Son días de máxima volatilidad en los mercados, especialmente en el de los futuros de materias primas. El conflicto bélico y las posiciones de los países productores de petróleo siguen afectando al precio del crudo de manera extrema. Una situación agravada por las sanciones de Occidente a Rusia y las respuestas del país que amenaza con cortar el grifo. Los barriles de Brent, de referencia europea, y de West Texas rondando los 110 dólares actualmente, habiendo llegado a superar en los últimos días máximos de 2008. Los analistas están divididos en cuanto a la prolongación en el tiempo de este rally alcista y el precio que alcanzará el oro negro a finales de 2022.
En este sentido, firmas como la consultora Rystad creen que el precio del crudo puede llegar a cotizar en los 240 dólares a finales de año. Una situación que provocaría una escalada de precios en productos básicos como la gasolina o el gasóleo que incrementarían la situación inflacionaria para las economías europeas. Esta posibilidad se podría dar en caso de nuevas sanciones hacia Rusia que provocaran que el suministro no se pudiera reemplazar.
“Estamos en una situación realmente grave. Nunca nos hemos enfrentado a un escenario en el que necesitemos aumentar la producción, cuando en realidad las cadenas de suministro no solo en nuestra industria, sino en todas las industrias del mundo están siendo afectadas por la pandemia”, señaló recientemente Vicki Hollub, consejera delegada de Occidental Petroleum, quien aseguró que los productores estadounidenses no pueden aumentar la producción de manera inmediata.
PARALELISMO CON 1990 Y 2008
Sin embargo, la inestable situación a nivel mundial hace que los analistas estén divididos. Los expertos de Bloomberg apuntan a que la situación que estamos viviendo ahora es similar a la que se dio en 1990 con la Guerra del Golfo y en 2008 con la crisis económica. De esta manera, los analistas aseguran que el precio del petróleo «se acerca a extremos similares alcanzados en sólo dos ocasiones en la historia de los futuros: la invasión iraquí de Kuwait en 1990 y el máximo histórico de 2008. Alrededor de 2 veces por encima de la media de 60 meses negociada el 7 de marzo marcó los máximos de la Guerra del Golfo y de la crisis financiera. Es probable que la demanda y la recesión se paralicen».
En este sentido, comparan los períodos de ascenso y descenso de los futuros del oro negro en la época de Sadam Hussein y en la que está marcando ahora la invasión a Ucrania por parte de la Rusia de Putin. «Rusia representa aproximadamente el mismo 6-7% de las exportaciones mundiales de crudo que Kuwait en 1990. Esa producción se perdió durante un tiempo, pero es poco probable que el suministro de Rusia desaparezca, sólo puede desplazarse hacia China», destacan.
En cuanto al contexto que se dio en la última gran crisis, los expertos indican que «muestra un paralelismo de 2022 con el pico de los precios del crudo de 2008, que se revirtió en un 80% a medida que el mercado bursátil descendía». Es por ello que creen que el rango de precio en el que se moverán los precios de los barriles a finales de año estarán entre los 32 y los 59 dólares.
«NO HAY ESCASEZ»
«En nuestra opinión, un mercado preparado para un shock de oferta sustancial debido a la guerra se enfrentará a fuerzas mayores de demanda paralizante. Esto no es nada sorprendente, ya que es el resultado típico de los picos de precios del crudo: el máximo histórico de 2008, cerca de 145 dólares por barril, es el ejemplo más reciente. El máximo del futuro del West Texas Intermediate de 130,50 dólares el 7 de marzo fue aproximadamente equivalente a los máximos de la Guerra del Golfo de 1990 y de 2008 cuando se mide frente a la media de 60 meses».
La opinión de que el petróleo acabará descendiendo en su valor también es compartida por Bank of America. El banco cree que pueden darse diferentes escenarios, donde el crudo se mantiene entre los 95 y los 110 dólares, siempre y cuando otros países amplíen la producción. Por otra parte, destaca un escenario negativo en el que el barril se mantendría en torno a los 130 dólares. Por ello, la entidad subraya la importancia de acelerar el suministro de Estados Unidos, la OPEP+ y de Irán para compensar el corte de las exportaciones de suministro rusas.
A este respecto se ha pronunciado también Mohammad Barkindo, secretario general de la OPEP, quien aseguró el miércoles que no existe una “escasez física” de combustible. Así, Barkindo ha querido señalar al temor de los inversores como el principal motivo por el que los precios se hayan disparado en los últimos días. El secretario general de la organización se alineó con la postura de que la producción actual cubre la demanda mundial.