Las criptomonedas son uno de los principales activos de inversión en todo el mundo. Se trata de un sector que mueve millones de dólares a diario. Los inversores que están inmersos en este mundo son conocedores de la volatilidad de las criptomonedas, la cual te puede convertir en millonario o pobre en cuestión de horas. Aún eso, parece que ese es uno de los grandes atractivos de las monedas electrónicas.
Los inversores que han logrado obtener beneficios con las criptomonedas, han visto en ellas, no sólo un ‘hobbie’ sino un trabajo. A fin de cuentas, no dejan de ser inversores, al igual que los que invierten en acciones o en fondos de inversión. Es por ello por lo que entra en escena otra cuestión básica para los inversores que sí están obteniendo beneficios: los impuestos.
A pesar de que el sector criptográfico no cuenta con regulación en varios países, sus ganancias deben declararse. Llegados a este punto, los inversores que se están embolsando cantidades millonarias, prefieren trasladarse a «paraísos criptográficos» en lugar de pagar un impuesto mayor. Y uno de los destinos favoritos de estos criptomillonarios es Puerto Rico.
LA LEY 60 ES EL FACTOR CLAVE QUE CONVIERTE E PUERTO RICO EN EL PARAÍSO DE LAS CRIPTOMONEDAS
La isla caribeña, situada a algo más de 1.800 km del estado de Florida se ha convertido en un asentamiento clave para los inversores y empresas de criptomonedas. Quienes viven allí, creen que es un territorio con enorme potencial para construir un centro tecnológico. Puerto Rico no deja de ser un país de algo más de 3 millones de personas. Aún eso, los criptoinversores ven en ella una especie de Silicon Valley de las criptomonedas.
¿POR QUÉ PUERTO RICO?
Ante la llegada masiva de inversores y empresas de criptos, la pregunta es ¿por qué Puerto Rico? Pues bien, dejando a un lado sus playas paradisiacas y su clima caribeño, el país es un paraíso para los criptoactivos. Tiene unas políticas muy flexibles con el sector criptográfico. Además, dota de grandes exenciones fiscales para quienes pasan al menos 183 días en el territorio centroamericano.
Lo cierto es que la mayoría de los inversores y empresas de criptomonedas que están llegando a Puerto Rico son estadounidenses. Además de la cercanía, la situación política que tiene Estados Unidos con el territorio insular facilita mucho la llegada de ciudadanos del país norteamericano.
Frances Haugen, denunciante de Facebook e inversora en criptomonedas, afirmó que se había mudado de San Francisco a Puerto Rico para pasar tiempo con «sus amigos criptográficos». Brock Pierce, actor infantil e inversor en criptoactivos, también reside en el territorio caribeño.
LA LEY 60 ES LA LEY CRIPTO
La Ley 60 es el punto clave para que los criptomillonarios se decanten por Puerto Rico. Esta ley ofrece ahorros fiscales significativos a los residentes calificados. Por ejemplo, en Estados Unidos, los inversores pagan un 37% por las ganancias de capital (dónde entran las de las criptomonedas) a corto plazo. Si es a largo plazo, pagan hasta un 20%.
Otro ejemplo es el de España. A pesar de que no existe regulación sobre las criptomonedas, sí deben declararse las ganancias en criptomonedas. En este caso, depende de la cantidad de dinero ganado. Si es entre 0 y 6.000 euros, debe pagar el 19%. Si la ganancia está entre 6.001 y 50.000 euros, debe abonar el 21%. Y, por último, si la ganancia supera los 50.001, el porcentaje a pagar es del 23%.
Sin embargo, la Ley 60, o también llamada Ley de Inversores Individuales, reduce esa obligación fiscal a cero si se cumplen ciertas certificaciones.
En la misma línea, Puerto Rico tiene un importante incentivo fiscal que sirve de reclamo para las empresas criptográficas (y ajenas del sector de las criptomonedas). Las empresas continentales están sujetas a un impuesto de sociedades federal del 21%. Pero sí una empresa exporta sus servicios fuera de Puerto Rica, la tasa de impuesto se reduce hasta el 4%.
PUERTO RICO TIENE UNA DEUDA SUPERIOR A LOS 70.000 MILLONES DE DÓLARES
ESPAÑA NO SERÁ PUERTO RICO
La situación entre Puerto Rico y España en materia de criptomonedas está muy alejada. Por un lado, España actualmente está tratando de lanzar una ley que regule el sector de las criptomonedas. Cuenta con un gran número de interesados en criptos, y, además, las ‘apps’ de ‘trading’ ya vienen pidiendo un marco regulatorio.
Para Puerto Rico, las criptomonedas pueden ser una oportunidad de reflotar su maltrecha economía. El país centroamericano tiene una deuda superior a los 70.000 millones de dólares, y ven en las criptos un reclamo para las tecnológicas con potencial. A través de sus leyes fiscales, las compañías de criptoactivos y los inversores ven una oportunidad de hacer más grande su fortuna y ahorrarse dinero, mientras que para Puerto Rico es la mejor manera de concentrar empresas (a pesar de que muchas de ellas no contratan).
Las criptomonedas son un fenómeno mundial. Todo el mundo sabe lo que es un bitcoin y el valor de este. Estos activos digitales se han colado en las economías nacionales, y para muchos países, suponen un gran reto.