La jubilación de Alejandro Echevarría deja sin parapeto institucional a Paolo Vasile

Alejandro Echevarría (79 años) se despedirá el próximo mes de abril de la presidencia de Mediaset España tras 26 años en el cargo en la Junta General Ordinaria de Accionistas de la compañía. El directivo vasco seguirá ligado al grupo como presidente de honor, pero su marcha deja sin parapeto institucional a Paolo Vasile, que en junio cumplirá 70 años.

Su jubilación llega en un momento delicado para Mediaset España, que tiene una ‘mala salud de hierro’. Porque esta empresa mantiene su alta rentabilidad, obtuvo beneficios de 114,2 millones de euros durante los nueve primeros meses de 2021, pero las cinco derrotas mensuales en los últimos seis combates contra Antena 3 evidencia un cambio de tendencia.

Esta dinámica previsiblemente dificultará el proceso de transición de Mediaset, que al igual que el resto de operadores en abierto a nivel global, quiere diversificar ingresos con el ánimo de reducir su dependencia de la publicidad e intentar rentabilizar su posición en la industria audiovisual como creadora de los productos que se visionan por las plataformas OTT.

MEDIASET ELOGIA SU PAPEL

El grupo explica que «desde su cargo como presidente, el señor Echevarría ha venido representado los intereses, no sólo de Mediaset España, sino de todo el sector televisivo en todos los foros, fomentando la creación de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA), cuya presidencia ha ostentado en diversas ocasiones».

«Resulta innegable el trascendental papel que el Sr. Echevarría ha desempeñado en el ámbito audiovisual español, coadyuvando al impulso y desarrollo del sector televisivo, así como a la modernización y continua actualización del marco regulatorio aplicable. Como también resulta innegable su aportación al desarrollo y crecimiento de Mediaset España, a la que seguirá ligado como presidente de honor», añaden.

ECHEVARRÍA, DEL GRUPO CORREO A MEDIASET

La berlusconiana Mediaset tomó los mandos de Telecinco a partir de 1995 y modernizó su parrilla bajo la dirección de Maurizio Carlotti (y la asesoría de Mikel Lejarza). En escaso margen de tiempo las ‘Mama Chicho’ de Valerio Lazarov fueron relevadas por hits como ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’, ‘Día a día’, ‘¡Qué me dices!’ o ‘Médico de familia’.

La desinversión en materia mediática de la ONCE, que durante un tiempo fue señalada como confeccionadora de un ejército periodístico ‘guerrista’, conllevó que el Grupo Correo-Prensa Española, líder de la prensa en Euskadi y otras regiones, adquiriese el 25% de la televisión privada que hasta entonces pertenecía a la organización de ciegos.

‘Alechu’ Echevarría, consejero delegado del Grupo Correo, desembarcó en la presidencia de Mediaset España en sustitución de Miguel Durán y en una entrevista concedida a El País explicó que los objetivos del grupo bajo el liderazgo de Carlotti era convertir Telecinco en «la televisión más rentable de España» y en «una de las tres más rentables de Europa», hechos que se lograron.

El directivo vasco, sin labores ejecutivas dentro de Telecinco pero con un gran pedigrí en el bipartidismo por la defensa de El Correo del ‘constitucionalismo’, se convirtió en parapeto a nivel institucional para Carlotti y Paolo Vasile frente a los ataques feroces del Gobierno de Aznar, que se cobró como víctimas al director de informativos Luis Fernández o al ‘¡Caiga quien caiga!’.

El Grupo Correo, hoy Vocento, salió del accionariado de Mediaset España a partir de 2002 con pingües plusvalías para centrarse en explotar las señales de un negocio que con el tiempo se convirtió en fallido: el de la TDT en abierto. Este hecho no implicó la salida de Echevarría, que se mantuvo fiel a Vasile como consejero independiente y presidente del grupo.