El grupo aprovechará su escala y diversificación para avanzar en el objetivo de ser la mejor plataforma abierta de servicios financieros.
¿Qué más puede pasar? Es una pregunta que se hacen muchas personas tras los acontecimientos sufridos de los últimos años. Hemos vivido una larga pandemia de la que poco a poco estamos saliendo y, aún sin haber conseguido acabar con ella completamente, la invasión de Rusia a Ucrania está teniendo un gran impacto en los mercados y economías mundiales.
A pesar de las muchas incertidumbres, el Banco Santander ha anunciado en su última junta general, celebrada este mismo mes en Boadilla del Monte (Madrid), sus prioridades estratégicas para este año que, según la entidad, no se verán empañadas por el conflicto en Ucrania. “Queremos ser la mejor plataforma abierta de servicios financieros, actuando con responsabilidad y ganándonos la confianza de nuestros empleados, clientes, accionistas y de la sociedad”, señaló la presidenta del grupo español, Ana Botín, durante su intervención en este acto. Y añadió: “Nuestra misión es contribuir al progreso de las personas y de las empresas. Y queremos hacerlo de la manera correcta, de forma Sencilla, Personal y Justa”.
Para seguir creciendo de manera rentable, la entidad quiere aprovechar su escala y diversificación. Una de las ventajas del Santander es su presencia en diferentes mercados, que ha permitido que el beneficio por acción (BPA) haya tenido menor volatilidad en los últimos 20 años que otros bancos comparables. Además, utilizará la tecnología del grupo para construir plataformas comunes, especialmente para particulares y pymes, en áreas de mercado de alto crecimiento como los pagos, que no solo sirvan a los propios negocios, sino también a terceros.
Esta estrategia pivota sobre las tres iniciativas que lanzó la entidad en 2020: One Santander, PagoNxt y Digital Consumer Bank. One Santander, el modelo global del banco español para impulsar el crecimiento, aumentará la conectividad dentro del grupo mediante el desarrollo de soluciones comunes y servicios compartidos, como el negocio de financiación al consumo en Latinoamérica, los centros de operaciones en Europa para los más de 46 millones de clientes con los que cuenta la entidad o los negocios globales. Dentro de este proyecto está One Europe, que busca una transformación profunda del negocio. “En 2021, hemos sentado los cimientos de ese cambio y ahora migraremos a un modelo operativo común”, ha señalado António Simões, responsable regional de Europa y consejero delegado de Santander España. Con la simplificación de productos y servicios, además, se conseguirá mayor eficiencia y productividad y, por tanto, una mayor rentabilidad, según la entidad.
En Norteamérica, el grupo está reorientando el negocio de banca minorista en Estados Unidos en la filial de financiación al consumo, tanto particulares como auto; mientras que en Sudamérica se ha convertido en el banco más rentable de Brasil y sigue ganando cuota de mercado y mantiene el liderazgo en Argentina, Chile y Uruguay.
Las otras dos palancas del crecimiento serán PagoNxt, el eje tecnológico común que aglutinará los pagos de todos los clientes del Santander y que también ofrecerá servicios a terceros; y Digital Consumer Bank, que combina el negocio de automóviles y financiación al consumo, aprovechando la tecnología de Openbank. Según datos de la entidad, la transformación tecnológica en estas tres áreas está muy avanzada: ha invertido 2.000 millones de euros.
Crecer de forma sostenible
Toda esta estrategia debe tener el enfoque ASG de la entidad. “La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar las políticas energéticas y clarificar los plazos aceptables para la transición de empresas y sectores en todo el mundo, y además de acelerar las inversiones en energías renovables, para que podamos apoyar a las personas y las empresas en su transición hacia una economía verde”, afirmó Ana Botín.
El punto de partida para alcanzar estas metas es favorable. El Banco Santander, que en 2021 obtuvo un beneficio de 8.124 millones de euros, ratificó en la junta general que alcanzará los objetivos anunciados para este año, a pesar de las turbulencias provocadas por la guerra de Ucrania. “Confiamos en alcanzar los objetivos financieros de 2022 que anunciamos en febrero, manteniendo una alta rentabilidad en América y mejorando la de Europa”, dijo Botín.
No obstante, la entidad reconoce que el conflicto en Ucrania traerá elementos económicos adversos, como una mayor inflación, un menor crecimiento, especialmente en Europa, y unos impactos que van más allá del aumento de los precios de la energía. A medio plazo, a su juicio, las consecuencias dependerán de la duración del conflicto, su intensidad y las políticas adoptadas para mitigar su impacto. Aun así, prevé crecimiento en este contexto, aunque a un ritmo más lento de lo esperado a principios de año.
Para 2022, el grupo se ha marcado como objetivos un crecimiento de los ingresos de alrededor del 5% en euros constantes; mejorar la ratio de eficiencia hasta el 45%; un retorno sobre el capital tangible (RoTE) ordinario por encima del 13%; y una ratio de capital CET1 fully loaded del 12%. “Esto pone de manifiesto de nuevo que nuestro modelo, basado en el foco en el cliente, la escala y especialmente la diversificación, es en tiempos de crisis más resiliente que el de nuestros comparables”, indicó la presidenta. Botín recordó que “esta diversificación demostró́ ser una ventaja competitiva en la crisis financiera de 2008, durante la crisis de deuda soberana de 2011 y durante la pandemia”, y explica por qué Santander siempre ha tenido uno de los mejores resultados entre los bancos de Europa en los test de estrés del Banco Central Europeo.
Según se avanzó en la junta, el año ha arrancado con buen pie, con una fuerte actividad comercial, con ingresos en línea con el último trimestre y un crecimiento interanual de la nueva producción de créditos estimado en el 8% (niveles prepandemia).
El grupo español confirmó el pago del dividendo previsto: la entidad repartirá entre los accionistas con cargo a los resultados de 2021 unos 3.400 millones de euros, lo que equivale a una rentabilidad por dividendo del 7%. Entres sus planes está aumentar en un futuro el dividendo. “La remuneración a los accionistas seguirá siendo una prioridad. Más allá de 2022, aspiramos a aumentar la remuneración al accionista por encima del 40% de nuestro beneficio ordinario, con alrededor de la mitad a través de recompras de acciones y con un dividendo en efectivo por acción creciente”, avanzó la presidenta del grupo bancario español.
Desde 2014, el número de clientes de la entidad ha aumentado un 31% hasta alcanzar los 153 millones a finales de 2021, con 5 millones de clientes nuevos en este ultimo año. Este crecimiento ha sido equilibrado en todas las regiones y negocios, y refleja la fuerte demanda de los productos y servicios del banco. A futuro, indicó Ana Botín, “nos centraremos en dónde y cómo podemos lograr crecimiento, rentabilidad y fortaleza financiera. Nuestra disciplina en la gestión de capital seguirá siendo clave para seguir aumentando los ingresos, mejorando la rentabilidad, y creando valor para los accionistas”.