedentarismo

Acudir a un centro de fisioterapia Tenerife es una práctica que debería ser cada vez más común, como consecuencia de un estilo de vida. A pesar de no tratar el origen del problema relacionado con los malos hábitos, sirve como medio para recuperar la calidad de vida.

La vida moderna implica sedentarismo para la mayoría. Pasamos una gran cantidad de horas frente al ordenador para el trabajo, y otras más en las redes sociales. Y esto es sin mencionar el tiempo en el transporte y las actividades de ocio como las series. Podríamos decir que la vida sedentaria es prácticamente la vida cotidiana.

Con el tiempo surgen efectos desagradables como el estrés, la debilidad muscular y el dolor crónico. La falta de actividad física facilita la aparición de este tipo de lesiones que son complicadas de tratar justamente porque estamos acostumbrados a un ritmo de vida demasiado rápido y que nos obliga a estar en la silla demasiadas horas.

La realidad es que este estilo de vida es poco saludable, es inadecuado en muchos niveles. Primero, el estrés es recurrente en el trabajo de oficina, y la cantidad de tiempo en la silla hace que los músculos se tensen en una sola posición. Los otros músculos se debilitan al no tener que trabajar para mantener la postura.

La suma del estrés con las tensiones musculares recurrentes y la falta de actividad física mínima dan como resultado una mala salud a nivel físico. Aquí es donde la fisioterapia tiene un rol importante en la vida moderna.

La fisioterapia en tiempos modernos

Hay que entender que la base de la recuperación de un estilo de vida inadecuado es un cambio en el mismo. Esto lleva tiempo porque interviene en hábitos como la postura y el tiempo de inactividad, además de recuperar el sistema músculo esquelético de un daño que se ha prolongado.

El tratamiento de fisioterapia mejora el 100% de las veces al paciente, pero es un tratamiento largo. Se divide en varias etapas, las cuales comienzan con la aceptación por parte del paciente de que las herramientas que se van a usar hagan lo necesario para lograr un buen estado de salud.

Por ejemplo: parte de la fisioterapia incluye cambios como levantarse de la silla cada tanto tiempo y hacer una serie de ejercicios. El paciente no va a avanzar realmente, a menos que se dedique a seguir las instrucciones. Este proceso es difícil porque hace cambios radicalmente opuestos a la vida que llevamos ahora.

Por lo tanto, en la fisioterapia el paciente tiene que estar tan involucrado en su recuperación como el profesional especialista. Implica incomodidad por parte del paciente, pero es necesario romper con ese estilo de vida tan cómodo y dañino, hasta avanzar en otros aspectos más específicos.

El ejercicio funcional

Dependiendo de factores como la genética, antecedentes familiares, estado de salud mental, actividades cotidianas y afectaciones físicas previas, cada persona tiene una condición diferente. Incluso si la causa es el sedentarismo, esto es demasiado genérico para tratar a los pacientes de la misma manera.

Antes de aplicar algún tratamiento, el fisioterapeuta aplica técnicas en la persona sedentaria para medir sus capacidades funcionales, observar las limitaciones del movimiento articular, establecer un panorama sobre su capacidad vital y similares. También se hacen pruebas eléctricas y manuales para analizar el grado de afectación y la fuerza muscular.

A partir del diagnóstico, se crea un plan llamado ejercicio funcional. Es una técnica que se centra en una serie específica de ejercicios que requiere cada paciente para activar la musculatura afectada y tomando en cuenta su capacidad física y dolencias.

No es lo mismo trabajar con una persona que tiene dolor crónico como consecuencia de un accidente de tránsito de años anteriores, que hacerlo con otra que tiene sobrepeso o cuyo estado de salud empeora por el estrés del día a día. Cada una de ellas tendrá capacidades distintas y tratamientos distintos que respondan a sus necesidades y posibilidades.

Cada paciente deberá seguir una serie de ejercicios con diferentes intensidades y frecuencias, indicaciones sobre las posturas a adoptar durante el día, sobre el descanso e incluso acerca de los muebles que se deberían cambiar.

La cantidad de sesiones varía en gran medida, dependiendo de las capacidades del paciente, sus dolencias y cómo hace sus propios avances según las indicaciones dadas. También factores sobre la percepción del progreso y el estado mental influyen en el tratamiento.

La fisioterapia como medida preventiva

El tratamiento de fisioterapia sirve para fortalecer y adoptar buenos hábitos que combaten los efectos negativos del sedentarismo. Típicamente, están más enfocados a ayudar con la elasticidad, con mantener una fuerza mínima para permitir el movimiento del cuerpo y también con la autopercepción del mismo.

Se siguen sobre todo después de haber completado los tratamientos previos para mantener un buen estado de salud a lo largo del tiempo. Si no, es probable tener una recaída en unos pocos meses.

No es necesario sufrir de ninguna dolencia en estos momentos para ir a fisioterapia si el estilo de vida no es tan saludable. Sentir limitaciones físicas y molestias es suficiente para acudir y adoptar algún tratamiento preventivo.