Comienza el mes de diciembre con el mercado revuelto tras el cambio de discurso del presidente de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés), que parece haber decidido atajar la ola inflacionista una vez que ha sido respaldado por la Casa Blanca para repetir mandato. Al admitir que la tensión generalizada sobre los precios no es transitoria, Jerome Powell ha provocado de un plumazo que los inversores ahora consideren posible que el banco central suba los tipos de interés el próximo verano (o incluso en primavera). Y las bolsas lo reciben con descensos, que ponen en peligro el tradicional rally navideño.
No obstante, esta tendencia podría revertirse si los gobiernos siguen aplicando restricciones y se empeñan en imponer el pasaporte COVID, ese caballo de Troya del proyecto ID2020 que aspira a realizar un censo digital global y que tiene muchos defensores entre los barones autonómicos españoles. La amenaza de restricciones durante la Navidad planea sobre el horizonte y el golpe económico podría lastrar –aún más– las irreales previsiones económicas del Gobierno, tumbadas la pasada semana por la OCDE, organismo que sitúa a España en el vagón de cola del tren europeo.
A pesar de todo esto la vicepresidenta económica Nadia Calviño respira aliviada porque hace tan sólo unas horas la Comisión Europea (CE) ha liberado el segundo paquete de transferencias del fondo de recuperación (el denominado Next Generation EU) destinado a España por importe de 10.000 millones de euros, que se suman a los 9.000 ya entregados en el primer tramo.
SIN REFORMAS, PERO CON DINERO DE EUROPA
Parece que en Bruselas se conforman con poco, ya que la única reforma que se ha realizado en la de las pensiones –parcialmente– y la laboral seguramente sea impuesta por decreto antes de que termine el año. La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha amenazado al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, con aprobar el nuevo decretazo el 31 de diciembre si se niega a aceptar el enjuague al que ha llegado el Gobierno con los sindicatos.
Díaz puede darnos las uvas con una reforma que aumente las rigideces del mercado laboral, lastrando su capacidad para crear empleo, mientras ella está en plena campaña mediática para convencernos a todos de que es una mujer progresista, sostenible, resiliente e inclusiva. Este fin de semana ha llegado a decir en una entrevista concedida a una revista femenina que no quiere ser presidenta del Gobierno y que si su proyecto no sale adelante se ira a su casa.
Calviño no las tiene todas consigo y en el enfrentamiento que mantiene con Díaz no le va a dar la posibilidad de seguir ganando enteros entre el electorado de izquierdas. Por eso ha decidido aplazar la nueva Ley de Vivienda que interviene los precios de los alquileres, aunque oficialmente se escude en que el actual índice de precios que puso en marcha el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en 2020 no sirve como referencia para establecer límites de renta a grandes propietarios Al menos algo hemos ganado en esta pelea de egos y de siglas.
LOS PROBLEMAS DE IBERDROLA EN EEUU
En el ámbito corporativo ibérico los dos grandes protagonistas son sin ninguna duda Iberdrola y BBVA, con el permiso de Inditex, cuya sucesión ha despertado las iras de aquellos que no entienden lo que es una empresa familiar y que son partidarios de las designaciones a dedo en sus partidos y organizaciones sindicales. En cuanto a la eléctrica española, el presidente Ignacio Sánchez–Galán intenta salvar los muebles en EEUU, donde la Comisión Reguladora de Nuevo México ha paralizado la compra de PMN por Avangrid, filial de Iberdrola, tal como avanzamos aquí hace unas semanas.
Una de las razones de esta crisis se deriva de la imputación del directivo y de la matriz en el caso Villarejo. El próximo 18 de enero Galán se sentará en el banquillo en la Audiencia Nacional para explicar los encargos realizados a las empresas del ex comisario que trabajaba para las cloacas del Estado. El segundo gran obstáculo para cerrar la operación norteamericana es la elevada deuda financiera de la compañía, que supera ya los 37.000 millones de euros y que hace dudar a los reguladores que deben dar el visto bueno a la adquisición.
BBVA: EL DESPLOME DE LA LIRA «NOS BENEFICIA»
La otra grande firma del Ibex que está experimentando su vía crucis particular al final del año es BBVA, que está sufriendo el impacto de la crisis monetaria de Turquía, país al que ha decidido aumentar su exposición contra el criterio del Banco Central Europeo (BCE). En un evento financiero celebrado la pasada semana el CEO de la entidad española, Onur Genc, hombre a quienes muchos consideran un hombre de Erdogán, dijo que la devaluación de la lira beneficiará a BBVA.
Su tesis es que los 2.250 millones de euros que iba a destinar el banco a comprar el 50,1% del capital que no poseía del turco Garanti se convertirán en 1.800 millones. Un enfoque que es cierto pero que elude que para una entidad financiera no es bueno que el país en el que hace sus negocios tenga una divisa repudiada y un presidente empeñado en bajar tipos de interés para contener la inflación. Un experimento económico que está fracasando y que se ha llevado por delante a varios banqueros centrales y a ministros de Finanzas, el último hace tan sólo unos días.
EL EMPLEO EN EEUU SE DESACELERA
En el terreno internacional, la semana comienza con la resaca de los datos de empleo de EEUU, que decepcionaron a los inversores. Los 210.000 puestos de trabajo netos creados en noviembre no fueron suficientes para contentar al mercado, ya que se esperaba que el volumen superara el medio millón contabilizados el mes anterior.
Según la encuesta oficial realizada a los empleadores, la contratación se ralentizó en todos los sectores, especialmente en la industria del automóvil (por la falta de suministros) y en el comercio minorista. A pesar de ello la tasa de paro sigue bajando y está ya en el 4,2% de la población activa, lo cual supone técnicamente pleno empleo y presiona aún más a la FED para que acelere la retirada de los estímulos monetarios. Menos mal que los países de la OPEP+ decidieron no cerrar el grifo en su reunión de la pasada semana, porque entonces la tensión inflacionaria sería aún mayor y obligaría a Powell a acelerar el tapering.
En la agenda para los próximos días destaca la publicación del IPC de EEUU, los índices de confianza de los consumidores y la balanza comercial de China, así como el dato definitivo del tercer trimestre de la economía japonesa, británica y de la eurozona. También conoceremos los datos de pedidos de fábrica de octubre de Alemania, que servirán para constatar hasta qué punto el país germano cumplirá sus previsiones de crecimiento económico de cierre de ejercicio.