Los ingenieros se posicionan: Castilla y León apuesta por la nuclear

Cada vez son más los profesionales vinculados al sector energético que aconsejan potenciar la energía nuclear en España, contradiciendo la hoja de ruta del Gobierno. Los últimos en alzar la voz han sido los ingenieros industriales de Castilla y León que defienden la posibilidad de que se puedan instalar pequeños y nuevos reactores nucleares de última generación, más seguros y sostenibles, como una alternativa «a potenciar» en el futuro mix energético y «una fuente de energía fundamental, tanto en el proceso de transición energética, como en el escenario futuro posterior, para reforzar la independencia energética de España».

La guerra ha abierto los ojos a muchos Gobiernos de países europeos, algunos de los cuales ya se han puesto manos a la obra para potenciar sus programas de energía nuclear, mientras otros han moderado sus aspiraciones de cierre ordenado de las centrales e incluso reconocido su equivocación con este tipo de energía, e intentan virar sus estrategias en la medida de lo posible. No es el caso, hasta el momento, del Gobierno de Pedro Sánchez, enrocado obsesivamente en su ideología verde y capaz de llevar a España al desastre energético por no reconocer sus errores de cálculo.

Los defensores de la energía nuclear son cada vez más y esperan que la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, sea capaz de abrir la mente y escuchar los consejos de los expertos, las recomendaciones de la ONU, de la UE e incluso del primer partido de la oposición. Porque el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, presentó hace unos días el plan económico de su formación en el que se propone dar una nueva vida a las centrales nucleares en España y «alargar la vida útil de los reactores» en línea con lo que están haciendo otros países europeos.

El Partido Popular cree que esta tecnología debe jugar un papel clave en la transición ecológica como respaldo a las energías renovables, pues mantener su calendario de cierre obligaría a un mayor consumo de gas. El plan de los populares es que los reactores actuales puedan operar hasta los 60 años de vida, con lo que se alargaría la misma en 20 años, siempre que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de su aprobación en cada caso y mantenga una estrecha vigilancia.

REFLEXION DE LOS INGENIEROS INDUSTRIALES

En el marco de la reflexión promovida por los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León sobre la composición del futuro mix energético regional, expertos en esta materia coinciden en subrayar que se ha «descartado con demasiada rapidez la energía nuclear», tal y como lo está demostrando el giro de algunos países de nuestro entorno, que miran a la nuclear como una solución para reducir su dependencia energética de terceros.

Una situación que se ha acentuado con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En estos términos se ha pronunciado, entre otros, el presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, Emilio Mínguez.

UNA ALTERNATIVA SÓLIDA

En este sentido, los decanos del Colegio de Ingenieros Industriales de León (Antonio Fernández), Burgos y Palencia (Ignacio Velázquez) y el presidente del Colegio de Valladolid (Iñaki Bengoetxea) se han mostrado partidarios de que se amplíe en 20 años la vida de las centrales nucleares que operan actualmente en España, una decisión que se tendría que tomar el próximo año en la revisión del Plan de Transición Energética y Cambio Climático 2021-2024 y que proporcionaría suficiente margen temporal para amortizar las inversiones que pudieran ser requeridas por el organismo regulador (CSN).

En su opinión, aunque España es una gran potencia en energías renovables, «fuente que tiene aún mucho recorrido por delante», necesita mantener en estos años de transición una alternativa sólida de generación eléctrica, hasta que el almacenamiento de la eólica y solar sean una realidad factible. Y en este sentido, señalan, «el papel de la nuclear es absolutamente necesario».

En la actualidad, recuerdan, la energía nuclear supone más del 20% de la producción de electricidad en el país, el 30% de la generación libre de emisiones y es, desde hace más de una década, la primera fuente de producción. Si se mantuviera en el futuro, podría permitir una reducción muy importante de la dependencia estratégica del exterior para cubrir la demanda de electricidad en España.

ECONOMÍA CIRCULAR

Los colegios de ingenieros de Castilla y León aseguran que a más largo plazo «se debería garantizar la presencia de la nuclear en el mix energético futuro con la puesta en marcha de pequeñas centrales nucleares limpias de última generación, que además lleven a cabo un mayor aprovechamiento de los residuos, contribuyendo de esta manera a la economía circular, al tiempo que ofrecen más posibilidades para su ubicación».

Tras lamentar el rápido desmantelamiento de la central de Garoña, los decanos de los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León recuerdan que esta Comunidad sigue vinculada a la nuclear, ya que cuenta en Juzbado (Salamanca) con una de las fábricas de combustibles más innovadoras de Europa que, al incorporar la tecnología más moderna, optimiza los recursos y protege el medio ambiente.

El centro, propiedad de Enusa, posee un equipo especializado y altamente cualificado que abarca todo el ciclo de producción de combustible: abastecimiento, suministro, almacenamiento de uranio, logística de componentes, fabricación de combustible, control de calidad del producto, y gestión de la logística y entrega a centrales de España y otros países europeos de tecnología puntera.

SÁNCHEZ Y RIBERA, DE MOMENTO, SIGUEN EN SUS 13

Pero intentar convencer al Gobierno, en especial a Pedro Sánchez y Teresa Ribera, de la necesidad de contar con la energía nuclear para conseguir la descarbonización es como predicar en el desierto. Una y otra vez quienes les intentan hacer ver su equivocación se chocan contra un muro ideológico fuera de toda lógica. La soberbia de la que suelen hacer gala les impide reconocer que pueden haberse equivocado y, por el momento, mantienen su discurso.

Teresa Ribera reconocía recientemente que el Gobierno «no tiene nada en especial en contra de la energía nuclear», pero considera que «hay mejores alternativas energéticas, sociales y ambientales». Con estas palabras zanjaba la interpelación de la diputada de Ciudadanos, María Muñoz, sobre las desafortunadas declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el pleno de la Cámara Baja, en las que aseguró que la energía nuclear no es una energía «ni segura, ni barata».

Una vez más, ambos políticos parecen estar ajenos completamente a la realidad, que ha demostrado que con las energías renovables no es suficiente, ni lo va a ser hasta dentro de muchos años, para abastecer toda la demanda existente. Por supuesto, las energías renovables son mejores alternativas ambientales y sociales, pero todavía no proporcionan la estabilidad necesaria al sistema y el problema de su almacenamiento parece que tardará en solucionarse del todo.