viernes, 13 diciembre 2024

Action Man, del juguete favorito de los 90 a caer en el olvido

Si hubo dos muñecos muy populares en la época de los 90 y 2000 en España esos fueron la Barbie y los Action Man. Se puede decir que no tuviste infancia si no has tenido nunca uno de estos codiciados juguetes. Sin embargo, la suerte de la rubia no la ha tenido el militar cachichas, que ha visto como su fama se fue devaluando hasta desaparecer.

Aunque su auge se vivió al final del pasado siglo, la realidad es que los muñecos Action Man se empezaron a comercializar en Europa en los años 60. Concretamente, fue la juguetera Palitoy la que le copió la idea a la estadounidense Hasbro, con su GI Joe y lanzó al mercado a estas figuras en Reino Unido y Australia bajo la licencia de «hombre de lucha móvil».

Ante esta popularidad de su muñeco, Hasbro decidió mover ficha y patentar Action Man en 1966. Pero no solo el nombre, la compañía americana fue un paso más allá y patentó el método específico de unir los apéndices fue patentado como una «conexión para su uso en figuras de juguete».

Entre 1974 y 1980, los Action Man se vendían en unas cajas y con unos uniformes que representaban a las fuerzas británicas. Después de este ‘boom’ la fama de los muñecos se diluyeron hasta 1993, cuando Joe Hasbro lo reintrodujo basando las nuevas figuras en el GI Joe Hall of Fame de la época.

Entre 1996 y 2006, los Action Man vivieron su momento de máximo éxito en todo el mundo

Aunque los Action Man surgieron con un aspecto militar, en la época de su auge, que fue entre 1990 y 2006, abandono esta idea y reconvirtió al muñeco en un aventurero moderno. Además, el juguete ascendió a héroe, y, como tal, necesitaba un villano. De esta manera, Hasbro creó a los archienemigos Dr. X y el profesor Gangrene.

EVOLUCIÓN DE SU ASPECTO

Pero Action Man no era solo un muñeco. A nuestro aventurero no le faltaba un perejil. Además de poder adquirir la figura, la juguetera creó toda una serie de accesorios para completar la aventura. Estos complementos iban desde vehículos como todoterrenos, motos, bicicletas, tanques, helicópteros. Algunas de estas figuras también tenían como compañeros perros. Además, como buen héroe, iba bien equipado con sus armas.

Tanto Hasbro como Palitoy tenían muy clara la idea que querían transmitir con la comercialización de los Action Man. Con esta figura, ambas compañías quisieron poner a la venta un muñeco que transmitiese valentía, destreza y heroísmo.

Sin embargo, los primeros Action Man no eran los mismos que los últimos que hicieron. Además de los trajes y complementos, una cosa que cambió radicalmente en estos muñecos fue su cara. Mientras que en los años 90 su rostro era mucho más estilizado, muy similar al Ken de la Barbie, la de los 2000 mutó en una cara más parecida a los dibujos de animación, como de anime.

Quizás este cambio no fue fortuito. Tal era su popularidad entre los más pequeños de la casa que se llegó a crear una serie de televisión. Las producciones televisivas se encargaron de formar la imagen perfecta del agente secreto desafiante y arriesgado, un referente con el que todo niño sueña en convertirse.

Actualmente, estas figuras se han convertido en todo un objeto de colección. Después de la primera década de los 2000 su popularidad fue decreciendo hasta caer en el olvido. Sin embargo, los nostálgicos de su niñez persiguen estas figuras que pueden llegar a costar cientos de euros.

LAS COPIAS DE ACTION MAN EN ESPAÑA

El fenómeno Action Man era mundial y no tardó en llegar a España. Viendo el éxito de este muñeco, las jugueteras patrias no tardaron en darle la vuelta a este concepto y crear ellas mismas su propio aventurero. De esta manera nacieron Madelman y Geyperman.

Ninguna de las dos empresas se rompieron mucho la cabeza: Madel creó a Madelman y Geyper a Geyperman. No pensaron ni el nombre ni el héroe. Dentro de nuestras fronteras, la pelea por convertirse en el mayor muñeco de acción se abrió a tres.

Los encargados de crear a Madelman fueron el dibujante Alberto Plaza y el escultor Alfonso Díaz. Este muñeco medía 17 centímetros de alto, con ojos de aspecto cristalino, de raza blanca o negra, o con pata de palo. ‘Más que un amigo, un compañero’, rezaba su claim.

Como Action Man, Madelman también era polifacético. De esta manera podíamos encontrar al marinero, al explorador del ártico, al cazador africano y su ayudante negro tocado con un fez, el espeleólogo, el hombre rana, el astronauta de la película ‘2001’, el soldado de camuflaje o el mecánico de carreras.

Por su parte, Geyperman fue uno de los juguetes más emblemáticos del valenciano Antonio Pérez Sánchez. Al igual que el muñeco estadounidense, el valenciano era muy apreciado por sus articulaciones, su pelo, sus incalculables accesorios y sus uniformes.

Puede que ninguno de estos tres muñecos cuenten en la actualidad con la popularidad que gozaban a principios de siglo. Sin embargo, su nombre sigue estando muy de moda. Este juguete se ha quedado en el imaginario de la población española no solo porque le evoque a la niñez, sino también porque relacionamos a cualquier hombre musculado, rubio y de ojos azules con ellos.


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