Movistar Plus+ desmantela #0, que pierde dos tercios de su producción propia

El próximo 1 de febrero #0 cumple seis años de vida con poco que celebrar. El canal premium de Movistar Plus+ nació para ocupar el hueco de Canal+ y, a excepción de ‘La Resistencia’, no ha logrado el éxito que Telefónica pretendía.

El proyecto fue impulsado por Fernando Jerez, que había sido uno de los fundadores de Cuatro, y llegó con casi 30 horas de producción propia semanal. #0 aterrizó con cuatro formatos diarios: el ambicioso ‘Late Motiv’ de Andreu Buenafuente, el magazine de tendencias ‘Likes’, el espacio de reportajes ‘Diario Vice’ y el informativo deportivo ‘Movistar Arena’.

Estos espacios eran complementados en la parrilla fundacional por el reality show ‘Nueve meses’, la serie documental ‘Cómicos’, el espacio de sketches ‘Web Therapy’, el concurso ‘Spoiler’, el programa de entrevistas ‘Iñaki’, el espacio de reportajes ‘Tabú’, la tertulia humorística ‘Ilustres ignorantes’ y otros programas deportivos (‘El día después’, ‘Fiebre Maldini’, ‘Generación NBA+’ o ‘El día del fútbol’).

En 2017 la plataforma alumbró el sello de ficción Originales Movistar’, que nació con 70 millones de euros anuales de inversión y series como ‘Velvet Colección’ o ‘La Peste’ que se vieron por #0. El canal, a cambio, perdió en 2018 los contenidos deportivos en favor de una nueva señal temática, #Vamos.

MOVISTAR+ CONVIERTE A #0 EN UN ESCAPARATE

#0 apenas retiene un tercio de la producción propia que disfrutaba hace seis años después del cambio de tercio impulsado por la nueva CEO de Movistar Plus+, Cristina Burzako. En los últimos meses el canal ha echado la persiana en ‘Late Motiv’, ‘Cero en historia’, ‘#Locomundo’, ‘Sesiones Movistar’, ‘Ver-Mú’ y ‘Radio Gaga’.

El despido del director del canal en julio del pasado año, Fernando Jerez, hizo barruntar que Movistar+ dejaba de pensar en #0 como un elemento con identidad propia que tenía una parrilla que ‘llenar’ y pasaba a convertirse en un escaparate de la producción propia de Movistar Plus+, principalmente ‘La Resistencia’ (y ‘Mi año favorito’, que estará liderado por Dani Rovira, o ‘Rojo Caramelo’ con Susi Caramelo), la ficción y las series documentales.

La pérdida de producción propia de #0 la sufre su parrilla, que se nutre de reposiciones en la franja matinal, dos películas por la tarde y la serie policial ‘Blue Boods’ en la tarde-noche.

NUEVA ESTRATEGIA

Burzako dejó claro tras su nombramiento como directora de Movistar Plus+ que iba a priorizar la experiencia de los usuarios: «Potenciamos áreas críticas en una constante adaptación a un mundo y un sector que no deja de transformarse. El objetivo es la mejora constante de la experiencia de Movistar Plus+ gracias a la tecnología y la inteligencia artificial y siempre por y para el usuario«.

Telefónica ha apostado en los últimos meses por renovar al alza ‘La Resistencia’, comprar el principal paquete de LaLiga por 520 millones de euros anuales (que le permitirá dar cinco partidos semanales y retener unas facturas medias de casi 90 euros por abonado y mes) y mantener acuerdos con terceros (Netflix, Disney+, Dazn y Prime Video).

Movistar Plus+ también está intentando potenciar la entrada de nuevos clientes en Lite (que está lanzando ofertas y emite los programas que hasta hace unos meses se veían prácticamente al completo en Youtube).

Y podría redimensionar su apuesta por la ficción por el bajo porcentaje de éxitos. El departamento de ficción está intentando lanzar ficciones que puedan tener coproducción o ventas internacionales y aumentar los encargos a Buendía Estudios, joint venture de Atresmedia y la propia Telefónica.

Movistar Plus+, que a cierre del tercer trimestre de 2021 tenía 3.755.000 clientes (tras sufrir un caída interanual de casi 250.000 abonados), también está potenciando el true crime de la mano de la serie ‘Crímenes’ (que surge en la radio catalana y se ha lanzado con el interesante ‘El crimen de la Guardia Urbana’) y las series documentales tras el boom de la brillante ‘Lola’ de Israel del Santo, que no ha repetido acierto con un panegírico a la altura del ego de su protagonista, ‘Raphaelismo’.