La opacidad de DIA agota la paciencia de sus accionistas

Si DIA decidiese montar un circo, le crecerían los enanos. La compañía de supermercados no para de acumular problemas y ya son demasiados los frentes que tiene abiertos. Además de la multa interpuesta por la Audiencia Nacional por infringir la Ley de Cadena Alimenticia y los juicios que aún tiene abiertos contra su antigua cúpula, los accionistas minoritarios de la entidad le están quitando el apoyo.

Parece que DIA está envuelta en una vorágine perfecta para que su futuro sea aún más negro que lo previsto. Los últimos en dar la puntilla han sido los accionistas minoritarios. En concreto, ha sido Western Gate, uno de los que está dentro de la cadena de supermercados desde su primera ampliación de capital.

El grupo de inversión familiar capitaneado por el portugués, Luís Amaral, era uno de los principales aliados de Letterone, accionista mayoritario de DIA. Sin embargo, a partir de la última ampliación de capital, su posición se tambaleó. Western Gate apoyó al segundo accionista de DIA, Naturinvest, ante la petición en la CNMV para que se vigilase con especial atención la ampliación de capital que tuvo lugar en verano del pasado año.

A pesar de este recelo, el fondo portugués acepta la operación y las medidas que se han implantado a posteriori. Sin embargo, su principal queja es la falta de transparencia por parte de DIA. Francisco Santos, director ejecutivo de Western Gate, explica a Cinco Días que «desde que se cerró la ampliación, no ha habido comunicación, ni con nosotros ni con el mercado. La compañía tiene que trasladar qué plan tiene para el futuro».

Western Gate afirma que la última información financiera de DIA es de junio de 2021

WESTERN GATE DENUNCIA FALTA DE COMUNICACIÓN EN DIA

A ojos de los accionistas, una vez se ha solucionado el problema del capital, desde DIA deberían de explicar los pasos que va a dar la compañía para impulsarse y poder recuperar la cuota de mercado que había ganado durante la pandemia y que ha ido perdiendo a lo largo de estos escasos dos años.

Sin embargo, DIA tampoco está poniendo de su parte para ganarse la confianza de los inversores. De hecho, la cadena de supermercados debería de haber presentado los resultados del último semestre, sin embargo, el supermercado no los ha presentado todavía. Espera hacer el balance anual el próximo 28 de febrero.

Lo máximo que ha hecho la entidad presidida por Fridman ha sido hacer públicos los ingresos totales que suman una cuantía de 6.647,7 millones, un 3,4% menos que en 2020. «La última información financiera que tenemos es del primer semestre de 2021», apunta Santos.

Ante todas estas quejas, Western Gate considera que los accionistas minoritarios, que tienen en total el 20% de las acciones, se encuentran en situación de desventaja y de desprotección. «Yo espero del regulador que articule modelos para proteger a estos accionistas, que se garantice un nivel de información para que no salgan perjudicados», explica el representante al medio económico.

A pesar de esta situación de momentánea inestabilidad, Western Gate niega que la falta de información sea algo deliberado. Además, apuntan que no van a salir del accionariado de la compañía. Es más, incluso se están planteando incrementar su participación, que actualmente es de un 2,18%. Lo único que exige el grupo es una mayor transparencia y representatividad en el consejo de administración, aunque esto no signifique tener una silla de por sí.

Esta es la nueva traba que se le ha puesto a DIA en el camino de su recuperación. La ampliación de capital no ha sido el revulsivo que esperaban, los números cada vez caen más, al igual que sus ventas. Tendremos que esperar a finales de mes para hacernos una imagen completa de la compañía y poder empezar a imaginar su futuro.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo