El joven constructor Silvio Berlusconi olió sardinas cuando en 1976 adquirió por una lira la minúscula y deficitaria Telemilano, que en apenas 24 meses salió de la UVI y se convirtió en el centro de operaciones de una red televisiva estatal que sorteó el monopolio de la RAI con la unión de pequeños postes nutridos por VHS repartidos por motoristas en cientos de televisiones locales transalpinas que se convirtieron en la matriz del Canale 5 (hoy Mediaset).
Berlusconi encontró un rentabilísimo modelo de negocio que intentó exportar a España con Maurizio Carlotti y Paolo Vasile como eficaces emisarios. Y los números están ahí: Mediaset España es una robusta compañía que intenta despejar las catastróficas dudas sobre la televisión en abierto con unos beneficios que hacen preguntarse ‘de dónde sacan pa’ tanto como destacan’.
Eso sí, la tendencia audiovisual a nivel global invita a colocar huevos en otros nidos y para ello el heredero del exCavaliere, Pier Silvio Berlusconi, está construyendo un andamiaje empresarial, Media for Europe, con el que plantar cara a los gigantes estadounidenses que están reinando en el mercado del streaming (Netflix, Prime Video, Disney+ o HBO Max).
la tendencia audiovisual a nivel global invita a colocar huevos en otros nidos
TIEMPO DE UNIONES
Pier Silvio Berlusconi no ha heredado la propensión de su padre a pisar charcos sexuales, futbolísticos o o políticos, aunque es cierto que ya se ha estrenado en el banquillo de los acusados al verse salpicado por las controvertidas aficiones empresariales del patriarca.
El joven CEO de Mediaset Italia está en unas óptimas condiciones para lanzar una «casa paneuropea» que también barruntan TF1 (Bouygues) y M6 (RTL), que preparan fusión, y de la que nada parece saber la UER, pendiente del Eurovisión que tanto fascina a los especialistas televisivos patrios.
Es por ello que la compra del 44,31% de Mediaset España por parte de Media for Europe mediante una OPA voluntaria, para los expertos tan «plausible» como rácana (1,86 en efectivo y 4,5 acciones de su compañía), será una piedra sobre la que Pier Silvio quiere construir el ‘Netflix europeo’.
En esta misión contará con la inestimable ayuda de Borja Prado, cuyo nombramiento como presidente ha sido interpretado en el sector como una intentona berlusconiana de rematar la unión de las dos alas de Mediaset que ya se da por hecha en el sector.
El hijo del magnate televisivo contará con la inestimable ayuda de Borja Prado
CINCO AÑOS
«No queremos y no podemos perder más tiempo. Este año hemos demostrado que incluso en las situaciones más difíciles, Mediaset es capaz de reaccionar, avanzar y ofrecer resultados. Hoy en Italia y España, mañana en Europa«, aseguró Pier Silvio en 2020 a Il Corriere della Sera.
Mediaset España, antes de que Vivendi echara por tierra en los tribunales la anterior intentona de los Berlusconi de unir fuerzas, explicaba en 2019 que «desde un punto de vista estratégico, operativo e industrial, la operación tiene el objetivo de crear un grupo paneuropeo en el sector del entretenimiento y los medios de comunicación, con una posición de liderazgo en sus mercados de referencia».
La compañía española aseguraba que «las ventajas estratégicas y operativas pueden lograrse solo a través de una agregación corporativa». Y desde Milán afirman, según Voz Pópuli, que los 1.500 trabajadores que componen la plantilla de Mediaset España no peligran.
Pero lo cierto es que esta operación de la que surgirá una compañía con sede en Países Bajos, órganos regulatorios mediante, tiene algunas sombras. La principal es que, una vez jubilado Paolo Vasile, Mediaset España perderá autonomía a pesar de las promesas de «regionalización» que llegan desde Italia.
Mediaset España perderá autonomía cuando se jubile Paolo Vasile
Fuencarral podría quedarse sin sala de mandos y desde Italia podrían llegar órdenes para derechizar todavía más a la Mediaset España de Ana Rosa Quintana y Bertín Osborne, e instrucciones para relanzar una alicaída marca, Telecinco, bote a la deriva hasta que ‘Supervivientes’ ejerza de motor con el que competir contra la cada vez más alegre Antena 3.