Russia Today y Sputnik golpean el espíritu liberal de la UE

Movistar Plus+, Vodafone o MásMóvil suprimieron hace unos días las emisiones del canal público Russia Today (RT) por instrucciones de la Unión Europea, cuyos principales dirigentes creen que esta cadena informativa es otro instrumento de guerra para Vladímir Putin.

Ursula von del Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirma que «en este momento de guerra, las palabras son importantes. Estamos siendo testigos de la propaganda y la desinformación masivas sobre este salvaje ataque a un país libre e independiente. No permitiremos que los apologistas del Kremlin viertan sus mentiras tóxicas para justificar la guerra de Putin o para sembrar las semillas de división en nuestra Unión».

El vicepresidente del organismo, el español Josep Borrell, explicó que «la manipulación sistemática de la información y la desinformación que lleva a cabo el Kremlin se utilizan como herramienta operativa en su agresión contra Ucrania. Esto constituye también una amenaza importante y directa contra el orden público y la seguridad de la Unión. Hoy estamos dando un paso importante contra la operación de manipulación de Putin y estamos cerrando el grifo para los medios controlados por el Estado ruso en la Unión Europea».

«Ya habíamos impuesto sanciones anteriormente a la dirección de RT, en particular a su redactora jefe Margarita Simonyan (jefa del canal en su versión en inglés), y es lógico que también las dirijamos a las actividades que estas entidades han estado llevando a cabo en el seno de nuestra Unión», añadió el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

Russia Today, censurada junto a la agencia gubernamental Sputnik, han sufrido el bloqueo de sus perfiles en rede sociales como Twitter, que anuncia que «la cuenta ha sido retenida (…) en respuesta a una demanda legal», o Instagram, que anuncia que el perfil «no está disponible en tu región».

CRÍTICAS

Pedro Vallín, corresponsal político de La Vanguardia en Madrid, aseguró hace unos días que «la censura a Russia Today en Europa es un extraordinario test de liberalismo. Vamos a ver quién está de qué lado».

El exvicepresidente Pablo Iglesias también metió el dedo en la llaga: «¿Russia Today y Sputnik informan a favor del gobierno ruso? Sin duda, igual que Mediaset y Atresmedia informan a favor de sus propietarios».

El conservador Juan Soto Ivars, en El Confidencial, aseguró que «hemos de ser conscientes de que esto es un precedente y de que la pendiente más allá se vuelve resbaladiza. No es una guerra contra la propaganda, sino contra la propaganda del bando enemigo. Esto debilita la decisión, puesto que seguiremos permitiendo la propaganda de nuestro bando. Si Europa luchara contra la propaganda de manera radical, no quedarían muchos medios en pie».

Es evidente que la censura de medios como Russia Today, al que tampoco se puede acceder desde Youtube, navega contra el espíritu liberal de la Unión Europea, que es cierto que cuenta con amplios apoyos populares en Occidente para acometer este tipo de acciones iliberales como las que sufrieron medios españoles como Egin, clausurado en 1998 y al que los tribunales le dieron la razón… en 2009.

OCHO AÑOS DETRÁS DE RUSSIA TODAY

La ciudadanía española se está implicando en favor de la población ucraniana con la misma naturalidad que no se entera que en Cádiz que fabrican las corbetas con las que un aliado de la monarquía ibérica, Arabia Saudí, bombardea Yemen.

Los medios mayoritarios han dirigido el foco en favor de Ucrania, atropellada por un Régimen autocrático, ultraconservador y ultranacionalista como el que pilota Vladímir Putin, cuyos tentáculos mediáticos con algunos medios monitorizados por la UE desde que en 2014 creó el East StratCom, que es una unidad de comunicación estratégica para advertir la desinformación que se propaga desde el Kremlin (que ni mucho menos tiene el monopolio mundial de las fake news).

Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), ha asegurado en RTVE que «la desinformación se combate con información veraz, no con censura. Por lo tanto es un riesgo con el que tenemos que vivir las democracias occidentales, que estamos abiertos a ese tipo de campañas insidiosas; pero censurar les sirve incluso para alimentar su propio discurso de que queremos mentir y ocultar. Lo que hay que hacer es potenciar nuestras capacidades de ofrecer una información veraz que contrarreste la basura que puedan difundir estos medios».

Es cierto que Rusia está refinando su artillería mediática y no se va a quedar de brazos cruzados a pesar de la censura de la UE. Una de sus armas internas es censurar medios críticos, amén de perseguir a líderes opositores comunistas, y a nivel exterior está apostando por mimar a tiktokers prorrusos que lanzan vídeos de fieros gatitos con su bandera que atacan a un ‘perro estadounidense’.