El precio y el consumo de energía trastoca los planes de los operadores de telefonía

Si 2020 fue el año del covid en España -y todo el mundo-, 2021 será recordado por los problemas energéticos, también en muchas regiones, pero muy agudizado en suelo español. No hay sector industrial que no lo note. En el caso de las telecomunicaciones, y pese al gran esfuerzo realizado en esta materia por parte de los grandes operadores como Telefónica, Orange y Vodafone, se aproxima un horizonte muy complejo por el alza de precios y la presión para reducir el consumo ante el ‘boom’ de la conectividad.

En España las principales compañías están llevando a cabo importantes planes para reducir la huella de carbono, ser más eficientes y, en definitiva, adaptarse a los nuevos tiempos en materia de ESG que demandan los que ponen el dinero. Para ello, los operadores de telefonía ponen todo su esfuerzo. Por ejemplo, la sustitución del cobre por la fibra es algo esencial. Se trata de una tecnología que, al margen de los beneficios para el negocio, también suponen una menor carga energética. Y es que el FTTH genera menos problemas técnicos, con lo que supone destinar menos recursos para sus reparaciones; y es mucho más eficiente con respecto al consumo.

Así, en esa obsesión obligada por parte de los operadores para reducir el consumo, esta primera tarea la están ejecutando bien. Tanto, que como ha contado MERCA2 esta semana, quieren que esa gestión de la fibra la hagan otros. De esta forma, un gasto menos, y menos consumo final apuntado en sus cuentas.

Pero hay un problema del que no pueden escapar Telefónica, Orange y Vodafone: un consumo disparado de conectividad. Según un informe de Barclays al que ha tenido acceso MERCA2, el volumen de tráfico móvil crece sobre el 30-40% año sobre año. Es cierto que el problema sería que el consumo energético aumentara en la misma proporción. Por suerte para los operadores de telefonía no es así. Ni por la ambición medioambiental, ni por el impacto en la caja.

En cuanto a lo primero, llega la gran contradicción dentro del sector, y de la que no pueden escapar. Todas las compañías presumen de ser muchos más eficientes. Razón no les falta. Pese a ese consumo disparado de megas, el consumo energético se mantiene estable. Aunque éste es el problema. Los operadores de telefonía no están sabiendo cómo reducir su necesidad de energía y, según señalan a este medios directivos del sector telecos, existe cierta incertidumbre sobre el tiempo que podrán compensar la eficiencia energética con el crecimiento desaforado de la conectividad y los recursos energéticos que se requieren.

EL IMPACTO EN LA CAJA

Al margen de compromiso medioambiental, el impacto económico también se vislumbra como un problema. Según el citado informe de Barclays, a nivel europeo todos los operadores van a asumir en su Opex un incremento de gasto. Si en las cuentas anuales de un operador esta inversión suponía un 2%, la casa de análisis calcula que, en algunos, podría subir hasta el 6%.

Eso por no mencionar el coste genérico del MWh en toda estructura de las empresas. Una situación que ya reflejo Telefónica en sus últimos resultados trimestrales, donde habló abiertamente de la situación energética que había afectado a la compañía.

DANDO PASOS EN MATERIA ENERGÉTICA

Como la situación no se resolverá sin hacer nada, los operadores de telefonía ser han puesto manos a la obra. Muy centrados en materia de consumo renovable, es esencial que no dejan de ser más eficientes, y que la reducción de emisiones vaya en una senda positiva.

Para ello, por ejemplo, Telefónica España ha acordado con Acciona Energía, Endesa e Iberdrola el suministro de 482 GWh anuales de electricidad renovable durante los próximos 10 años a través del mayor contrato privado de compra de energía renovable a largo plazo, también conocido en el argot energético como PPA (Power Purchase Agreement).

El operador azul se convierte así en una de las empresas españolas con más volumen de electricidad renovable bajo este modelo de compra, con 582 GWh (tenía ya un PPA por 100 GWh con Acciona), el equivalente al 50% del consumo total para todos los edificios de la compañía en España. De este modo, se asegura la energía limpia para sus principales centros de proceso de datos, edificios técnicos y centros de trabajo del grupo de telecomunicaciones en el país.

Por su parte, Iberdrola y Orange han decidido aliarse en materia de sostenibilidad, con un acuerdo de compraventa de energía a largo plazo (PPA, Power Purchase Agreement), que permitirá a la operadora de telecomunicaciones seguir contribuyendo a su compromiso con el consumo de energías sin emisiones en el país, que ya demuestra utilizando en todos sus emplazamientos energía procedente de fuentes de generación 100% renovables.

El marco del acuerdo alcanzado entre ambas compañías establece que Iberdrola proveerá de energía verde a los 9.000 puntos de suministro de la red propia de Orange en España, por un período de 12 años. El contrato ha arrancado ya y la mitad del consumo -200 GWh/año- se realizará bajo la fórmula de PPA, asociado a un activo renovable de nueva construcción, el proyecto fotovoltaico Ceclavín, que Iberdrola desarrollará en Extremadura durante este año.

De igual modo, Vodafone España ha asegurado que alcanzado ya el objetivo de que el 100% de su energía eléctrica adquirida y consumida proceda de fuentes renovables, gracias al contrato firmado con Iberdrola el pasado año para el suministro a largo plazo de electricidad a 13.500 puntos propios de la propia teleco.

En un comunicado, la operadora ha indicado que ha cumplido su objetivo mediante entregas de Garantías de Origen por la totalidad de la energía adquirida y consumida por Vodafone en España y un PPA (Power Purchase Agreement) de 140GWh por el que parte de esa energía proviene del proyecto eólico Puylobo de Iberdrola.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.