Los fondos europeos del Next Generation EU van a salirles muy caros a los españoles, ya que a pesar de los intentos gubernamentales por esconder la realidad, lo cierto es que la parte que recibirá nuestro país en concepto de transferencias no reembolsables (70.000 millones en total) se entregará a cambio de ajustes que, aunque no pueden considerarse reformas estructurales, sí servirán para reducir el peso de las pensiones en las cuentas públicas y elevar la carga fiscal de las familias y las pequeñas empresas.
Así lo refleja el documento de compromiso con Bruselas que finalmente ha publicado el Palacio de la Moncloa, un texto en el que se constata que el famoso plan de recuperación comunitario no es nada más que un programa de planificación con el que las autoridades europeas intentan mantener la ficción del crecimiento tras años de barra libre monetaria que han destruido los pilares en los que se sustenta la economía de mercado.
Después de recibir el primer tramo de dinero, el Gobierno español solicitó el pasado viernes el segundo –por un importe 10.000 millones de euros– con dos meses de retraso respecto al calendario previsto. Ahora la Comisión Europea deberá evaluar el grado de cumplimiento de los parámetros pactados y aunque la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, confíe en que lleguen los fondos antes de que concluya el año, seguramente deberá esperar hasta enero, o incluso febrero, para disponer de los mismos.
El Ejecutivo ha puesto mucho empeño por trasladar a la opinión pública que este paquete de ayuda es vital para España, pero el volumen supone menos de una décima parte del déficit público con el que concluirá nuestro país 2021, año en el que al agujero en las cuentas superará con creces los 100.000 millones de euros. El problema de las finanzas públicas españolas es que se basan en unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) elaborados con en unas previsiones que son cada vez más irreales según van transcurriendo los meses.
De hecho, la rebaja que acaba de realizar Bruselas a la estimación de incremento del PIB español para el cierre del ejercicio, situando la tasa en el 4,6% (frente al 6,5% que mantiene el Gobierno) implica que las estimaciones de ingresos están infladas y las de gastos infravaloradas, lo cual hará aún más dependiente a España del maná europeo, no sólo en forma de Next Generation EU, sino también a través del programa de compra de deuda del BCE, cuya nueva edición conoceremos dentro de pocas semanas.
CASTIGO FISCAL A LAS EMPRESAS EN LOS PGE
Mientras tanto, las empresas se preparan para pagar más impuestos en 2022, ya que según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) que acaba de ver la luz, el 70% del castigo fiscal que plantean los PGE del próximo año será para el ámbito corporativo. Las reformas fiscales incluidas en el texto presupuestario supondrán un incremento de ingresos para el año que viene de unos 3.273 millones de euros, de los cuales 2.271 millones serán abonados por las empresas.
Esto implicará elevar los costes del sector privado lastrando la competitividad de las compañías, una tendencia que se ve reflejada ya en la pérdida de cuatro puestos en el Índice de Competitividad Fiscal Internacional que elabora la Tax Foundation.
El IEE recuerda en su informe una evidencia que parecen olvidar los políticos de todos los partidos, especialmente de aquellos que gobiernan con una mirada en Bruselas y la otra en su electorado socialista, y es que «el flujo de nuevas inversiones se resiente ante las mayores cargas tributarias empresariales, lo que, a su vez, contrae el empleo y el flujo de rentas del trabajo de la economía”.
Si a ello le sumamos el aumento de las cotizaciones sociales y el creciente esfuerzo fiscal que hacen año tras año los hogares, constatamos que los dos principales factores que impulsan la economía (la inversión y el consumo privado) van a sufrir el próximo año, lo cual a su vez generará incentivos para que los políticos usen la pólvora del Rey para cubrir la brecha, alimentando la espiral de deuda que nos ha traído hasta la situación de desequilibrio actual. Un programa económico que siempre que se ha aplicado a lo largo de la historia –en cualquier tiempo y lugar– ha provocado caos, hambre y destrucción.
CRISIS REPUTACIONAL EN IBERDROLA
En el ambito corporativo esta semana es clave para el futuro de la cúpula de Iberdrola, ya que su presidente, Ignacio Sánchez Galán, se sentará finalmente en el banquillo para ser interrogado como imputado en la Audiencia Nacional por el juez Manuel García Castellón por los encargos realizados al ex comisario José Manuel Villarejo y que están siendo investigados en la pieza 17 del denominado “caso Tándem”.
A pesar de los intentos del directivo vasco por no pasar por este trago y salvar la crisis de reputación en la que está inmersa Iberdrola, fuentes jurídicas confirman a este diario que el nerviosismo es evidente en los despachos nobles de la compañía. Sobre todo después de que se haya hecho público que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional ha enviado dos informes al juez con nuevos indicios que comprometen a Sánchez Galán y otros directivos.
La clave es determinar si la cúpula de la eléctrica sabía que Villarejo se encontraba en activo cuando le contrató para encontrar información sensible de políticos, rivales empresariales y centrales sindicales.
La declaración como imputado llega en un momento difícil para la empresa, porque a sus problemas con el Gobierno se suman los obstáculos que está encontrando para su expansión en Estados Unidos. La Comisión Reguladora de Nuevo México ha puesto trabas a la compra de la compañía PNM Resources por parte de una filial de Iberdrola (Avangrid), y el supervisor reclama que sea revisada, un año después de haber sido anunciada, lo que impedirá cubrir los plazos de su integración antes de 2022.
Esto es importante porque PNM es la compañía en la cual ha basado el grupo español toda su estrategia para crecer en EEUU, país en el que aspira a llevarse un trozo del pastel del famoso plan de infraestructuras de la Casa Blanca, que va a regar con más de un billón de dólares a empresas, buena parte de los cuales irá a energéticas especializadas en renovables.
Habrá que esperar para conocer cuál es la reacción de los fondos internacionales con presencia en el capital de Iberdrola –entre los que destaca BlackRock– que llevan tiempo solicitando a Sánchez Galán que nombre un consejero delegado y que ceda algo del poder ejecutivo que aglutina en torno a su figura.
BUENOS RESULTADOS EMPRESARIALES EN ESPAÑA
Y en los mercados los inversores celebran que las grandes cotizadas españolas hayan impulsado sus resultados en los nueve primeros meses del año con un beneficio conjunto de casi 40.300 millones de euros, que les ha permitido dejar atrás la pesadilla del pasado ejercicio y duplicar las ganancias de 2019. No obstante los problemas estructurales de la economía española que hemos mencionado al principio de este artículo pesan más que los resultados corporativos y el Ibex no logró cerrar la semana pasada con subidas.
Tampoco ayuda que la inflación en EEUU haya escalado al 6,4%, ya que el rápido y preocupante ascenso de los precios obligará a la Reserva Federal a ser agresiva en su recorte de los estímulos, o al menos así debería ser en teoría, ya que Jerome Powell sigue eludiendo su responsabilidad y agarrándose a la tesis de que la inflación es coyuntural y que desaparecerá por sí sola. Algo que no cree nadie, ni siquiera el propio presidente del banco central de EEUU. El IPC del país está en su nivel máximo de los últimos 30 años.
En cuanto a las próximas citas económicas, esta semana conoceremos algunos detalles sobre la evolución de la economía China tras el frenazo del tercer trimestre, con la publicación de ventas minoristas y producción industrial. Así como el PIB de Japón y las solicitudes de subsidios de desempleo en EEUU, dato clave para conocer los próximos pasos que dará la Reserva Federal. Además, se hará publico el dato de inflación de la eurozona y, en materia de resultados empresariales, conoceremos los de Inmobiliaria Colonial, Audax Renovables, Almirall, Solaria, Vodafone, Walmart y Cisco, entre otros.