En conglomerado japonés SoftBank Group se anotó pérdidas netas de 1,7 billones de yenes (12.390 millones de euros) en el conjunto de su año fiscal, que concluyó el pasado 31 de marzo, en contraste con el beneficio récord de 4,98 billones de yenes (36.300 millones de euros) contabilizado el ejercicio anterior, como consecuencia principalmente del desplome de sus inversiones en empresas tecnológicas.
En concreto, SoftBank contabilizó un impacto adverso en sus cuentas anuales de 3,43 billones de yenes (25.000 millones de euros) por las pérdidas, realizadas y latentes, en sus distintas inversiones, frente al impacto positivo de 7,52 billones de yenes (54.820 millones de euros) del ejercicio anterior.
En conjunto, los fondos Vision Fund 1 y 2 registraron pérdidas por importe de 3,73 billones de yenes (27.190 millones de euros), incluyendo las minusvalías correspondientes a sus inversiones en las plataformas Coupang, con un impacto adverso de 1,64 billones de yenes (11.960 millones de euros) y DiDi Global, con un resultado negativo de 911.412 millones de yenes (6.644 millones de euros).
PREOCUPACIÓN POR LA DESACELERACIÓN ECONÓMICA
Por otro lado, la firma nipona informó de que en el conjunto del año fiscal la facturación neta (los ingresos obtenidos por su actividad y no por su actividad inversora) creció un 10,5%, hasta 6,22 billones de yenes (44.634 millones de euros).
SoftBank Group indicó que no tiene inversiones directas en empresas rusas o ucranianas ni se incluyen inversores rusos como terceros inversores del fondo SVF1, por lo que, a pesar de que algún grupo de empresas y participadas pueda tener negocios operativos en Rusia o Ucrania o hacer negocios con empresas rusas, «el impacto de dichas operaciones o transacciones en los estados financieros consolidados de la compañía es limitado».
Sin embargo, el conglomerado ha advertido de que la creciente preocupación por una desaceleración económica mundial a consecuencia de los altos precios de la energía, impulsados por las sanciones económicas contra Rusia, combinada con el inicio de la normalización monetaria en Estados Unidos para frenar la inflación y las continuas interrupciones en la cadena de suministro por la Covid-19 «han provocado un aumento de la volatilidad», lo que ha afectado negativamente al valor de las tenencias de capital de la compañía.