El Informe Económico de LaLiga correspondiente a la última temporada finalizada 2020/21 arroja por primera vez en los últimos años pérdidas de ingresos, coincidiendo con la fase más aguda de la pandemia, pero refleja a su vez la solidez financiera de la competición y la responsabilidad de los Clubes, lo que ha evitado un mayor impacto, y que servirá además para una sólida recuperación en las próximas temporadas.
Los clubes de LaLiga lograron en su conjunto unos ingresos totales de 3.818 millones de euros en la temporada 20/21, un 24,1% menos que las 19/20, siendo las caídas en las partidas de ‘Matchday’ (-53%) y precio de venta por traspasos de jugadores (-52%), las que más han afectado a los ingresos.
Se trata, en todo caso, de un importe sustancialmente inferior al pronosticado por PwC para LaLiga (Informe de previsiones covid de enero de 2021), y una reducción más suave en términos relativos que la experimentada por el conjunto del fútbol profesional europeo. Según la UEFA, la merma de facturación ordinaria ha ascendido a 7.000 millones de euros en las dos temporadas con covid. Incluyendo los ingresos por traspasos de jugadores, la erosión de ingresos totales en el conjunto del fútbol profesional europeo asciende a más de 10.000 millones de euros.
En el agregado de LaLiga, existe un único club de especial relevancia que concentra el 58% de las pérdidas a nivel de EBIT, un 56% de las pérdidas en términos de resultado neto (RN) y un 26% de la deuda financiera bruta (DFB). Pero, del total de pérdida registradas por dicha entidad, aproximadamente el 50% se corresponden con convenciones contables asociadas al saneamiento extraordinario de su balance, sin impacto financiero inmediato.
Sin bien es cierto que hay un 71% de clubes con RN negativo, también lo es que la mayoría de los clubes tiene un Ebitda positivo (62% de ellos) y que, en los peores momentos de la crisis, han reducido su nivel de DFB en la temporada (55% de los clubes).
Como viene siendo habitual, dentro de los gastos totales agregados de la competición, la principal partida es el coste del personal deportivo (46%), seguido de la amortización de jugadores (16%). Sin embargo, por primera vez los gastos se han reducido un -5,4%, síntoma del esfuerzo operativo realizado por los clubes en su mayoría, destacando la amortización de jugadores (-6,6%) y el descenso en otros gastos operativos (-13,4%).
Además de la contención en el nivel de gasto corriente, es preciso subrayar la eficaz activación de un `estabilizador automático´, derivado del Control Económico de LaLiga: en un contexto de menor nivel de desinversiones asociadas al traspaso de jugadores (ventas), se ha frenado igualmente el nivel de inversiones acometidas en plantilla deportiva (fichajes), preservando el balance de los clubes.
Ahora bien, a nivel de resultados el efecto no es simétrico: las menores ventas impactan de forma directa e inmediata desfavorablemente sobre los resultados de la temporada, mientras que las compras solo lo harán gradualmente en los próximos años por las amortizaciones. Pero en términos de consumo de liquidez y de presión sobre el endeudamiento, es decir, de caja, el equilibrio se ha dejado sentir ya de forma muy positiva.
En cuanto al grado de capitalización, los accionistas de los clubes han demostrado un fuerte compromiso suscribiendo ampliaciones de capital por unos 215 M€. Sin considerar el impacto negativo asociado al empeoramiento patrimonial de la referida entidad (con patrimonio neto de unos -450 millones de euros), el Equity Ratio agregado de LaLiga se situaría en el 28,8%, un nivel relativo más que notable.
Estos resultados implican haber retrocedido, puntual y excepcionalmente, a niveles de hace unos cinco o seis años, debido a contingencias como el cierre de los estadios al público, la concentración y reprogramación de las parrillas televisivas (con la consiguiente incidencia sobre la facturación proveniente de las mismas), la disminución de la capacidad de la inversión comercial de los patrocinadores y publicistas, y, finalmente, la contracción generalizada del mercado europeo de traspasos de jugadores.
Sin embargo, durante la temporada 2020/21 LaLiga ha promovido diversos acuerdos transformacionales (algunos formalizados en la T 21/22 en curso) que permiten al fútbol profesional español avanzar de golpe lo que orgánicamente solo hubiera sido posible en 20-30 años, favoreciendo un mejor posicionamiento competitivo. Se sientan así las bases para el mayor crecimiento y rentabilidad en un contexto de negocio futuro diferente al tradicional.
En este sentido pueden destacarse iniciativas estratégicas disruptivas como el Plan Impulso, LaLiga Tech, las ampliaciones de las joint ventures internacionales, las exitosas ventas de derechos audiovisuales en el mercado nacional y extranjero, así como la firma de importantes acuerdos de patrocinio durante la pandemia.
En concreto, gracias al acuerdo estratégico y de equity suscrito con CVC, así como el compromiso demostrado por los accionistas de los clubes (sustanciado en las ampliaciones de capital suscritas), en la temporada 21/22 la inyección extraordinaria de recursos permitirá absorber pérdidas incrementales (por el mayor nivel de gasto recuperable) respecto a la situación que habría ocurrido en ausencia del Plan Impulso. Ello supondrá acelerar el inicio de la recuperación a corto plazo y un mayor potencial de negocio a largo plazo.
Las perspectivas para la 21/22 en curso es que será el ejercicio de inicio de la recuperación, en donde se volverá a superar la barrera de los 4.000 millones de ingresos, así como una previsión de incremento del +180% en el Ebitda y de un +66% tanto en términos de EBIT como de RN.
En definitiva, el fútbol profesional español ha superado la fase más aguda la de crisis ocasionada por la covid-19, y lo ha hecho sustancialmente mejor que otras competiciones de referencia en términos de impacto sobre los ingresos y los resultados, a pesar de los importantes ajustes acontecidos de forma puntual, especialmente en la última T 20-21 finalizada. Ello ha permitido el mantenimiento de los niveles de endeudamiento bruto en la temporada, situándose en niveles razonables, sin tensiones de liquidez y eludiendo dificultades sobrevenidas de solvencia financiera a nivel agregado.
La elevada resiliencia evidenciada a nivel económico-financiero pone de manifiesto el trabajo proactivo realizado por LaLiga en la gestión de la crisis con los operadores audiovisuales, así como el valor de la marca `LaLiga´ en general y de los clubes en particular para los agentes económicos que se proyectan comercialmente al mercado a través del fútbol profesional español.