Nuevo orden monetario, Argelia nos sube el gas y Hacienda gana con la inflación

La guerra de Ucrania será recordada en el futuro como el punto de partida de una nueva era monetaria en la que el dólar corre serio peligro de perder su estatus de divisa de reserva, al menos su hegemonía tras décadas de ser la única protagonista en el intercambio de hidrocarburos.

GUERRA GLOBAL DE DIVISAS

La decisión de Putin de responder a las sanciones occidentales exigiendo que las empresas de los países hostiles que abonen los hidrocarburos rusos en rublos –junto con la fijación de un tipo de cambio entre la moneda y el oro– están cambiando el orden global mientras China analiza la mejor forma de sacar partido a esta situación revolucionaria.

Lo primero que hay que decir es que Putin no ha impulsado un patrón rublo-dólar, como algunos creen, ya que el Banco Central de Rusia no vende oro a un tipo de cambio fijo con la divisa rusa, solo lo compra y, además, abre la puerta a modificar la ecuación de canje si así lo considera oportuno. Se trata, por lo tanto, de una medida para apuntalar la moneda nacional que acompaña a otras realizadas en las últimas semanas y que están teniendo éxito, pero no supone ligar el rublo al oro de forma absoluta.

Respecto al pago de los hidrocarburos, también es necesario aclarar el contenido concreto del decreto firmado por el presidente ruso la pasada semana, que obliga a las energéticas de los países occidentales a adquirir el gas y el petróleo soberano pagando con rublos.

LA VERDAD SOBRE LA COMPRA DEL GAS EN RUBLOS

En realidad, lo que ha hecho Putin ha sido crear una estructura en la que el banco de Gazprom (no afectado por las sanciones que expulsan a una parte del sistema financiero ruso del SWIFT) hace de intermediario, actuando como una casa de cambio.

El método es sencillo: las empresas abren una cuenta en la entidad, denominada en rublos, de forma que cuando hagan sus ingresos en euros se transformen automáticamente en la divisa nacional rusa. Un sistema que contenta a todos por el momento, aunque la situación está lejos de ser idónea para Alemania, que ha puesto en marcha la primera fase de un plan nacional de racionamiento de energía que contempla cortar el suministro a la industria para primar a hogares y centros sanitarios.

El pasado martes Rusia cerró el grifo del gasoducto Yamal-Europe mostrando que está dispuesta a llegar hasta el final y el Gobierno germano se está preparando para una situación que los sindicatos y empresarios del país consideran que sin el gas ruso la situación será peor que la vivida en la Segunda Guerra Mundial.

Y todos los demás veremos cómo los precios de este hidrocarburos se disparan en los mercados internacionales por esta huelga de demanda monetaria en la que se ha metido Europa por orden del “amigo” americano.

BIDEN LIBERA RESERVAS PARA NO PERDER VOTOS

Y es precisamente Joe Biden el que, una vez logrado su objetivo de convertirse en el principal suministrador del GNL a Europa, intenta detener la espiral alcista de los carburantes en EE UU para que no le pase factura en las próximas elecciones de midterm. Por eso ha decidido liberar una parte de las reservas estratégicas de petróleo que tiene el país norteamericano, con la esperanza de que le sigan el resto de países de la OCDE.

Todo ello acompañado de un leve aumento de la oferta de crudo de la OPEP+, que ha ampliado hasta 432.000 barriles diarios el petróleo que pondrá en el mercado a partir de mayo. Parece que la Casa Blanca ha logrado convencer a Arabia Saudí (y a las rusos) a pesar de sus reticencias iniciales a apoyar a Biden después de su acercamiento a Irán. Veremos por cuánto tiempo.

ARGELIA SUBE EL PRECIO DEL GAS A ESPAÑA

En España la menor dependencia del gas ruso respecto a nuestros socios europeos nos pone en mejor situación para afrontar esta crisis energética, pero el giro de 180 grados en la política exterior del Gobierno respecto a la situación del Sáhara Occidental permitirá a Argelia aprovechar para subir las tarifas del gas.

La estatal Sonatrach ya ha anunciado que las revisiones de precios solo afectarán a España, una decisión que en realidad lleva tomada hace meses pero que ahora sale a la luz con la nueva situación geopolítica, también impulsada por EE UU como parte de su estrategia para el Norte de África.

Y mientras tanto el Ministerio de Transición Ecológica tiene ya lista su propuesta para intervenir el precio del gas y así rebajar la factura eléctrica (o al menos contenerla), fijando un precio máximo de 30 euros por megavatio hora (MWh). Así se lo va a trasladar a Bruselas para que «en tres o cuatro semanas» los hogares y las empresas se puedan beneficiar de esta medida intervencionista que supone en realidad, transferir el coste de la energía a los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

LAS MENTIRAS DE RIBERA

La ministra Teresa Ribera dice que la diferencia entre el precio de mercado y el intervenido no se traducirá en un mayor déficit público ni de tarifa. Falta a la verdad y lo sabe, pero parece no importarle lo más mínimo. Así es la política.

Esta intervención del precio del gas era la medida estrella del famoso «plan de choque» que finalmente se ha quedado en agua de borrajas. O, mejor dicho, que promete el reparto de dinero público al mismo tiempo que eleva la inseguridad jurídica sin conseguir su principal objetivo: contener un IPC cuya tasa de crecimiento está a las puertas de superar el 10%.

Los teléfonos de los despachos de abogados echan humo tras la publicación del Real Decreto que prohíbe los despidos, limita al precio del alquiler de vivienda y obliga a los proveedores de combustible a adelantar una subvención que debería correr a cargo del Ministerio de Hacienda.

RÉCORD DE RECAUDACIÓN EN 2022

Todas las miradas están puestas precisamente en Maria Jesús Montero, que como el tío Gilito cuenta el dinero que reciben las arcas estatales debido al efecto de la inflación sobre un sistema fiscal que está diseñado para la confiscación pura y dura.

La negativa del Gobierno a actualizar las tablas de los tramos del IRPF y el efecto explosivo que tienen las alzas de precios sobre el IVA han provocado que en los dos primeros meses de este año el Fisco haya logrado un récord de recaudación, con una subida del 21%. Los ingresos fiscales en enero y febrero superan el montante total del citado «plan de choque», una comparación que muestra hasta qué punto la maquinaria de la propaganda trabaja a pleno ritmo.

Claro que el panorama al que se enfrenta el dúo Montero-Calviño en los próximos meses es aterrador, con una deuda pública que es una auténtica bomba de relojería que podría estallar cuando el Banco Central Europeo (BCE) retire su plan de compra de activos (bonos públicos y privados) y suba los tipos de interés.

EL COSTE DE LA DEUDA SUBE… Y LAS HIPOTECAS TAMBIÉN

El Tesoro espera emitir casi 240.000 millones de euros este año y, teniendo en cuenta de cada punto porcentual de subida del coste del dinero supondría un encarecimiento de la deuda de 2.375 millones de euros las ministras cruzan los dedos para que Christine Lagarde se lo piense mejor.

Los que ya están sufriendo en sus carnes el aumento de los costes de financiación son los hogares, que ven como el euribor sigue con su tendencia alcista. De hecho podría volver a terreno positivo en los próximos meses, lo cual supondrá un duro golpe para las economías domésticas, cuyo poder adquisitivo se está viendo lastrado por la inflación. Para que se hagan una idea, que el IPC crezca a un ritmo del 9,8% interanual implica que se ha perdido el poder de compra de un salario anual. Y prepárense porque el dato de abril será aún mayor.