Más de año y medio ha pasado desde que Nissan anunciara su salida de Barcelona. En este tiempo, varias han sido las ofertas encima de la mesa, pero ninguna de ellas se ha concretado, atado y firmado. Se creó específicamente una mesa para reindustrializar las tres plantas que se quedaron vacías desde el pasado 31 de diciembre. Las expectativas puestas en estas reuniones eran muy elevadas. Los sindicatos esperaban cerrar el asunto en octubre del pasado año, pero de nuevo la política hace estragos en las intermediaciones.
La cuestión fundamental se debate entre los sindicatos de Nissan, el Gobierno, la Generalitat y la propia empresa automovilística. KPMG lleva la voz cantante al presentar los distintos proyectos, pero no tiene voto a la hora de decidir. El principal escollo y que ya produjo un encontronazo entre sindicatos y políticos fue qué hacer con el suelo de la fábrica de la Zona Franca.
NISSAN, UNA UBICACIÓN IDÍLICA EN LA ZONA FRANCA
Esta cuestión es crucial para los ingresos del Consorci de la Zona Franca. Y es que, para que Nissan se instalara se dio una prebenda y descuentos importante en el alquiler de los terrenos. Esta superficie se ubica en una zona premium, junto a la B-10, con salida directa al puerto y a la zona logística. Un sitio ideal para levantar un gran proyecto logístico, y a la vez jugoso para las arcas de este ente público.
No podemos permitir seguir alargando la toma de decisiones y las reuniones en las que unos se echan la culpa a otros
Por ahora, hay acuerdo en 110.000 de los 490.000 metros que ocupa la parcela. El centro técnico de Nissan tendrá un total de 50.000 metros, que se adjudicarán de forma directa tras un acuerdo entre las administraciones. Éstas han dado garantías para cumplir las demandas de los trabajadores en la parte social.
El proyecto de Silence, por su parte, tendrá otros 60.000 metros. Existe acuerdo entre las administraciones y el Consorci de la Zona Franca; así como un preacuerdo en las condiciones laborales de los empleados y otro con Nissan por el tema de los activos, fundamentalmente maquinaria. No obstante, no hay acuerdo con QEV ni tampoco con Inzile.
LAS DUDAS DE QEV, ¿INTERESES DE PARTE?
La primera de estas dos empresas presentó un megaproyecto para ocupar la fábrica, pero aún carece de las pertinentes homologaciones para cuatro de los cinco vehículos presentados. Asimismo, tampoco sería una fábrica, sino una planta de ensamblaje. Las dudas sembradas y de las que dio cuenta MOTOR16 muestran un proyecto muy verde como alcanzar las cifras de producción que se anunciaron a bombo y platillo. Asimismo, Inzile necesitaría aún el visto bueno de Nissan para poder utilizar sus patentes.
Con esta avalancha de proyectos poco concretos, otros actores de la logística han irrumpido y realizado importantes ofertas para poder operar desde una zona idílica. Y entre los proyectos presentados y la intención del Consorci de subir el precio de los alquileres al precio actual del mercado, prevalece antes lo segundo. De hecho, habrá un concurso público para pujar por los terrenos, una opción que dejaría en muy buena situación a los grandes protagonistas de la última milla. Amazon podría entrar, como también Aliexpress, entre otros gigantes. Cabe recordar que la mayoría de estas empresas ya tienen presencia en la zona, pero en vista de la creciente necesidad de suelo en Barcelona, no se descarta por completo que puedan luchar por este suelo.
UN CONCURSO PARA UN ÚNICO OPERADOR, PERO CON CONDICIONES
Y es que, se subastará todo el área de 516.000 metros cuadrados, pero con los límites anteriormente descritos. Para ello, el Consorci ha contratado los servicios de Roca Junyent, según adelantó El Economista y ha podido corroborar este medio. El precio se disparará a más de 23 euros por metro cuadrado y será para un único operador. Las fuentes consultadas apuntan que pudiera ser un gran fondo de inversión, que podría realquilar las naves industriales. No obstante, pocas empresas pueden permitirse este lujo para empezar un proyecto desde cero.
Sin embargo, la licitación no será coser y cantar. Antes de la publicación de la misma se tienen que tener resueltas las asignaciones directas, los suministros de luz, agua y demás; así como las entradas al complejo, los gálibos y ubicación de los edificios. Asimismo, se tiene que determinar aún los activos que se quedarán en la fábrica y las naves que podrán utilizarse.
Con todo y tras cinco meses en paro, los representantes de los trabajadores exigen la máxima celeridad para solucionar estas cuestiones clave antes de la mesa del 15 de junio. Sin embargo, todo apunta que habrá una nueva pausa en verano, como ocurrió en 2021, y el proceso se alargue hasta otoño.
LA LARGA ESPERA HACE MELLA EN LOS SINDICATOS: SE AGOTA LA PRESTACIÓN
«No podemos permitir seguir alargando la toma de decisiones y las reuniones en las que unos se echan la culpa a otros», han asegurado desde UGT. Y es que, de nuevo la disputa se centra en los ingresos potenciales de estos terrenos. «Los únicos damnificados somos los trabajadores que seguimos agotando nuestra prestación de desempleo», han apuntado.
Y es que, el sindicato cree que las dudas sembradas sobre QEV vienen de una parte interesada, pese a ser el proyecto que más fuerte ha apostado por la reindustrialización. No obstante, son dudas generadas por la propia compañía al presentar vehículos que no pueden circular por carreteras europeas. Además, no se fabricaría ni un tornillo en la antigua Nissan, sino que se ensamblarían.
Aún así, los trabajadores insisten en cerrar un acuerdo sobre las condiciones sociales y dejar el proyecto lo más avanzado posible una vez se haga con los terrenos. «Seguimos velando porque los acuerdos del 5 de agosto se cumplan en tiempo y forma», afirman desde UGT. La espera podría ser aún más larga de lo previsto.