Casi 100 días de invasión de la Rusia de Vladimir Putin a Ucrania y Europa es la gran perjudicada. Los cinco paquetes de sanciones activados hasta ahora no sólo no han tenido el efecto deseado, sino que ha disparado al rublo, la divisa de Vladimir Putin. El país más grande del Viejo Continente exige el pago de sus materias primas en rublos y negarse significa quedarse sin energía. Países Bajos ha sido la última potencia en rechazarlo y tendrá que buscar gas y petróleo por otras vías.
Europa ha comenzado a recular desde hace meses sobre las sanciones a Rusia. En primer lugar, el envío de armas ya no es tan elevado como en abril, mientras que ha continuado comprando petróleo y gas ruso. Es decir, Alemania, España y Francia, entre otras potencias, han mantenido esa financiación a Putin, mientras se atacaba y confiscaban los vienes de los oligarcas rusos. Esta medida, tachada más de populista que efectiva, ha sido un parche debido a su ineficacia para levantar a los empresarios contra el presidente ruso.
EUROPA ATACA AL PETRÓLEO, PERO EVITA ENFRENTARSE AL GAS DE PUTIN
En un primer momento, Europa, con el apoyo de Estados Unidos, pretendía atenazar a Rusia cortando sus principales vías de ingresos. La estrategia podría haber tenido efecto siempre y cuando Occidente hubiera aceptado y explicado desde un principio las consecuencias de las sanciones más graves. Y es que, a pesar de la alta tensión geopolítica, el petróleo ruso continuará entrando en las fábricas y refinerías europeas. Y es que, la UE tan sólo trata de cortar el suministro de petróleo ruso por mar.
La dependencia de Europa del gas ruso trae consigo que dichas sanciones sean más una advertencia que un hecho
No se han estipulado sanciones a los barcos que recargan sus cisternas en alta mar y aguas internacionales, tampoco se habla del suministro de petróleo y gas a China, ni mucho menos se menciona a Suiza, que desde su neutralidad mantiene en estudio las consecuencias económicas para la UE mientras sigue sin congelar las cuentas de la grandes fortunas rusas.
LAS SANCIONES CONTRA LOS OLIGARCAS, UN PARCHE POPULISTA
Con este escenario, Putin está perdiendo ante la voluntariedad ucraniana, pero gana ante una Europa rendida económicamente. De hecho, el rublo deja atrás la depreciación de las primeras semanas de guerra para emprender una tendencia alcista imparable frente al dólar y el euro. Contra la divisa europea, la moneda rusa se revaloriza a máximos no vistos desde hace cuatro años. Además, en este tiempo, mientras el Banco Central Europeo continúa con su inmovilismo pese a tener una inflación galopante y la posible entrada en recesión o estanflación; el Banco de Rusia ha tenido que recortar en 300 puntos básicos sus tasas.
Sin embargo, no todo es un camino de rosas para Putin. Tras salvar varias situaciones peligrosas, Rusia «tiene que pagar más dólares por barril de crudo», ha indicado Diego Morín, analista de IG Markets. De esta forma, necesita más rublos. Para ello, obliga a las grandes empresas exportadores convertir sus divisas en la moneda nacional y por esta razón el banco central tiene margen para reducir el precio del rublo.
EUROPA SE RINDE ANTE LA PRESIÓN DE PUTIN
«La dependencia de Europa del gas ruso trae consigo que dichas sanciones sean más una advertencia que un hecho», ha considerado Morín a preguntas de INVERSIÓN. Si bien es cierto que se podrían llevar a cabo en algunos periodos, pero por ahora, Europa abdica a las presiones de Rusia para afrontar el consumo de gas.
El principal problema para Putin es el vencimiento de sus obligaciones de deuda. Rusia insiste en seguir cobrando en rublos, pero también pagar en esta divisa. Los países e inversores no aceptan esta divisa como moneda de cambio y existe el riesgo de un «default» -impago-. Durante esta invasión, Moscú ha abonado la totalidad de 117 millones de dólares de su deuda. Hace apenas una semana se enfrentaba al pago de otros 100 millones. La Reserva Federal de Estados Unidos ha prohibido a los tenedores de estos bonos aceptar rublos como medio de pago.
EL ORO TAMBIÉN SE PAGA EN RUBLOS
Otra de las materias primas que domina el enclave moscovita es el oro. En respuesta a las sanciones europeas, Putin también exigió pagar en rublos este metal preciado y a un tipo de cambio prefijado. Sin embargo, para Morín cree que en el momento actual es el dólar el que saldrá beneficiado. Con todo, el rublo ha experimentado un incremento del 50% respecto al dólar, hasta situarse en el nivel de los 62 rublos por dólar.
Y es que, Putin ha sabido jugar y leer la geopolítica mejor que Occidente. Al menos, sobre el papel y en los mercados la victoria es clara. «Europa sigue dependiendo del gas ruso en el corto y medio plazo, ya que reemplazar dicho gas sería darse un tiro en el pie para los países que dependan más del gas», ha indicado Morín. De hecho, «países como Alemania o Francia desestimaron el corte de gas en el corto plazo porque no tenían prácticamente forma de reemplazarlo», ha sostenido. El motivo no es otro que el abastecimiento a través del gas licuado estadounidense, más caro y que sólo beneficia a Estados Unidos y sus empresas energéticas. La otra alternativa factible es acelerar hacia la energía renovable, aunque su puesta en marcha aún tardará tiempo.
PROBLEMAS POR EL DESABASTECIMIENTO DE COMIDA
Con este escenario y en relación al precio de las materias primas, Morín cree que seguirán al alza en los próximos meses, con picos de volatilidad tanto en el gas como en el petróleo, así como en los granos, «después de que los productores estén avisando de problemas de abastecimiento de comida«. Y es que Ucrania continúa siendo el principal granero de Europa y este año la cosecha no se ha podido realizar, más cuando Rusia exige a Ucrania la exportación de cereales al país.
Por ahora, el euro trata de zafarse de la presión del dólar. Tras las declaraciones de Christine Lagarde, presidenta del BCE, la divisa común se ha revalorizado frente al dólar, pero en niveles muy bajos. El cruce se sitúa en el 1,07 y la clave está en romper el 1,1.