El precio de la luz ofrece un preciso termómetro de los efectos de la guerra en Ucrania y la dependencia energética de Europa. Los mercados energéticos están disparados debido a las imprevisibles consecuencias del conflicto bélico. Nadie sabe lo que pasa por la cabeza de Putin y, en cualquier momento, el suministro de gas ruso podría verse afectado. Eso se traduce en que el precio del gas se está volviendo a descontrolar y la factura eléctrica sube de manera abrupta en España.
A lo largo de este viernes habrá horas en las que se pagarán más de 400 euros por el MWh en el mercado marginalista. Será entre las 20 y las 21 horas, cuando se pagará a 410 euros (récord absoluto en España), y entre las 21 y las 22 horas cuando costará 400,08 euros.
Cuando se ha superado la primera semana de la guerra entre Rusia y Ucrania, el precio del MWh también ha superado en España los 300 euros de media en dos días consecutivos. El jueves día 3 de marzo el MWh se pagó a 341,52 euros, mientras que el viernes día 4 de marzo se paga a 340,70 euros.
En apenas un día el precio se disparó 87,49 euros, de los en 254,03 euros/MWh del miércoles, a los 341,52 del jueves, según los datos publicados por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).
Son precios de escándalo que socavan día tras día la economía de millones de familias españolas y la actividad productiva de miles de empresas. Conviene recordar que venimos de un 2021 de precios disparados, especialmente el mes de diciembre, que concluyó con una media de 239,2 euros el MWh, y el día 23 se quedó a poco de superar la barrera de los 400 euros, marcando unos 383,67 euros que, a día de hoy, es el récord absoluto en la historia de este país.
En los meses de enero y febrero el precio de la electricidad pulverizaba sus propias marcas, sin llegar a los precios de diciembre, pero no muy lejos de ellos. Todos los analistas pronosticaban que si finalmente Rusia invadía Ucrania, como así ha sido, esos precios se iban a desbocar nuevamente, como está sucediendo esta semana.
LA SITUACIÓN PUEDE EMPEORAR
Y lo malo es que las cosas pueden empeorar. Si en algún momento Putin decidiera cortar el suministro de gas ruso hacia los países de la Unión Europea se instalaría el caos en muchos de ellos, pudiendo llegar a sufrir cortes de electricidad en aquellos más dependientes.
La necesidad de adquirir gas a toda costa podría elevar la cotización del mismo a niveles nunca vistos con anterioridad y el precio del MWh podría llegar incluso a superar los 1.000 euros en momentos concretos.
La reacción del líder ruso a las sanciones acordadas por la UE y la OTAN son muy difíciles de prever. Las provocaciones por parte del Kremlin son constantes. El ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, ha dejado caer que su país no aceptará ser tratado como la OTAN y la UE lo están haciendo y que una Tercera Guerra Mundial sería una guerra nuclear.
Los submarinos nucleares rusos han comenzado a hacer maniobras y dejándose ver, el ejército está intensificando sus ataques en el sur y en el este de Ucrania, y cuatro aviones de combate rusos violaron en las últimas horas el espacio aéreo de Suecia en el mar Báltico. Cualquier cosa es posible en este escenario y una de ellas podría ser el corte de suministro de gas por parte de Gazprom a la UE.
Estamos comprobando cómo las energías renovables no son capaces de abastecer de electricidad a los países con normalidad, máxime cuando, tal y como ha sucedido en España en los dos primeros meses del año, apenas llueve y hace poco viento. De hecho, durante estos dos primeros meses del año la energía nuclear ha tenido un mayor protagonismo dentro del mix energético español, mostrando una vez más su importancia como energía de respaldo, gracias a su estabilidad.
Por suerte para Europa el invierno no está resultando tan frío como se anunciaba y las temperaturas han sido anormalmente altas, sobre todo en febrero, por lo que no ha hecho falta tanta energía para calefacción como se preveía.
ANUNCIO DEL GOBIERNO
Ante el cariz que están tomando los acontecimientos, este mismo miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en el Congreso de los Diputados que se prorrogarán hasta el próximo 30 de junio las rebajas de impuestos vigentes a la electricidad, las ayudas para los consumidores industriales y los descuentos adicionales del bono social.
Sánchez también anunció la prórroga del recorte temporal a las centrales no emisoras de gas por sus beneficios extraordinarios, también llamados beneficios caídos del cielo. Un polémico recorte, que provocó una guerra con las grandes eléctricas, aprobado por el Gobierno el pasado octubre, y suavizado semanas después para excluir del mismo la energía vendida en contratos a largo plazo.
Aunque desde el Ejecutivo se intentaba tranquilizar a la población a finales de 2021 diciendo que a partir de marzo de este año los precios de la electricidad volverían poco a poco a la normalidad, la realidad es bien distinta.
Si bien es cierto que la guerra está provocando una incertidumbre que arrastra al alza los precios de la energía, no es menos cierto que este conflicto no ha hecho más que sacar a la luz los problemas estructurales de la política energética de la Unión Europea y los numerosos errores cometidos hasta la fecha en la toma de decisiones trascendentales.