Ribera se traga sus palabras y acaba defendiendo el Midcat

Es definitivo, aunque falta plasmarlo negro sobre blanco y cerrar los últimos flecos, sobre todo en materia de financiación, pero el gasoducto Midcat se construirá y será sufragado con fondos españoles, franceses y comunitarios. La decisión dentro de la Unión Europea está tomada y finalmente Teresa Ribera ha dado su brazo a torcer (no le ha quedado más remedio) y Francia, tras la victoria de Macron en las elecciones, ha dado el visto bueno.

La tozuda realidad se ha impuesto sobre los sueños ecológicos, y el Gobierno de España ha tenido que dar marchas atrás. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera se han tragado sus palabras («ni un euro para proyectos de gas y nuclear») y ya hablan del Midcat como un proyecto bueno para los intereses de España, Francia y, sobre todo, la Unión Europea.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen ha dado el paso definitivo, defendiendo este viernes la construcción del Midcat durante la XXXVII Reunió Cercle d’Economia en Barcelona. Allí, tras recibir de Pedro Sánchez, y del presidente del Cercle d’Economia, Javier Faus, el II Premio Cercle d’Economia a la Construcción Europea, la política alemana ha reconocido que Bruselas primará las interconexiones de gas entre Portugal, España y Francia.

RIBERA YA LO AVANZÓ ESTA SEMANA

«Es verdad que Francia está viviendo los problemas de manera totalmente distinta. Siempre se ha resistido (al Midcat), pero ahora tiene el 50% del parque nuclear parado y necesita del apoyo de sus vecinos», afirmó la ministra durante su participación en Barcelona en la primera jornada del mismo ciclo de conferencias promovido por la organización empresarial catalana .

Ribera aseguraba que la coyuntura actual, marcada por la guerra de Ucrania y sus consecuencias, ha llevado a este cambio de perspectiva por parte de Francia, destacando que si se lleva a cabo este proyecto debe garantizarse en primer lugar «que sea una decisión coordinada con Francia. No puede ser que la construyamos hasta los Pirineos y que, a partir de ahí, sea un callejón sin salida».

Lo que no dijo es cómo y por qué se ha producido el cambio de postura del Gobierno de España, porque con sus palabras pretende echar la culpa de todo a Francia, cuando aquí la responsabilidad es compartida, pues el Ejecutivo nacional renegó del Midcat en 2019 y lo ha seguido haciendo hasta hace escasos días.

LA PRESIÓN DE EUROPA Y EEUU, DETERMINANTE PARA EL MIDCAT

La clave de todo está en los intereses de la Unión Europea y de Estados Unidos. Según fuentes consultadas por MERCA2, la presión ejercida sobre Teresa Ribera y Pedro Sánchez por la Unión Europea y por Estados Unidos ha sido fortísima durante los últimos meses. Bruselas reconoce que para desligarse del gas ruso necesita más interconexiones gasistas y el Midcat es fundamental en esta nueva estrategia.

Estados Unidos va a traer mucho gas licuado con destino Europa y el principal objetivo es traerlo a través de España, para regasificarlo aquí (en las seis regasificadoras que posee España) y después enviarlo por tubo al resto de Europa.

Aunque esto lo entiende cualquiera, la tozudez del Gobierno español, enfrascado en su cruzada ecológica que le impide ver más allá, ha sido la principal traba con la que se encontraban los representantes de la UE y de los EEUU para tirar hacia delante con el Midcat. Si bien es cierto que Francia apuesta más por la energía nuclear y que el gas es secundario en sus intereses, el europeísmo de Macron está fuera de toda duda y, finalmente, apostará por el gasoducto.

RIBERA SE QUEJA DE LA PASIVIDAD FRANCESA

«Del mismo modo que llevamos penando para conseguir acelerar las interconexiones eléctricas, lo que no puede ser es que la presión para acelerar esta infraestructura se quede de Pirineos para abajo, porque al otro lado del Pirineo se necesita una inversión bastante cuantiosa para conectar esa tubería de gas al sistema troncal». Con estas palabras, pronunciadas a mediados de marzo, la vicepresidenta tercera del Gobierno empezaba a dar muestras de un posible cambio de postura del Ejecutivo, aunque intentaba presionar para que la UE se mojara con la financiación y que Francia hiciera lo propio.

Ahora ya no hay marcha atrás. El Midcat se construirá y será positivo especialmente para la UE. España ganará dinero al ser un actor principal en el cambio del panorama energético del Viejo Continente y al aproximarse cada vez más a ese concepto de hub energético europeo que Estados Unidos pretende para la Península Ibérica. Finalmente, el gasoducto será financiado, veremos con que porcentajes, por España, Francia y la Unión Europea.

APOYO DE LOS EMPRESARIOS CATALANES Y DE LA GENERALITAT

Los empresarios catalanes mostraron su apoyo al Midcat hace unos cuantos días y el Gobierno de la Generalitat, con Pere Aragonés al frente, ha defendido su construcción en varios foros, especialmente, en sus recientes visitas a París y Alemania. Desde Cataluña se ve ahora esta infraestructura con otros ojos, ya que hace pocos años se plegaban a los intereses de la CUP, que se negaba en rotundo a su construcción.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.