BBVA: fondos y reguladores no confían en el dúo Torres y Genç

El reguero de cadáveres que dejará el Caso Villarejo en el sector empresarial español puede ser elevado si los fondos de inversión que controlan a las grandes del Ibex implicadas en este escándalo deciden tomar el toro por los cuernos. Y los últimos acontecimientos están aumentando los incentivos para que se produzca esa vuelta de tuerca que cambie a los primeros espadas de multinacionales ibéricas.

Hace unos días hablábamos de Ignacio Sánchez Galán, amo y señor de Iberdrola, que ya no goza del favor de BlackRock, pero no es el único que está en el alero. El presidente de BBVA, Carlos Torres, ha perdido la confianza de los inversores y también de las autoridades monetarias, tanto del Banco Central Europeo (BCE) como del Banco de España.

Así lo confirman fuentes cercanas al organismo supervisor, encargado de velar por la estabilidad del sector financiero y que teme que la crisis reputacional provocada por el Caso Villarejo haga peligrar la actividad financiera del banco, sobre todo si Torres es imputado, como sucedió con Francisco González, que fue quien lo puso al frente de la entidad y con el que le une una estrecha relación.

El juez Manuel García Castellón, que es el encargado de dirigir esta macrocausa, ha acusado a la actual presidente de BBVA de falta de colaboración y en la sede madrileña de la entidad se teme que en cualquier momento pueda producirse la imputación de Torres.

La declaración del director de comunicación, Paul Tobin, el pasado diciembre ha sembrado aún más dudas sobre la implicación y el grado de conocimiento de Torres sobre los encargos realizados por BBVA a las empresas del ex comisario y la Fiscalía Anticorrupción sigue buscando indicios que permitan sentarle en el banquillo de los acusados.

Las fuentes consultadas indican que «en estos momentos Torres vive pendiente del teléfono esperando una posible imputación o la llamada del Banco de España para solicitarle que abandone su puesto para no dañar al sistema financiero nacional. El Banco Central Europeo ya ha manifestado al supervisor español que no está contento con el desarrollo de los acontecimientos y que considera que debe producirse un cambio en la cúpula de BBVA».

«Torres vive pendiente del teléfono esperando una posible imputación o la llamada del Banco de España»

Y esta renovación no sólo se limitaría al presidente, ya que tal como avanzó MERCA2, el BCE tampoco quiere que Onur Genç siga en su puesto de consejero delegado, sobre todo tras haber cogido el mando en la entidad capitaneando la operación en Turquía, mediante la cual BBVA aumentará su participación en la filial Garanti.

«El banco central considera que el CEO es un hombre de Erdogan y considera que un banco de riesgo sistémico no puede estar en manos de intereses turcos, sobre todo ahora que se confirma que Torres ha cedido poder en beneficio de Genç», indican fuentes cercanas al BCE. A esto ese une la poca sintonía entre Torres y Genç, hasta el punto de que en la actualidad la comunicación entre ambos mandatarios es prácticamente nula y tratan con sus subordinados de forma separada.

PREOCUPACIÓN EN LOS FONDOS DE INVERSIÓN

Es indudable que en un sector tan regulado como el financiero –a pesar de lo que creen muchos analistas – la opinión de los organismos reguladores a la hora de determinar las personas que van a dirigir un banco es determinante. Y por eso en los despachos de los grandes fondos de inversión que tienen acciones de BBVA se empieza a hablar de la posibilidad de iniciar una reestructuración de la cúpula, evitando así el enfrentamiento con el BCE y el Banco de España.

Al fin y al cabo la entidad financiera española es un banco de fondos y si estos deciden promover cambios en la cúpula se producirán. Y el que se juega más en todo esto es, una vez más, BlackRock, que es accionista de referencia, no sólo de BBVA, sino también de Santander y, en menor medida, de CaixaBank.

Lo que no está claro es el método y los tiempos para esta renovación. El nombre de Jaime Caruana sigue sonando como alternativa para sustituir a Torres, pero el puesto de consejero delegado no está tan claro, sobre todo porque el directivo turco no se marcharía voluntariamente. Si el consejo de administración decidiera sustituirlo debería abonarle una cuantiosa indemnización, un elemento más a tener en cuenta en este culebrón corporativo.

CAMBIAR LA DIRECTIVA CON UNA FUSIÓN

La otra opción sería promover una operación corporativa (una fusión) que justificara el cambio de cromos sin que la sangre llegara al río, pero esa opción es muy complicada. Aunque es cierto que la presidenta del Santander, Ana Botín, se ha ofrecido al BCE para solventarle la papeleta, lo cierto es que en Fráncfort no se considera seriamente la integración de ambos bancos.

Y en cuanto al Sabadell, el otro candidato, fuentes cercanas a la entidad indican que una fusión no está sobre la mesa y que están preparados para seguir en solitario con garantías, sobre todo en un entorno alcista de tipos de interés.

Según ha podido saber este diario, la preocupación del Banco de España se limita sólo a los máximos directivos de BBVA, ya que existe consenso respecto a la capacidad de la segunda línea de gestión de la entidad, que está llevando las riendas del día a día mientras la tormenta política y judicial hace zozobrar el buque financiero.

«LO QUE MÁS TEME EL BANCO DE ESPAÑA ES QUE LOS CLIENTES PIERDAN LA CONFIANZA»

«No se quiere mencionar expresamente pero el gran miedo que tiene el Banco de España es que en algún momento los clientes pierdan la confianza en la gestión del duo Torres-Genç y retiren sus depósitos», indican las fuentes consultadas.

En todo caso, los tiempos vendrán marcados por la evolución del proceso abierto a BBVA en los juzgados, que acumula ya una duración de cuatro años y que se va a prolongar después de que el juez decidiera a finales de 2021 solicitar nuevas comparecencias.

Anticorrupción expresó el pasado noviembre que tenía dudas sobre la supuesta investigación interna llevada a cabo bajo la dirección de Torres, hasta el punto de que los fiscales acusaron al banco de «fingir» que colabora con la Justicia y «manipular» la documentación.

Por su parte, desde BBVA se insiste en que «no hay nada más por investigar», por lo que piden a García Castellón que el próximo 29 de enero no prorrogue sus pesquisas (que es cuando se termina el plazo actual) porque las diligencias que se han efectuado desde la última prórroga acordada, el pasado 29 de julio, «han resultado inútiles y no han aportado ningún dato nuevo».

Si los servicios jurídicos del banco logran su objetivo, Torres tendrá un motivo menos para preocuparse, pero es consciente de que una vez que ha perdido la confianza del banco central sus días al frente de la entidad están contados.