Los errores de Vasile ensombrecen el horizonte de Mediaset España

Esta vez el regreso de ‘Supervivientes’ no garantiza el liderazgo primaveral de Telecinco, que solo cuenta con este motor durante tres meses al año. Mediaset España dice consolarse de la situación con los casi 360 millones de euros de beneficios en estos dos años pandémicos.

Pero Paolo Vasile anda cariacontecido, relajando su perfil público y admitiendo que no quiere dejarse arrastrar «ni por la melancolía ni por la nostalgia», ahora que el panorama digital compite en atención contra la televisión tradicional.

«Éramos los reyes del mambo, sí; ya no es así», dice el CEO italiano, consciente de que Mediaset España tiene que sacar pecho en el ámbito de los beneficios mientras se constriñe su negocio, 1.009 millones facturó en 2011, año de crisis, y 876 en 2021 a pesar de la Eurocopa. Atresmedia pasó en esa década de los 805 millones de ingresos a los 963, apostando por una diversificación de la que carece el grupo editor de Telecinco.

CONDENSADOR

Vasile echa la vista atrás y asegura que hace años «la televisión en abierto era el condensador de todos los contenidos que había entonces: entretenimiento, ficción, cine, información e incluso directos con cierta interacción con el público. Parece que han pasado millones de años y muchas cosas han cambiado desde entonces, pero lo que no ha cambiado es la preparación necesaria para crear contenidos audiovisuales. Antes había un número limitado de editores y ahora hay más de 45 millones de ‘editores potenciales’ en España».

Es cierto que para competir con el ámbito digital Mediaset España carece de un elemento diferenciador con Netflix y compañía: la información, ya que ‘Noticias Cuatro’ fue clausurada y los baratos ‘Informativos Telecinco’ son doblados en prime time por ‘Antena 3 Noticias’.

Telecinco ha apostado por ofrecer un plato único, polémica de reality o tonadillera exprimido mediante sinergias por los magazines producidos por las productoras de confianza, pero la carbonización de ‘Gran Hermano’ les ha provocado un agujero difícil de suplir.

Tampoco encuentran remedio para la marcha de ‘Pasapalabra’, oasis de entretenimiento blanco tras las maratones negras y rosas de Ana Rosa y Jorge Javier, o para competir contra ‘El hormiguero 3.0’, formato que cambió el 7% que rondaba en Cuatro por el 14% que amasa en Antena 3.

El ahorro de Vasile maquilla sus carencias, pero la tijera está afectando al producto, en este caso plato único ideal para exprimir publicitariamente que sin embargo no sirve para venderse en el negocio de las OTT o en los mercados internacionales.

Competidoras como Atresmedia han realizado un plan estratégico que les ha llevado a contar con un equipo para idear, producir y vender series que se rentabilizan en diferentes soportes; o a asociarse con startups como Glovo o Fever; o a lanzar plataformas como Atresplayer Premium.

Pero Mediaset ha fiado su proyecto empresarial a un producto, el del ‘GH VIP’ de turno, que se reproducía por esporas en el day time de Telecinco. Y el dato de audiencia era comercializado con talento, estrategia que ha proporcionado ingentes beneficios a los Berlusconi.

Pero lo cierto es que Telecinco ha llegado a 2022 con la lengua fuera, tal y como se advierte en el cambio de ciclo que ha consolidado a Antena 3 tras muchos años por el desierto. Vasile justificará su parrilla monotemática con los beneficios pretéritos, pero el horizonte de Mediaset España está ensombrecido.

Y ni siquiera el lanzamiento de una OTT berlusconiana y paneuropea, o quizá berlusconiana e hispanoitaliana, limarían los muchos problemas que se le acumulan a Mediaset España.