La segunda vida de Kimoa sin el control de Fernando Alonso

Fernando Alonso sigue con hambre de títulos. La obsesión por el tercer Mundial le llevó a regresar a la Fórmula 1 de la mano de Alpine el pasado año, tras un exitoso periplo en el Mundial de Resistencia. Su retiro total del motor se antoja lejano a sus casi 40 años, pero no por ello ha descuidado su futuro económico. Pese a haber amasado una gran fortuna a lo largo de su trayectoria profesional, desde hace tiempo el asturiano está inmerso en el mundo empresarial, con una suerte dispar.

Su pista de karts y su museo en Asturias son casi un símbolo nacional, con todos sus coches y trofeos expuestos. Como proyecto más moderno e innovador está su aventura en los eSports, aunque donde más tajada aspira a sacar es con los circuitos que ha exportado a Asia, sobre los que poco o nada se sabe desde su anuncio en 2018. Su predilección, no obstante, siempre fue Kimoa, la marca de ropa sostenible que lanzó hace unos años y de la que vendió el 75% el pasado mes de septiembre tras ser incapaz de generar beneficios en un solo ejercicio.

En 2018, el segundo año de actividad, Kimoa superó el millón de euros de facturación. Los dos siguientes años fue incapaz de superarse. Y en cinco años (se desconocen los resultados de 2021) las pérdidas acumuladas fueron de más de tres millones de euros. Por ello Fernando Alonso decidió vender el 75% del capital de Quimoalar a la compañía estadounidense Revolution Brands, dueña de SimplyEV, que trabaja con patinetes eléctricos y moda urbana (dos cosas muy presentes en Kimoa). En poco tiempo el lavado de cara de la empresa ha sido importante.

El ‘plan’ conservador de Alonso

Kimoa está abierto al canal internacional, con presencia en 74 países. Sin embargo, su página oficial era poco vistosa. El cambio ha sido radical, con una ‘home’ con diferentes ‘slides’ para destacar los productos principales. Las gorras de Alpine o las de ‘el plan’ son ahora mismo las más demandadas. El menú es más intuitivo y el catálogo más extenso. Con el acuerdo firmado con Amazon para vender sus productos en el gigante del comercio electrónico, las ventas deberían aumentar, sobre todo con el fervor creciente de la Fórmula 1.

Pero si el negocio está destinado a ser un éxito, ¿por qué tomó esa decisión Fernando Alonso? Por la tranquilidad que le otorga dejar en mano de los profesionales un proyecto del que todavía forma parte, sin el riesgo de afrontar unas pérdidas que empezaban a ser importantes. No hay que olvidar que si Kimoa triunfa de la mano de Revolution Brands, el español tendrá su recompensa. El piloto ha retenido el 25% del capital, continúa como embajador y los principales productos llevan su sello.

De ahí que Fernando Alonso sea el primer interesado en que, a pesar de la venta, no decaiga el interés por Kimoa. Y es obvio que no ha dejado de lado a su marca en ningún momento. La tienda de ropa sostenible no estará presente en el Alpine de este año, pero sí lo está en la indumentaria del piloto español cada vez que aparece frente a los medios de comunicación. Incluso Melendi, que ha compuesto una canción dedicada a ‘El plan’, acudió a La Resistencia con una camiseta de Kimoa.

Kimoa, la sexta marca mas asociada a Fernando Alonso

Tanta presencia ha terminado por dar sus frutos. Están por ver los números de ventas en España, pero lo que está claro es que la marca empieza a ser famosa. Según el último barómetro de patrocinio deportivo elaborado por Carlos Cantó, es la sexta marca más asociada a Fernando Alonso por los españoles (+1 respecto a 2020), por encima de otras como Mutua Madrileña, Vodafone o Finetwork.

Kimoa atraviesa una segunda vida sin Fernando Alonso como único propietario, pero con el asturiano aún presente en la sombra. El piloto se ha garantizado una buena gestión de los productos de la mano de una compañía experta, se ha protegido ante el posible fracaso, pero aún posee una parte importante del capital por si Kimoa pega el ‘pelotazo’.

Es el proyecto empresarial que más ocupado le ha tenido y en el que todavía deposita sus esperanzas. Una apuesta, por cierto, por lo sostenible. Fernando Alonso está dispuesto a defender sus valores fuera de la pista, como ha demostrado en su último incursión empresarial hace unos meses tras vincularse con RAW Superdrink, una bebida isotónica saludable destinada a deportistas.